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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Mora Recalde protagoniza «Hija», de Martín Desalvo: «Los cambios culturales impulsaron a que el personaje central sea una mujer»

Mora Desalvo protagoniza Hija, la nueva película de Martín Desalvo estrenada el jueves 9, acompañada por Jazmín Esquivel y Bruno Vásquez.

Se trata de un drama en el que Juana es una adolescente que vive con su padre alcohólico en una chacra enclavada en el monte misionero. Viven una dura vida aislada, marcada por la rutina de la producción de carbón y por el peso de la ausencia de la madre, cuya muerte a temprana edad es un misterio. Juana comienza a sentirse atraída por una zona del monte en la que hay una extraña casa en ruinas, que parece contener alguna clave de ese pasado. Las visitas despiertan en ella una necesidad de saber más sobre lo que pasó. Mientras la búsqueda de la verdad se vuelve más caótica, los sentimientos de Juana por su padre podrían llevarla a tomar una drástica decisión.

-¿Cómo podés definir Hija? ¿Es un drama atravesado por algo del género fantástico o descubriste más elementos?

Creo que es exactamente eso: un drama atravesado por el género fantástico. Pero sobre todo es una historia muy tremenda: la que atraviesa el personaje de Jazmín Esquivel, que empieza a desentrañar la verdad sobre el fallecimiento de su madre en circunstancias trágicas. Es una situación que está muy oculta, muy tapada y que se empieza a develar de a poco, misteriosamente, pero con un anclaje en la realidad que lo torna dramático.

Hija era originalmente Hijo, un cuento de Horacio Quiroga protagonizado por un varón. ¿Llegaste al guion con el rol protagónico femenino ya definido o conocías el cuento de Quiroga y colaboraste con este cambio?

Sí: hubo una colaboración en el cambio. La película -como todas las películas, que tienen procesos larguísimos, empezó a pensarse en 2016- era la adaptación original, que había respetado la relación entre ese hijo y ese padre. Pero cuando retomamos el proyecto en 2019, pensando en poner en marcha el rodaje, había pasado el primer 3J y estaba en marcha un movimiento que reformulaba los vínculos. No se podía contar esa historia tal cual era, sin mujeres alrededor o con mujeres que aparecían aparecían nada más que para satisfacer deseos masculinos. La historia me empezó a hacer ruido. Le sugerí a Martín (Desalvo) qué pasaba si la protagonista era una hija. Allí se generó otra profundidad en ese vínculo entre el padre y el hijo. A Martín le prendió eso y empezó a desarrollar todo el guion de nuevo con ese cambio.

-¿Hay allí influencia de una nueva mirada del rol de la mujer, o es simplemente una necesidad narrativa?

Los dos advertimos que había un relato muy antiguo en la representación de las mujeres, en los roles en los que aparecían. Y que estaba bueno darle una vuelta de tuerca. ¿Por qué no puede ser una piba la que agarra una escopeta? La imagen de esa adolescente nos pareció muy potente, seguramente surgida a partir de los cambios culturales. Ni yo pude evitar sugerir ese cambio ni Martín pudo evitar esa reescritura.

-¿Qué desafío te aporta Hija a nivel interpretativo, más allá de la curiosidad de rodar dos películas en forma consecutiva, con el mismo equipo y la misma locación?

Los rodajes fueron en la misma provincia, Misiones, pero en lugares bastante distintos: hicimos El silencio del cazador bien al sur e Hija bien al norte. Aunque no parezca, cambia bastante. Y los personajes también son diametralmente distintos.

En Hija mi personaje es una tipa medio esotérica, que creía en el más allá. Y el desafío fue interpretar eso con verdad, porque no creo en esas cosas. Hasta el día antes del estreno no vi el corte final: no sé cuánto quedó de todas las brujerías que hacía esta mujer (Risas).

Pero al mismo tiempo ya venía con un camino bastante allanado con respecto a un montón de detalles importantes para la película, como el acento misionero o la forma de relacionarse con el medio ambiente. Yo ya conocía la selva y el monte, tenía ese territorio ganado por El silencio del cazador.

-¿Contribuiste como directora de casting a descubrir y evaluar a la protagonista, Jazmín Esquivel, que viene del mundo de la música?

Sí. Conocí y convoqué a Jazmín cuando fui directora de casting de una miniserie llamada Malicia. Cuando empezamos a buscar la protagonista para Hija me acordé de ella. La empecé a buscar en redes y vi que estaba tocando, que se había dedicado más a la música. Dije: “probemos igual, porque la verdad es que actúa bárbaro, tiene una cara que no se puede creer”. Martín compró enseguida. Tuvimos una reunión en un café y ahí mismo quedó en la peli. No hicimos eso que yo detesto, que son el casting de la prueba de la escena. Todos confiamos mucho en lo que podía dar. El resultado nos puso muy contentos a todos.

-Y junto con Jazmín, nuevamente vos en un rol protagónico dirigida por Martín Desalvo…

Al principio, en la versión original, ni iba a estar en la película. ¡Pero se ve que no puede vivir sin mí! (Risas).

Julia Montesoro

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