La productora Crudo Films (Jimena Monteoliva y Florencia Franco) será la coproductora argentina de La piedad, el nuevo largometraje del español Eduardo Casanova, que comenzó a rodarse el lunes 27 y que está protagonizado por Ángela Molina, Manel Llunell, Ana Polvorosa, Antonio Durán Morris, María León, Daniel Freire, Songa Park y Alberto Jo Lee.
Se trata de una coproducción hispano-argentina en la que también participan Pokeepsie Films (la productora de Alex de la Iglesia y Carolina Bang), Gente Seria AIE, Spal Films y Link-up y que se rodará durante cinco semanas en locaciones de Madrid, Andalucía y Cataluña.
«Con mi socia, Florencia Franco, conocíamos a Eduardo por su primera película, Pieles, y nos interesó mucho su propuesta –detalló Jimena Monteoliva, coproductora del proyecto a través de Crudo-. Habíamos estado trabajando con la productora catalana Teresa Enrich y cuando nos comentó que estaba en tratativas de formar parte de La Piedad, nos entusiasmamos en participar».
«Nuestro aporte estará en la posproducion: los efectos digitales y la posproducción de sonido se harán en Buenos Aires. Evaluamos la posibilidad de incorporar un actor desde Argentina, pero finalmente nos decidimos por Daniel Freire, que es argentino pero vive en España. También propusimos a Pedro Oneto, a cargo de la música y a Melanie Anton en la dirección de arte. Estamos muy felices porque es un peliculón», concluyó Monteoliva.
La Piedad es una película de terror “nada convencional”, en palabras de su creador. Habla de una relación tóxica entre una madre y un hijo, estableciendo un paralelismo entre un pueblo y la dictadura de Corea del Norte. Del mismo modo, desde el plano estético, Casanova promete “un universo diferente”, algo “mucho más oscuro, tan oscuro como sus personajes”.
“Todos hemos estado en una relación tóxica, da igual si ha sido con una pareja, un amigo o con nuestra propia familia. Las relaciones son profundamente complicadas, estoy seguro que cualquier persona que esté leyendo este texto está o ha estado en una relación así, pero… ¿cómo se sale de ahí? Si consigues salir ¿cómo y cuánto tiempo te quedas ahí?”, definió Casanova sobre el conflicto planteado en La Piedad.
“El mayor riesgo que he sufrido con esta película es la pérdida de la salud. He perdido muchas cosas por el camino, ha sido difícil. Y, lo que más, ha sido la salud completamente… Me ha removido escribirla y levantarla y, para llegar hasta donde estoy ahora, he tenido que hacer la concesión de dejar la salud en un segundo plano”, reveló el realizador a Fotogramas.
Casanova aseguró que establecerá «un universo estético diferente» al que está acostumbrado a mostrar, por ejemplo, en su anterior película, Pieles (2017). De hecho, el actor y director ha querido marcar distancia, asegurando que La piedad no será «nada parecido a Pieles, nada parecido a nada».