Todo documento de civilización, de Tatiana Mazú González y Una sombra oscilante, de Celeste Rojas Mugica, fueron seleccionadas para competir en la Sección Oficial Largometraje del 31º Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia), que se celebrará del 14 al 20 de octubre y anunció su programación completa para la edición 2024, la que incorpora en su competencia oficial una interesante cartelera de estrenos chilenos e internacionales.
Además, en la Sección Oficial Cortometraje Infantil se exhibirá 40° a la sombra, de Eduardo “Koko” Elli y Un buen cielo, de Sebastián Labaronne.
Tal como había anticipado GPS Audiovisual, Tú me abrasas, de Matías Piñeiro, fue seleccionada para competir en la sección Gala y Cuando las nubes esconden la sombra, la coproducción argentino-chilena de José Luis Torres Leiva protagonizada por María Alché, integrará la sección Gala Chilena.
Con producción de Antes Muerto Cine (Nacho Losada, Tatiana Mazú González, Manuel Embalse), Todo documento de civilización es una mirada retrospectiva al asesinato de un adolescente a manos de la policía bonaerense, a través de las palabras de su madre y su observación obsesiva del lugar de su desaparición forzada.
Un cruce de avenidas que es, a la vez, frontera entre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Todos los días, miles de personas lo atraviesan camino a sus lugares de trabajo. Colectivos, semáforos, asfalto, hormigón, un cartel oxidado. Alguien que va a estudiar, otro que vende tortillas asadas. Un supermercado, una estación de servicio abandonada, una panadería. Un kiosko. Alumbrado público y propaganda electoral embarrada. Publicidad de celulares y hamburguesas. Basura y la señora que vende flores. La imagen de la normalidad. La imagen de la normalidad como ilusión: “todo documento de civilización es, a la vez, documento de barbarie”, dijo Walter Benjamin al proponernos mirar la historia de la catástrofe capitalista a contrapelo. La realidad es una fosa común estratificada; esta película, un proceso de excavación. O la disección del paisaje donde, hace diez años, se perdió el rastro definitivo de un adolescente en manos de la policía.
“En el 2017, Tati empezó a filmar esta película y en el 2018 me propuso editar un corto. Empezamos armando escenas y nos dimos cuenta que acá había algo más, que la duración de las imágenes no entraban en un corto: «Tenemos que hacer un largo», me dijo.
Desde ese momento, no solo estábamos editando Todo documento de civilización cuando encontrábamos huecos, sino que tuvimos la afortunada locura de hacer proyectos de Antes Muerto Cine donde crecimos montando y pensando el mundo desde las imágenes y los sonidos. En el medio, nos enamoramos, jeje.
Editar esta película, para mí, fue un acto político desde el día 0. Editar esta película no fue estar en la computadora nada más. Empecé a ir a las marchas por Luciano, a entender el barrio en el que ahora vivo desde el 2020. No solo entendí toda la lucha de lxs familiares de Luciano a través del @espaciolucianoarruga, sino también que el gatillo fácil durante la democracia en la que vivimos se llevó la vida de cientos de adolescentes.
Me acuerdo que en un taller europeo de editores donde me tuve que presentar, hice mi presentación contando que estaba editando una película hace 5 años que dirigía mi compañera, que hacíamos de forma colectiva, y que era sobre un caso de gatillo fácil a pocas cuadras de mi casa. Yo me abrí emocionalmente y conté que lloraba cuando veía escenas porque me emocionaba y me atravesaba. Una tutora europea me dijo: «Veo un problema ahí. ¿Por qué te involucrás emocionalmente con lo que editás? Tenés que ser frío y mantener distancia».
Desde ese día, afirmé monumentalmente que editar no es una actividad técnica: es emocional y político”, detalló el coproductor Manuel Embalse.
Una sombra oscilante es una producción de Bomba Cine (Florencia Mugica), que se presentó en los mercados y laboratorios Frontera Sur Lab (Bío Bío – Chile), Pitching Documental Doc Montevideo (Uruguay) y CONECTA (Chile) y que cuenta con el apoyo del INCAA – Vía Digital, Fondo Audiovisual (Chile), Mecenazgo Cultural, Fondo Nacional de las Artes y Elías Querejeta Zine Eskola.
