Luis Felipe «Yuyo» Noé, uno de los artistas esenciales del arte argentino contemporáneo, falleció el miércoles 9 en Buenos Aires, a los 91 años. Su muerte se desencadenó luego de haber sufrido un ACV días atrás.
Padre del reconocido director Gaspar Noé, tuvo una participación amistosa en Tres en la deriva del acto creativo, el documental póstumo de Fernando Solanas, estrenado en el Festival de Mar del Plata de 2021.
Tres en la deriva del acto creativo despliega una multitud de reflexiones en torno al misterio de la creación artística en las que “Pino” une su voz a las de sus dos grandes amigos de la vida: “Yuyo” Noé y “Tato” Pavlovsky. A partir de temas como el exilio, el compromiso político, las crisis y el deseo, comparten experiencias a la vez que reflexionan sobre el origen de las ideas y el ejercicio material de la creatividad. Es un testamento que reafirma la inquietud y la búsqueda permanentes como cualidades irrenunciables para todo aquel que quiera consagrar su vida al arte.
Fue fundador del movimiento “Otra figuración”, representante nacional en la Bienal de Venecia y ganador de múltiples premios y becas como la Guggenheim.
Artista plástico, crítico de arte y docente, había nacido el 26 de mayo de 1933. Entre 1961 y 1965 formó parte del grupo Nueva Figuración junto a Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega. Publicó más de veinte libros y realizó numerosas exposiciones tanto en la Argentina como en el exterior.
Además de integrar el grupo Nueva Figuración, Noé ganó importantes premios –entre los cuales se cuentan cuatro Konex, el Di Tella, el de Trayectoria del Salón Nacional y la Beca Guggenheim–; realizó más de cien exposiciones individuales y un vitral en el Hotel de Inmigrantes; representó la Argentina en la Bienal de Venecia y en los años 60 creó el Bárbaro, bar icónico de la cultura porteña en el Bajo de Retiro porteño.
A fines de mayo de 1976, partió hacia París, luego del golpe de Estado y al año siguiente se le unió su familia. Hasta que en 1987 se asentó definitivamente en Buenos Aires.
En 2009, representó a la Argentina en la Bienal de Venecia y en 2019 fue distinguido con el Premio Nacional a la Trayectoria Artística.
Meses atrás presentó “Asumir el caos en la vida y el arte”, una obra literaria de 500 páginas en el que trabajó durante años, que quedó como un legado imborrable del mundo creativo que lo habitó por más de siete décadas.