Silvia Pérez y Ezequiel Tronconi integran el elenco de Nueve minutos, cortometraje con dirección, guion y producción de Victoria Mammoliti, comedia negra protagonizada por Matías De Leis Correa, Rodrigo Martínez Frau (coproductor) y Rocío López Ferreyra, con producción ejecutiva de Evelyn Flores, Veronica Murta y Matías De Leis Correa, que se encuentra en proceso de posproducción.
El corto, en el que también participan Ezequiel Rodríguez, Clara Kovacic, Pablo Lapa y Eduardo Iacono, transcurre durante el “apagón del siglo” de 2019, cuando tres personajes descubren una luz capaz de resucitar muertos por unos minutos y deciden crear un negocio de “últimas visitas”.
“La muerte, con su condición de irremediable e inapelable, es un tema que siempre me convoca a la hora de escribir, que alguien deje de existir en un segundo es algo que no deja de impresionarme. Escribir sobre la posibilidad de tener un tiempo más es, sin duda, mi forma de recrear esa única regla a la que todos estamos sometidos”, detalló Mammoliti –directora del corto No es nada y actriz de Convaleciente, de Matías De Leis Correa- a GPS Audiovisual.
“A mí me gusta contar historias, desde el lugar que me toque y pueda aportar. Siempre me parece fascinante ser parte de la creación de un relato ya sea propio o ajeno”, expresó la realizadora.
-¿Cómo surgió el corto Nueve minutos?
Con Rodrigo Martinez Frau, actor y coproductor del cortometraje, teníamos ganas de trabajar juntos en un proyecto. La idea inicial era jugar con algunos elementos del cine de género, el suspenso, el terror y la ciencia ficción, ya que es un terreno que a los dos nos interesaba explorar.
-¿Qué diferencia notaste entre No es nada y Nueve minutos? ¿Te topaste con nuevos desafíos?
No es nada se hizo posible gracias a una Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes. Fue una producción más chica que igualmente nos dio muchas satisfacciones como equipo.
El desafío era optimizar los recursos tanto económicos como narrativos, sin resignar lo que queríamos contar, y eso se logró ampliamente. Actualmente No es nada, después de un muy buen recorrido por varios festivales, forma parte del programa de “Formación de espectadores”, que acerca a los jóvenes al cine y otras expresiones artísticas, lo cual me tiene muy entusiasmada, sobre todo en estos momentos donde intentan hacernos creer que la cultura es un bien innecesario y para unos pocos.
La posibilidad de dirigir “Nueve minutos” me llega en este momento del país en el que crear y producir parece imposible y hasta inapropiado. Hacerlo fue una forma de enfrentarnos a eso y a la incertidumbre en la que estamos envueltos. Quizá este clima de desazón generalizada haya colaborado a que se nos «alinearan los planetas», porque apenas surgió la posibilidad, rápidamente se armó un gran equipo, enfocado desde todas las áreas, en llevar a cabo esta maravillosa empresa de contar historias. Nueve minutos es, hasta ahora, el más ambicioso de mis proyectos, en cuanto a lo técnico, lo artístico y animarme a jugar con elementos de distintos géneros cinematográficos, que no había explorado antes. Pero más allá de los desafíos e imponderables de cada rodaje, vuelvo a confirmar que para mí dirigir es ni más ni menos que recibir, seleccionar y plasmar el talento ajeno.
-¿Cómo surgió la posibilidad de convocar a Silvia Pérez o Ezequiel Tronconi?
En Nueve minutos hay tres protagonistas que, debido a su descubrimiento, comienzan a recibir clientes que vienen a una última reunión con sus muertos, y cada uno de ellos tiene un objetivo diferente. Esta particularidad de cada visitante nos llevó a fantasear con la idea de que fueran participaciones especiales en varios los sentidos. Como decía anteriormente, creo que algo del momento en el que nos tocó producir hizo que quienes se iban sumando quisieran aportar algo más, y así fuimos llegando, por unos y otros, a cada uno de los actores y actrices que queríamos con convocar. Silvia Perez, Ezequiel Tronconi, Clara Kovacic y Ezequiel Rodríguez, entre otros, confiaron en la propuesta y se sumaron con la misma alegría y pasión que nosotros, para contar esta historia.
-¿El corto tiene un plan de presentación?
Al ser una comedia negra, con algunos elementos de suspenso, terror y ciencia ficción, nuestro primer objetivo es llegar a presentarlo a festivales nacionales e internacionales reconocidos por su programación en cine de género.
-¿Qué otros proyectos tenés? ¿Pensás en un largometraje?
Por suerte siempre hay proyectos, ya sea propios o ajenos. En lo personal, el objetivo más próximo, es rodar el año que viene mi primer largometraje como directora. Por otro lado, vengo trabajando desde hace un tiempo en la búsqueda de financiamiento para producir y dirigir una serie que escribí sobre venganzas amorosas, también es una comedia negra y sería un sueño poder llevarla a cabo.
-¿Cómo afecta el contexto actual del INCAA y el país en la producción audiovisual?
¡Estamos pasando como país por un momento terrible! De incertidumbre total y sobre todo de un avasallamiento enorme hacia todos y desde todos los frentes. Cada día nos levantamos con noticias peores, que nos mantienen en un estado de alerta permanente y nos hacen perder el foco de lo que es necesario defender sí o sí, de pronto mucho de lo que ya habíamos consensuado como sociedad, ahora se pone en duda de manera insólita y con argumentos descabellados.
Creo que a futuro esto puede llegar a ser devastador para la industria cinematográfica y peor aún, para el país en general. El nivel de conflictos es tan potente, diverso y constante, que no es difícil imaginar la magnitud del desastre que puede llegar a quedar cuando se retire la marea. Ojalá exista una forma de ponerle un alto a esta situación antes de que sea demasiado tarde.
Claudio Marazzita