Se trata de un ensayo audiovisual que completa un proyecto que se inició como un libro fotográfico y una pieza instalativa. Se origina cuando Celeste, una joven fotógrafa, se aproxima al viejo archivo de negativos que perteneció a su padre, un fotógrafo que entre los años setenta y ochenta militó contra la dictadura en Chile y se exilió en Ecuador. Desde las fotografías encontrará una forma de acceder a la memoria esquiva del padre, se interrogará por el sentido de la lucha, la densidad del exilio y la convivencia con el presente. El proyecto se presentó en 2019 en la sección Nest del Festival de San Sebastián como un cortometraje, tal como informó GPS Audiovisual.
Selección oficial Largometraje
Doce películas conforman esta selección competitiva y cuatro de ellas son producciones chilenas.
Una sombra oscilante (2024) es el primer largometraje de la artista visual Celeste Rojas Mugica, quien en la edición pasada estuvo presente en la sección Tramas con su primera obra, el corto experimental Estrella Distante. Consolidando su propuesta documental anterior, en esta nueva película experimenta también con la materialidad, indagando en el archivo visual de Lucho Rojas, padre de la directora, fotógrafo exiliado en Ecuador durante la dictadura de Pinochet. Su testimonio y memoria son contados a partir de una visualidad construida a partir de esos negativos guardados, algunos deteriorados y no figurativos, desde donde emerge la experiencia íntima de la resistencia política, de la militancia en el MIR y de la clandestinidad como borradura identitaria. El filme se estrenó internacionalmente en FIDMarseille 2024.
También en la edición 2023, el crítico de cine y escritor Andrés Nazarala obtuvo el premio Sonamos en la categoría Finaliza-Primer Corte en Cine Chileno del Futuro -el espacio de industria de FICValdivia-, con su segundo largometraje Los Años Salvajes (2024), el mismo que hoy integra esta selección. La película sigue el peregrinaje que inicia Ricky Palace, un viejo músico de rock and roll, cuando el bar en el que solía tocar en Valparaíso cierra definitivamente. Sin un espacio, sin mayores contactos y después de haber sido declarado muerto por error en una ciudad que ya no palpita del mismo modo que él, Palace emprende una última travesía personal a través de los barrios pobres del puerto y de sus habitantes, para recuperar algo de su dignidad arrebatada.
También formará parte de la selección Largometraje Oficial Denominación de Origen, la nueva comedia de Tomás Alzamora que vuelve a poner en el centro geográfico a su ciudad natal de San Carlos, en donde filmó su primer largo, La Mentirita Blanca (2017), y en donde ocurre esta historia sobre el alzamiento de sus habitantes cuando la longaniza que produce la comunidad pierde su cetro de la mejor de Chile. En esa pequeña revuelta, Alzamora no sólo parece retratar la idiosincrasia de la Región de Ñuble, sino también condensar como parodia parte de la historia reciente de Chile.
El último de los títulos nacionales en esta competencia es Cuerpo en Agua, sutil trabajo de Javiera Véliz, quien ya había tenido participaciones previas en FICValdivia cuando su largo Vivir allí no es el Infierno, es el Fuego del Desierto. La Plenitud de la Vida Quedó ahí Como un Árbol (2018) formó parte de la Competencia de Largometraje en la 25° edición. Este nuevo trabajo, además, fue seleccionado en 2019 en la modalidad Desarrollo de Cine Chileno del Futuro y en profundiza en la relación con el ecosistema de la Región de Antofagasta, pero esta vez no en la sequedad del interior, sino en la zona costera de Chañaral de Aceituno, en donde observa el desplazamiento de la fauna marina y su coexistencia pacífica y armónica con la población en un mundo que, con persistencia, se nos presenta como hermoso y abstracto.
