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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Deborah Kalmar protagoniza el documental «Vikinga», de Silvina Szperling: «Buscamos recuperar la memoria de Patricia Stokoe»

Déborah Kalmar es la protagonista de Vikinga, documental centrado en la vida artística de su madre Patricia Stokoe -pionera de la danza y fundadora del movimiento de Expresión Corporal-, dirigido por Silvina Szperling.

Vikinga se exhibe en el cine Gaumont y agregó una función el sábado 9 en el cine Unicen de Tandil.

-¿Qué sensación te generó ver a tu propia madre como protagonista de una película?

Es una conmoción que va desde el deseo -cuando hace más de tres años Silvina me dijo que quería filmar una película sobre Patricia-, hasta verlo concretado, con todo lo que ha sucedido en el medio.

El estreno ha movido a cuatro generaciones, para transitar y pisar -como dice Silvina-, el territorio de la memoria. Y también del presente.

-¿Creías que la vida artística de Patricia podía convertirse en una película?

Lo deseaba. Fue sorprestivo y movilizante que Silvina tomara la decisión de hacerla. Muchos años antes, hablando con amigas de Patricia, decían que la suya era una vida de novela para ser contada en el cine. Merecía llevar su vida a este arte y este lenguaje tan completo que sugiere y moviliza tanto.

-¿Por qué creés que a Silvina le interesó llevar al cine la vida de Patricia?

Patricia fue su maestra desde su infancia. Más allá de ese aspecto, Silvina supo captar lo que ha gestado y creado. Se abocó a recuperar la memoria y también a presentarlo como legado para los jóvenes. No se detuvo ni en estos dos años de pandemia, otra aventura sobre la aventura original. Silvina hizo abrir el estudio y también viajó a Bariloche para recuperar los lugares amados de Patricia.

-¿Qué creés que verá el público en Vikinga?

Hay una síntesis artística de muchas horas de dialogo, de búsqueda de material y de investigación. Es una síntesis de la visión de Silvina entre lo metafórico, lo real y lo que sugiere. Y nos habla a cada uno. No es un documental tradicional, sino que tiene la potencia de una imagen que resuena.

-Dice Silvina Szperling que volver a pisar el estudio de Patricia Stokoe le trajo recuerdos de 40 años atrás. ¿Qué recordás vos de aquellos primeros encuentros con Silvina, ahora que sos la guardiana de las memorias que conserva ese estudio?

El estudio cumplió 54 años: yo estaba entonces, sigo estando allí. Con Silvina nos cruzamos en la infancia, en un momento en que las danzas eran un estallido de posibilidades creadoras. Nos formamos en la primera cohorte de profesorado de Patricia, en plena dictadura. Y nos hemos cruzado en todos estos años. Y cuando ella volvió para la película ocurrieron cosas muy bellas. Recordamos cosas muy provocadoras de las épocas del trabajo creador de Patricia. Volvimos a abrir el piano, ejecutado por Carlos Gianni. O un placar donde se guardaba un vestido de la estada de Patricia en Inglaterra, que se usó para la película.

-Silvina nos decía que la película le permitió conocer aspectos de Patricia que desconocia. ¿Te pasó lo mismo?

Descubrí aspectos de mami que están en la memoria de otros. Incorporé una frase: Patricia es de todos; es como la sal, como el agua. Cada uno tiene una memoria y un vínculo único y diferente: la Patricia mujer, mamá, humana, personal, con su carácter y personalidad.

-Y Patricia Vikinga.

En los últimos años se llamaba a sí misma Vikinga de las pampas. Era de origen inglés, pero sin el coraje que tenía no hubiera hecho lo que hizo. Con coraje y humor y dolores ocultos. 

En la imagen de las letras del afiche aparece el “vikinga” en rojo y la “K” simbolizando el atravesamiento del amor y de las ausencias. Del amor por la danza y del espíritu creador. Ella misma decía “aquí me metí en problemas” entendiendo que cada nuevo desafío hay que llevarlo a cabo hasta el final.

-¿Cómo atravesaste el proceso de ser hija y al mismo tiempo de dar testimonio para una película?

Me entregué a la dirección de Silvina y ella me dio un lugar de mucho juego creador y de poner en práctica la improvisación. También me puso a trabajar mucho en casa, removiendo estantes y abriendo cajas y cajitas. Y algo más: yo trabaje muchísimo por la memoria, por compartir textos y libros. Pero Silvina me puso también en un lugar de receptora de ese material. Pude correrme de ser hija y disfrutar de trabajar el lugar de la memoria.

Julia Montesoro

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