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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Adrián Garelik, CEO de Flixxo e integrante de BACA, en Nexos 2023: «La gran revolución es la transformación de audiencias en comunidades»

Adrián Garelik es el CEO de Flixxo, plataforma de streaming gratuita de microseries lanzada en 2020, que aplica tecnología Blockchain y BitTorrent. Especializada en servicios de contenido corto busca así posicionarse como una alternativa en la región para las nuevas generaciones de consumidores.

Flixxo integra el Buenos Aires Cluster Audiovisual, una asociación de empresas audiovisuales de contenidos para cine, televisión, publicidad, animación y nuevas tecnologías radicadas en Buenos Aires que llevó a cabo Nexos 2023, el encuentro de negocios que reúne a la industria local para fortalecer vínculos y sinergias dentro del sector. El encuentro se realizó el jueves 23 y viernes 24 en el Centro Cultural Recoleta.

-Flixxo irrumpió en el mercado en 2020 como una plataforma que propone un modelo de monetización para el consumo de videos en móviles. ¿Cuál era el objetivo inicial?

El motivo principal de Flixxo fue, es y sigue siendo dar lugar a los creadores, a las voces que no están teniendo lugar. Básicamente hay una industria que se alimenta de algoritmos. Mientras consumimos contenido, le hablamos a las plataformas de cómo consumimos contenido; estas aprenden y producen contenido a partir de ese aprendizaje. Ese contenido lo dan de vuelta para después dar información sobre cómo lo consumimos. Van optimizando, optimizando y optimizando, dejando de lugar la sorpresa y al creador. Ese contenido va achicando el ancho de banda. Y ahora va a ser reemplazado por la inteligencia artificial.

Pero es el creador quien aporta la necesidad de contar el contenido y no la eficacia para contar: si yo tengo algo que me vibra adentro y por eso quiero contar una historia, eso nunca va ser reemplazable por algoritmos o inteligencia artificial. Las plataformas no dan lugar a ese tipo de contenido, quizá porque no es tan eficiente. Entonces, Flixxo nace como el hogar de esos creadores.

-¿Cómo fue evolucionando y de qué forma el mercado incidió en nuevos objetivos?

-Flixxo arranca en 2016, como una idea. Tenemos el mismo objetivo que entonces: aprovechar las herramientas tecnológicas. Ya en 2014 venía explorando lo que significa el blockchain. Estaba muy metido en esto cuando surgió la idea de crear una plataforma que utilice este conocimiento, permita crear vínculo más fuertes y directos entre usuarios y creadores y darles herramientas para que estos se adueñen de sus contenidos, interacciones, identidad y todo eso.

En 2017 logramos hacer un crowdfunding -una financiación colectiva-, revendiendo las criptomonedas de la plataforma, que fue adquirida por casi dos mil contribuyentes de todo el mundo. Eso nos dio capital para empezar a trabajar. En 2018 lanzamos una primera demo y en 2020 las apps móviles masivas, con una gran cantidad de contenidos como las series de 10 ó 15 minutos. Ahí encontramos una comunidad muy grande de creadores, libres y ávidos de contar un cuento y que no tienen lugar en las plataformas convencionales.

-Es un mercado que Flixxo vio antes que otros competidores.

Empezamos a desarrollar contenidos de la plataforma de Flixxo pensando cómo consumiría contenidos un chico de 10 años, que no está acostumbrado de ir a una plataforma de streaming a buscarlo. Consume en Tik Tok, Youtube, Instagram, Whatsapp, pero cuando va a una plataforma de streaming, que es la plataforma que paga papá, nunca sale plata de su bolsillo. Y como va a buscar un contenido específico no le interesa la plataforma.

Nos preguntamos: ¿cómo va a consumir? ¿Qué va a buscar? ¿Estará dispuesto a pagar una suscripción? ¿Estará dispuesto a pagar una suscripción sobre un creador y recibir el contenido directo de él, saber que le está pagando directamente a él y que le está financiando el próximo contenido? Lo fuimos experimentando con el capital que nos dio esta comunidad.

-¿Qué tendencias les indica esa comunidad? A la que podríamos definer como prosumidores, ya que consumen y producen.

Nosotros creemos -y las pruebas lo demostraron-, que la Web3 es la aparición de una tecnología que viene a segmentar o aglutinar un movimiento cultural que ya viene sucedido de antes, que se conoció como “Cultura 3.0”. Quizá la idea de apoyar a un creador viene del concepto de los “cafecitos” en Argentina, o de financiar cine de manera colectiva, que en Argentina existe desde 2020 con La Uruguaya, que se financió con 1961 personas.  

Empiezan a aparecer nuevos modelos de producción y herramientas… La última de Editorial Orsai tiene 10.700 inversores. Si a la película le va bien van a recuperar. Aplicando otra tecnología, como por ejemplo criptomonedas: contratos inteligentes que te permiten que la administración del dinero sea muy dinámica, rápida, automática y transparente. No es engorroso pagar 20 dólares a 10.700 personas.