En sus estrenos extranjeros, FICValdivia ha seleccionado A stone’s throw, de la realizadora palestina Razan Al Salah (Haifa), artista visual radicada actualmente en Canadá que ha indagado en la materialidad de la imagen para exponer las situación de control y la construcción de la identidad del pueblo Palestino a través de los medios digitales. En su corto documental Your Father Was Born 100 Years Old, and So Was the Nakba (2017) utilizó imágenes tomadas de Google Street, que en su tratamiento se vuelven irreales, para rememorar la figura de su abuela en Haifa. La naturaleza de estas imágenes virales es el mismo material con el que construyó Canada Park (2019) obra experimental breve en la que aborda la mecánica de disolución de la imaginería del pueblo palestino en Internet. Para A stone’s throw, su primer largo, Al Salah mantiene su aproximación experimental desde donde relata la vida de Amine, un anciano palestino que sufre un doble exilio al ser expulsado de su tierra, desde Gaza a Beirut, luego a una plataforma petrolífera en la isla de Zirku y a un campo de trabajo en el Golfo Pérsico. Esa historia le permite a la directora rememorar otros momentos de la resistencia palestina remontándose a 1936, en el contexto de la extracción del petróleo y de la lucha palestina en Haifa.
La observación de los bordes de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires es el escenario en el que se sitúa Todo Documento de Civilización, el quinto largometraje documental de la argentina Tatiana Mazú (Buenos Aires, 1989). Allí la cineasta registra la multiplicidad de interacciones y estímulos -transeúntes, automóviles, transporte público, luminarias, propaganda política, publicidad, etc.-, una cotidianidad abigarrada y normalizada desde donde el filme extrae el testimonio de Mónica Raquel Alegre, madre de Luciano Arruga, adolescente de dieciséis años que fue asesinado y su cuerpo desaparecido a manos de la policía bonaerense en 2009. El documental indaga en la personalidad de Arruga, en sus sueños de adolescente, sus expectativas y su inclinación a la literatura, para reconstruir su existencia fantasmal precisamente en ese enclave urbano y anónimo en donde el muchacho transitó en vida.
Desde una dimensión física y material similar a la de Tatiana Mazú, la artista visual y cineasta experimental Annalisa D. Quagliata (Veracruz, 1990) traza un cuestionamiento a la noción de identidad mexicana con ¡Aoquic iez in Mexico! (¡Ya México no existirá más!) (2024), su primer largometraje. Quagliata ha construido una obra previa desde la experimentación en la imagen audiovisual desde donde ha realizado un sinnúmero de trabajos breves, tanto filmes como videoinstalaciones. Muchos de ellos son exploraciones con el formato fílmico y no narrativo en donde el cuerpo y la piel adquieren relevancia. ¡Aoquic iez in Mexico! (¡Ya México no existirá más!) es un intenso caleidoscopio de texturas en el que la autora somete a cuestionamiento el estatuto mismo de Ciudad de México -y su infinidad de iconos culturales-, desde la violencia y el mestizaje en donde la memoria está atravesada por la evidencia de una agresión atávica, un ejercicio que es acompañado sonoramente por la música de la banda punk de Ciudad de México Los Cogelones.
La española Elena López Riera (Alicante, 1982) tuvo un definitivo encuentro con FICValdivia en su edición 29° cuando tres de sus recientes cortometrajes –Pueblo, Las Vísceras y Los que Desean-, junto a su primer largometraje –El Agua-, fueron exhibidos en el marco de la sección Cineastas en Foco. Este año López Riera retorna al Festival con su nuevo trabajo, el mediometraje documental Las Novias del Sur (2024), estrenado internacionalmente este año en la Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes. El filme, incluso más autobiográfico que sus trabajos anteriores, se despliega a partir del encuentro con una antigua foto de su madre recién casada y a través de ella la cineasta retorna a su reflexión sobre las herencias familiares y sociales, al peso insoslayable de la tradición y a las convenciones en torno a la libertad y la felicidad femeninas. Su eje de observación en este caso es el estatuto sexual de las mujeres durante el franquismo, que reconstruye a partir de testimonios en torno a la experiencia de la noche de bodas.
