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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Sergio Podeley protagoniza «Gatillero», de Cris Tapia Marchiori: «El público acompaña al personaje porque cuanto más sufre, más muestra su humanidad»

Sergio Podeley encarna el consagratorio rol protagónico de «el Galgo» en Gatillero”, el thriller suburbano de Cris Tapia Marchiori que se estrena en jueves 12 en una treintena de salas todo el país.

Con producción de Dukkah Producciones (Pablo y Enrico Udenio), Empresa de Producción Asociada y Perspectiva Producciones, Gatillero es una historia de redención contado en tiempo real y en plano secuencia, una experiencia inmersiva, cruda y sin respiro, desde el corazón más oscuro de Buenos Aires.

En una noche en Isla Maciel, El Galgo -un ex sicario recién salido de prisión- acepta a regañadientes un encargo menor: disparar contra un comercio para enviar un mensaje mafioso. Pero lo que parece una tarea simple se transforma en una pesadilla de caos, traición y supervivencia.

Completan el elenco Julieta Díaz, Maite Lanata, Ramiro Blas, Mariano Torre, Matias Desiderio, Susana Varela, Gonzalo Gravano y Bianca Di Pasquale.

-¿Cuánto de vos mismo hay en el Galgo, el personaje central de Gatillero?

Lo deportivo y las aptitudes físicas son muy de Sergio. Practico deporte desde pequeño, actualmente lo sigo haciendo y con más frecuencia que cuando era adolescente: en actitudes y aptitudes físicas es el 100%. El Galgo no está al 100%, ya está hecho pelota (risas), pero le pusimos un poco de eso. Y debo decir que más que yo, el desgaste físico lo hizo Cristian (NR. Tapia Marchiori). Yo estoy todo el tiempo en plano, pero él es el que está con la cámara, el que corre, el que hace el desgaste.

-¿Tapia Marchiori escribió esta historia para vos?

La escribió para mí pensando en su amigo, con todo lo físico que tengo y con lo que le podía dar, en la gama de colores que ofrece el Galgo, dentro de lo que implica un marginal. Para cada uno de los personajes tiene 2 ó 3 maneras de ser. Interactúa como con diez personajes, entonces hay como 20/25 Galgos. Si lo analizan finito, es distinto con todos.

-¿Existía Gatillero sin vos?

Como poder, obvio que sí. Pero es muy difícil de hacerla. No solo en lo físico: cuando te hacés cargo de muchas cuestiones físicas, lo actoral tiene que pasar a segundo plano. Vos te podés equivocar en un texto, pero si te agarrás mal de un muro alto, como uno de los que trepo, te caés.

-¿Cómo describís al personaje del Galgo?

Es un ex sicario que trabajaba para una jefa narco, la Madrina y tenía su grupo de amigos con los que delinquía. Pero cae varios años preso y cuando sale está en su peor momento. Le ofrecen un trabajo de gatillero y no lo quiere agarrar porque él se considera sicario y hay una gran diferencia entre ambos roles. Pero el chabón está hecho pelota y no consideran que le dé la nafta para seguir laburando de sicario. Le dan un laburito pequeño, luego otro y ahí le hacen una cama. A partir de ese momento, tiene que escapar: hay distintos bandos que lo quieren matar. Enronces saca a relucir por qué era el mejor sicario de la Madrina. Porque cuando al tigre lo acorralás, ya no corre: ataca. Y así como está, se da vuelta: es él contra todos.

-En esa evolución del personaje pasa a empatizar con el espectador.

Va sufriendo toda la peli, le pasan mil cosas y cada vez se va enterrando más. Pero ahí es donde logra mostrar su humanidad. Es lo que aprendió a hacer, no nació para eso pero no sabe hacer otra cosa aunque no es un mal chabón. Entonces, el público lo acompaña. Estuvimos en España, Brasil y Estados Unidos y compran eso. En definitiva, es un pobre chabón que cuando rompen los códigos con él se empieza a repreguntar qué hace allí, escapando para seguir con vida.

-¿En qué consistió la preparación del personaje?

Decidimos no encarar la búsqueda hacia un pibe chorro, realmente picante, que habla de una manera determinada. Lo pensamos como un chabón que nació en un lugar equivocado. En otro barrio capaz que hubiera sido kiosquero, almacenero, remisero o tenía un negocio. Nació ahí, se crió con mala junta, pero no es ni un pibe chorro ni un chabón recontra tumba, sino como un intermedio. Mi búsqueda con Cris era no hacer un personaje oscuro, más como era en Okupas o parecido a lo de El marginal. Le fuimos encontramos colores y matices y mucha sensibilidad a un flaquito que encima empatiza con todos. Es un híbrido medio raro, parecido pero distinto a todos.

-Dicho esto, ¿qué parte de tus vivencias que no estaban en el guion le aportaste al personaje? ¿En quién te inspiraste?

Yo viví cosas muy parecidas. Me crié en una villa, lo veía a diario. Entonces, lo que transita el Galgo en este submundo no me era ajeno para nada. Incluso eso también te da una dificultad porque yo tengo más información -mucha más- que la que por ahí debería tener para construir este tipo de personajes. A lo largo de mi carrera hice de todo: en otros países hacia hice de galán. Pero cuando ves los personajes más oscuros no son parecidos, porque cuando llega esta oportunidad no quiero caer en lo de siempre.

Desde Okupas hasta ahora habré hecho 30 series y tiras diarias. En diez o quince hice este tipo de personajes y son todos distintos. Ese bagaje actoral lo puedo poner hoy a relucir en este personaje; ahora estoy más adulto, más centrado y con muchos otros laburos a los que le fui agregando matices.

-Hay otra complejidad en lo actoral porque Gatillero está filmada con planos secuencia a lo largo de una noche.

Nunca antes se hizo una peli así en nuestro país. Y transcurre en tiempo real. Eso la hace distinta. La consideran como un híbrido, un Frankenstein. La comparan con El Arca Rusa, de Guy Ritchie. Estamos felices de que eso lo digan los críticos y lo diga el público.

-¿Te entusiasma seguir vinculado a proyectos de acción y de suspenso?

Es algo que siempre quise destacar de mí y recién ahora empiezo a poder mostrarlo. Porque si bien hice el ladrón un montón de veces, este tipo de personajes es muy diferente. La diferencia entre lo que hace el Galgo y Tom Cruise en Misión imposible es que éste último va a resolver sus temas. En cambio, el Galgo está metido en quilombos.

Pero después, todo lo físico que hace Tom Cruise en sus películas es tranquilamente lo que hace el Galgo. Hasta te diría que está mezclado con un poco de John Wick y algunas de las mejores pelis de acción. Me gustaría que esto fuese un puntapié en mi carrera para empezar a hacer este tipo de películas como las de Tom Cruise y James Bond, largometrajes que me gustan mucho.

-¿Continúa esta sociedad artística con Cris Tapia Marchiori y la productora Dukkah? ¿Hay otro Gatillero esperando en el futuro?

Con Cris somos amigos y esto deriva en otros proyectos de serie que teníamos. Con Dukkah imagino que sí: lo tendrán que decidir los productores, pero como soy un amante del deporte y del fútbol te puedo decir que «equipo ganador no se cambia».

Julia Montesoro

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