-¿Cómo recibió la industria este formato que está trabajado Flixxo?

En 2018, en los primeros mercados, cuando dimos las primeras charlas sobre blockchain, te sentabas con una gran casa productora -una plataforma de streaming- y al decir palabras como blockchain les generaba miedo. Era solo prejuicio: siempre que se plantea algo nuevo lo primero que aparece es el prejuicio, porque somos todos vagos (Risas) y eso nos obliga a estudiar y aprender. Pero si empezás a preguntar y consultar, la tecnología siempre ha ayudado.

En 2018 hubo una caída del precio de Bitcoin y las primeras inversiones en se anularon porque no entendían que había una tecnología atrás de la timba. Había una especulación porque muchos buitres entraron ahí para hacer dinero fácil. Pero la tecnología venía creciendo, con nuevas formas de desarrollo, propuestas de distribución, financiación, transparencia… A partir de 2020 vuelve a subir el precio de las criptomonedas y empieza haber mucha más producción. Tenemos un diálogo constante con toda la industria.

-¿Todo el contenido que Flixxo tiene hoy es propio?

¡Sí! Nosotros hemos producido una docena de microseries, más allá de una o dos películas o series tradicionales. Cuando producimos algo fuera de la microserie buscamos propuestas distintas, de creadores independientes: nuevas voces, una propuesta distinta del lado de la financiación y producción. ¡Tenemos casi una docena de inversiones producidas! Actualmente la plataforma tiene unas 200 series.

-¿Cómo es el caudal de producción? ¿Es volátil como estas audiencias que van cambiando de contenido y pantalla?

Por suerte, creemos que la gran revolución que trae la web en la industria del entretenimiento es la transformación de audiencias en comunidades. Estas se quedan, apoyan, financian, aportan, son proactivas y no son pasivas que miran y se van. Están acá porque esto les vibra para apoyar. Entonces, en general, nuestro público es bastante creativo. Tuvimos series nuestras y de terceros con muchísimas visualizaciones. Depende mucho también de las propias comunidades. Nosotros estrenamos Baywitch, una serie española, que nos sorprendió muchísimo. No esperamos tanto tráfico. Pero la propia productora de la serie pudo captar a su comunidad y eso aportó muchísimo.

-¿Qué temas creés que predominan en este tipo de contenidos?

Esas temáticas que venimos viendo en series mainstream -dirigidas por un señor x y por un grupo de guionistas-, cuando las trasladás a microseries la cuenta la persona que la vive. Entonces, así como la historia de la chica trans, en una plataforma de streaming es una fábrica de chorizos, seguramente en una plataforma independiente lo está contando la propia chica a partir de sus experiencias. ¡Entonces son contenidos mucho más originales! Vos lo ves como una ficción, pero esta persona lo vive día a día y te lo cuenta desde ese lugar. La lectura que uno hace es de autenticidad. Gracias a la libertad que permite este formato y la velocidad de producción en las historias, son temáticas que están vibrando hoy en el personaje que la cuenta y la sociedad. Está en TikTok, pero no tiene calidad. ¿Cómo hacés para llevar la inmediatez de TikTok a Netflix? Ese es un poco el desafío que estamos encarando nosotros.

-TikTok es una plataforma que ya llegó a los grandes festivales internacionales, como Cannes y San Sebastián.

¡Algo está pasando! Ese es el hashtag, porque hay un movimiento. Si hay una película argentina financiada por 10.700 personas es porque algo está pasando. En Estados Unidos una productora levantó 8 mil millones de dólares por vender unos NFT para financiar una película. Cuando vas al campo ves a los pibes con un micrófono y una cámara filmando. Hoy al tener muchas más herramientas se puede hacer. ¡Podés ver una serie filmada por un celular!

-Uno tiene la sensación con las plataformas de que aunque sean distintas series o películas siempre aparece el mismo esquema.

¡Es que lo saben! Ellos saben cómo crear el contenido. Por suerte van variando las formas en las que miden las cosas y eso permite que entren otros contenidos. En un momento miraban la duración y cuánto retiene. Si la serie que tiene 82 temporadas y 6 capítulos por cada una me funciona, es el contenido ideal, porque el usuario se va quedar mirando 82 semanas. Hoy están evaluando que si un tipo entra y mira tres capítulos, Netflix zafó de que el usuario dé de baja la suscripción. Están viendo qué contenido hacer para que el usuario no se duerma.

-En Nexos participás de la mesa “La nueva era del streaming: ¿Hacia dónde vamos?”. En el enunciado está la pregunta: ¿hacia dónde vamos?

Netflix fue disruptivo pero ya tiene quince años. ¡Ya pasó! Mi viejo lo consume, pero mi hijo no. Uno aprende más en la ignorancia, en decir “no sé”. ¿Qué va a pasar? No sé. Estamos abiertos a probar cosas nuevas. Hoy una plataforma, cuando se equivoca con una serie, le erra en 50 millones de dólares. Bueno, que se equivoquen más chico: que lo hagan con diez microseries. En tres la tienen que pegar.

Julia Montesoro

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