También en Cannes, pero en la sección Una Cierta Mirada, fue el estreno de Viet and Nam (2024), segundo largometraje del vietnamita Minh Quý Trương (Buôn Ma Thuột, 1990), quien ya había llamado la atención en Locarno en 2019 con The Three House, cinta que observa, en la forma de una fábula futurista, la postergación de las minorías raciales en su país. En un sentido similar, en su nuevo largo aborda la situación de la comunidad LGBTIQ+ a partir de la relación que une a Nam y a Viet, dos jóvenes mineros del carbón, cuyas posibilidades de vida juntos se ven atravesada por la precariedad económica, la persecución brutal a la homosexualidad en su país y la necesidad de una vida nueva. En la retórica que organiza el filme hay un fuerte componente simbólico que busca sintetizar los rasgos más evidentes de la actual Vietnam, tal como lo hiciera antes Minh Quý Trương en The Tree House. En Viet and Nam hay un poderoso sentido de las simetrías corporales, cuya dualidad física y la organicidad de sus nombres funcionan como evidente diagnóstico de la vida en ese territorio.
Fogo do Vento (2024) es la ópera prima de la portuguesa Marta Mateus (Alentejo, 1984) quien se vinculó en el cine como actriz y guionista antes de abordar la dirección de esta película que intenta ilustrar las imágenes de la juventud e infancia de la realizadora, utilizando para ello de un cúmulo de imágenes que se entremezclan y de personajes que dan cuenta de energía vital de la comunidad vitivinícola de la localidad de Estremoz. El sentido de cohesión se manifiesta en la voluntad coral que organiza la puesta en escena, intensificada pictóricamente por los rituales de la vendimia que el filme pone en imágenes.
En un escenario distinto, Universal Languaje (2024) pareciera invadir el territorio del cine negro en parte por su línea argumental más evidente: en la ciudad canadiense de Winnipeg dos chicas estudiantes de secundaria encuentran dinero congelado en el hielo e intentan recuperarlo a como dé lugar. Sin embargo, esa anécdota es el punto de partida para una comedia coral que se une a la situación de otros personajes y sus entornos: el líder de un grupo de turistas árabes y el último día laboral de un cansado burócrata del gobierno de Quebec. En ese ejercicio multicultural, el director Matthew Rankin (Winnipeg, 1980) elabora un ácido y deslumbrante cuadro cómico sobre la enajenación de la actual Canadá, exacerbando la perplejidad de sus personajes y el absurdo de las situaciones en un ejercicio visual y rítmico que pareciera tributar, en partes iguales a Jacques Tati y Wes Anderson, en este insólito filme que obtuvo el Premio del Público en la Quincena de Cineastas del reciente Festival de Cine de Cannes.
El realizador brasileño André Antônio tuvo su primer acercamiento a FICValdivia en 2021 cuando Vênus de Nyke, estilizadísimo estudio sobre la identidad sexual, participó también en Selección Oficial Largometraje. Su nuevo Largo, Salomé (2024) reincide en la relevancia que el realizador le ha otorgado al cuerpo y a la estética kitsch como lenguaje sobre el cual construye sus imágenes. En tal sentido este nuevo largometraje se decanta inicialmente por los códigos del melodrama clásico y cuenta la historia de Cecília, una modelo joven de São Paulo, que retorna a Recife, su ciudad natal, para pasar la Navidad junto a su madre, decisión que la enfrenta al entorno precario y conservador de su adolescencia y la llevará a enamorarse de un vecino que la conduce hacia el culto pagano para resucitar al personaje bíblico Salomé. Esta última vía es la que hace transitar este melodrama fascinante hacia la lógica del cuerpo, la magia y el fetichismo.
FICValdivia se realizará en la ciudad de Valdivia del 14 al 20 de octubre. Es organizado bajo el alero de la Universidad Austral de Chile y producido por el Centro Cultural de Promoción Cinematográfica de Valdivia. Convocan la Ilustre Municipalidad de Valdivia y el Gobierno Regional de Los Ríos.
Foto principal: Todo documento de civilización