spot_img
spot_img

Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Pablo Solarz estrenó «Desperté con un sueño» en Málaga: «La historia surgió de un niño que quería actuar, como yo a los 12»

Pablo Solarz presentó Desperté con un sueño en la Sección Oficial del Festival de Málaga, que se lleva a cabo hasta el domingo 19. El largometraje está basado en el relato de dos páginas escrito por su propio protagonista Lucas Ferro a los 12 años: ‘En esas dos páginas se encontraba el alma del guion’, señaló Solarz en la presentación oficial.

Coproducido por las casas productoras argentinas Pampa Films (Pablo Bossi, Pol Bossi, Agustin Cabe Bossi), Aramos Cine (Roxana Ramos) y Mutante Cine de Uruguay (Agustina Chiarino y Fernando Epstein), Desperté por un sueño trata sobre Felipe, un adolescente de La Paloma que asiste a un taller de actuación a espaldas de su madre que se opone a que se convierta en actor. Pasa los días andando en bicicleta con sus amigos por las calles vacías de La Paloma, rapeando free style y yendo a las clases de teatro. Su pasión es tal que en sus sueños ve obras enteras y al despertar las escribe.

Ante la posibilidad de audicionar para una película, se escapa a Montevideo y se reencuentra con su abuela paterna, a quien no ve desde que su padre murió, terminando de unir las piezas de su pasado y reafirmando quién quiere ser. Pero el tiempo pasa y se ve en la necesidad de extender su estadía. La mentira se le escapa de las manos.

Está protagonizada por Lucas Ferro, Mirella Pascual, Romina Peluffo, Ema Sena, Calú Caride, Alegría Parra y Agua Clara Fernández.

Solarz fue entrevistado por Jesús Zotano, del Diario del Festival.

-El origen de ‘Desperté con un sueño’ nace en uno de sus talleres de guion, donde el joven Lucas Ferro ideó la historia. Lo curioso es que, como no le gustaba escribir, en vez de plasmarla en un papel, parece que se la rapeó. ¿Cómo fue aquello?  

Sí. Lo primero que entregó fue un rap que cantó allí mismo en el taller. Después, semanas tras semanas, ya fue escribiendo y teniendo en cuenta todo lo que le íbamos sugiriendo. Al final del taller, que duró tres meses, terminó escribiendo una sinopsis completa, con todos los elementos para después escribir un guion. Según dice, ahora sí le gusta escribir.

-¿Qué fue lo que le cautivó de esa idea para decidirse a trasladarla a la gran pantalla?

Confieso que, sobre todo, lo que me cautivó fue el propio Lucas. Me parecía que tenía algo difícil de encontrar. Yo lo miraba y ya lo veía en la pantalla… Y la historia también. Porque contaba la historia de un niño de doce años que quería ser actor, algo que yo también quería ser cuando tenía esa edad. Mi historia no coincidía con lo que él escribió, porque yo no tuve una madre que no me dejaba ir a un taller de actuación, pero sí tenía que superar un montón de problemas. Y por ahí sentí que estaba contando un poco mi historia también. Sentí que la historia de Lucas la podía asumir como propia. Entonces escribí el guion basándome en su sinopsis.

-¿No pensó en los riesgos de dirigir a un niño que nunca había estado frente a una cámara? 

Si no hay riesgo no hay cine. Además, qué no es un riesgo. Hacer una película con un actor de más de ochenta años también es un riesgo. Sin riesgos no habría cine, porque hacer una película en plena pandemia también es un riesgo. Hacer una película, si realmente estás haciendo algo que te importa, es arriesgadísimo. Además, me parece menos arriesgado dirigir a un niño de doce años que a una estrella. Y tal vez fui un poco inconsciente, pero al mismo tiempo nunca tuve a un actor tan serio, tan comprometido, tan puntual… Que venga con sus líneas tan bien estudiadas. Ha sido la vez que mejor me ha ido en ese sentido.

-¿Son los miedos de los adultos los que, muy a menudo, rompen los sueños de los adolescentes? 

Creo que con lo que dices se podría resumir el corazón de esta película. Tenemos que tener mucho cuidado con nuestros miedos y nuestras angustias: nuestros hijos no deberían heredarlas. Y cuando hay un ser con un deseo, creo que trabarle o dificultarle que vaya a por aquello que sueña es algo muy oscuro. Porque lo que uno debería querer de sus hijos es que sean felices y punto. Nada más. 

-¿No considera que la sociedad está educada en otros términos y que está muy generalizada la idea de que es mejor que los hijos e hijas estudien abogacía o medicina para asegurarse el sustento en el futuro?  

Bueno, creo que estos paradigmas están cambiando también. Porque, por lo menos en mi país, ser médico o abogado no te asegura ningún sustento. Antes sí, ahora ya no. Eso me pasó a mí: mis padres estaban preocupados por saber de qué iba a vivir. Y por eso tuve miedo de la reacción de la familia de Lucas. Porque él escribió una historia de un niño que quería ser actor pero que su familia no se lo permite. Por eso, lo primero que hice es conocer a su familia, que por suerte no era el caso. Si la película pudiera preguntar alrededor de estas cosas y ayudar a que los miedos de los adultos no dificulten la búsqueda identitaria y vocacional de los adolescentes, para los que la hicimos sería una enorme satisfacción. 

-El protagonista de su anterior película, ‘El último traje’, es un octogenario. Y aunque podría parecer que son historias muy diferentes, ¿no siente que están de alguna manera conectadas? 

No podrían no estarlo. Lo que sí te aseguro es que esa conexión es inconsciente. Nunca pensé en hacer lo contrario o la historia de ‘El último traje’ en negativo… Creo que cualquier cosa que uno haga va a estar conectada con lo que hizo antes. Al terminar ‘Desperté con un sueño’, sí que me di cuenta de esa conexión con ‘El último traje’ y con ‘Juntos para siempre’, mis anteriores películas. Esa es la parte maravillosa y angustiante de la dramaturgia.

Related Articles

GPS Audiovisual Radio

NOVEDADES