Juan José Jusid es directivo de DAC, Directores Argentinos Cinematográficos, que junto con Argentores, PCI y APIMA conforman el Espacio Audiovisual Nacional, cuyo objetivo es impulsar el Anteproyecto de Ley Audiovisual.
-¿Cuáles son las novedades más recientes sobre el anteproyecto de Ley Audiovisual, que se fue modificando a partir de las sucesivas reuniones y debates con otras entidades y organismos?
Estamos trabajando sobre el borrador del anteproyecto. En los últimos días lo fuimos presentando a sectores vinculados las entidades de gestión de los medios audiovisuales, entidades sindicales, gremios y gente vinculada a lo creativo y a la producción.
También estamos buscando la participación sectores de áreas culturales de distintos lugares del país. La ley actual no contempla particularmente el aspecto de la protección a la industria a nivel federal porque tiene una mirada capitalina.
-Como realizador audiovisual, con una larga trayectoria además, ¿cuáles son tus principales preocupaciones acerca de la aplicación de la ley vigente?
La ley corresponde a una mirada sobre lo que llamamos melancólicamente “el cine” y que ahora se transformó en la producción audiovisual. Digo “el cine” o “el cinematógrafo” y me produce mucha emoción. Cuando se promulgó, la estructura económica de la industria se iba a sustentar sobre lo que producían los cinematógrafos: el 10% del precio de la localidad. Luego se agregaron los videoclubes, que son una especie en desaparición y también la publicidad de la televisión (un porcentaje de lo que recaudan los canales).
Todo esto se fue desplazando hacia el internet.
En 27 años cambió el sistema de exhibición. Actualmente los materiales circulan en distintas vías y hay una cantidad enorme de espectadores que se desplazaron hacia las plataformas y son no contribuyentes a este fondo cinematográfico.
Obviamente esto se agravó con la pandemia: con los cines cerrados no hay posibilidad de acceder a la venta de localidades. El cine tiene una compensación que pagan los espectadores. No depende del presupuesto nacional: está establecido para poder estimular la producción nacional, sin cuyo apoyo no tendría posibilidad de existir.
-La exhibición fue cambiando pero sus problemas de raíz no.
La exhibición es una de las grandes debilidades de la ley vigente: prácticamente no se tomaron medidas con los circuitos. Yo tengo una larga experiencia con las dificultades para estrenar una película en las salas. Cuando aparecían esos tanques de la gran industria americana, no había posibilidades de acceso. Siempre fue difícil conseguir sala de estreno y no se respetaban la proyección de los las colas o las promociones.
Hablo de antes de la pandemia: en el último año esto se profundizó.
Se encontró la solución de estrenar por el cable del Instituto. Pero es una solución circunstancial que tiene que ver con la pandemia. Lo que corresponde es que haya una cuota de pantalla. Pero no solo para las pantallas de los cinematógrafos sino también para la televisión, las plataformas e incluso los videojuegos. El proyecto contempla la participación de la producción nacional, única garantía de que vaya creciendo.
-Esta preocupación no es solo un tema argentino. Distintos modelos de leyes audiovisuales en Europa actualizaron el concepto de la cuota de pantalla.
Concretamente Francia estableció que la cuota de pantalla para los productos ocupe el 40% de la programación de ese país, sean series o largometrajes. España está en el 35% e Italia también legisló en esa dirección.
-En los últimos días el anteproyecto pasó de una intención inicial de sustituir el INCAA por otro organismo a reformular su rol. ¿Qué debilidades estructurales le advertís?
El INCAA tiene un consejo asesor que prácticamente no se reúne. Eso concentra todo en el presidente. Proponemos un organismo con una organización más eficaz, no tan personalista. Nuestro proyecto se estructura en base a un directorio, donde haya representantes de las diversas actividades profesionales que incluye el audiovisual. Y que incorpore cinco representantes de las áreas culturales del interior del país. Para tener un grupo que no solo fiscalice lo que hace el presidente o el vicepresidente, sino que tenga poder de decisión para tomar resoluciones que beneficien a los intereses del desarrollo de la actividad.
-¿Cómo prevé el proyecto tratar el tema del costo medio?
Se debe establecer un costo actualizado de producción, tanto para los largometrajes como para las series. Eso permitiría planificar con un presupuesto racional el sistema de subsidios y la cantidad de producciones por el año. Hace tiempo que eso no existe. Actualmente, si existe el cine es gracias a gente arriesgada, con necesidades de expresarse, que intenta de todas maneras filmar. Pero las condiciones en que se llega al estreno son muy dificultosas.
Julia Montesoro