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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Teatro: «El virus de la violencia», de Marina Wainer, con Romina Pinto e Iván Steinhardt

El virus de la violencia, obra teatral de Marina Wainer, protagonizada por Romina Pinto e Iván Steinhardt, se reestrenó el sábado 4 de septiembre y se presenta los sábados a las 20.30 hs. en forma presencial, con aforo y protocolo, en el Patio de Actores (Lerma 568).

Una pareja de recién casados llega de viaje de luna de miel a un lugar hermoso e idílico, pero estalla la pandemia del coronavirus y deben permanecer allí por la estricta cuarentena. La separación de sus familiares y la escasez de dinero, hacen resaltar los efectos secundarios del aislamiento. La curva ascendente y mortal del virus crece a la par del maltrato y de a poco, el confinamiento se vuelve una cárcel de difícil salida.  

“En enero y febrero del convulsionado 2020, al final de cada función del díptico de autores españoles contemporáneos que hicimos en Patio de Actores, le contábamos al público presente cuáles eran las siguientes temáticas que íbamos a abordar en nuestros próximos proyectos: la deficiencia y burocracia en el sistema de salud y la violencia de género –describieron los protagonistas, Romina Pinto e Iván Steinhardt-. Hoy comprobamos que las intuiciones e inquietudes artísticas concatenadas con el compromiso social no son casualidad.

El coronavirus era apenas un rumor, pero como nos viene sucediendo desde la creación de El Vacío Fértil, cada vez que un tema nos dio urticaria y empezaba a querer salir, los proyectos llegaron. Quiso la causalidad que tanto el tema de la salud como el de violencia de género se juntaron en nuestro nuevo espectáculo. Nos pusimos a investigar mucho, hablar con especialistas, buscar textos, indagar en los sucesos cotidianos y también miramos hacia adentro. A nosotros mismos.

A lo largo de todo el tiempo de aislamiento social preventivo obligatorio, hemos visto desde nuestro lugar de CONFINAMIENTO el horror de la gigantesca cantidad de FEMICIDIOS que lejos de disminuir en nuestro país y en el mundo, aumentaron; no sólo en cantidad, sino en su nivel de crueldad, sadismo y violencia. Pareciera ser que cuanto más movimientos, colectivos y manifestaciones surgen, más aumentan los casos. Da escalofríos pensar que en lo que va del año 2021 el número de mujeres asesinadas en el marco de la violencia doméstico-familiar es ciento cuarenta y dos y posiblemente cuando Ud. lea estas líneas el número haya aumentado.

De manera tal que necesitábamos ir al origen. Al período de gestación de esta violencia. Nos llenamos de preguntas. ¿Por qué así? ¿Dónde y cuándo comienza la naturalización del sistema posesivo y dictatorial del hombre sobre la mujer? Los límites del respeto no se pasan de un día para el otro. Crece. De a poco. Y se va instalando tanto en la víctima como en el victimario de manera tal que cuando llega el primer grito, el primer golpe, parece una consecuencia tan lógica como espantosa.

El virus y su letalidad creció afuera, pero la violencia machista surgió adentro de muchos hogares. Imaginar una mujer teniendo que elegir entre una posible muerte o la otra es lo que nos impulsó inmediatamente a hablar de esto. Si las temáticas que abordamos antes son cruciales, esta es, además, urgente. Así lo entendimos, y hacia eso vamos”.

“Mi mirada como escritora tanto como directora, se basa en hacer viajar al espectador por los diferentes climas por los que atraviesa la pieza: la levedad de lo cotidiano, las escenas de performance, que rebajan la tensión y hacen reír por un rato, la sutil filtración de lo violento, la violencia descarnada, o el clima de la última escena que podría a priori verse como una escena fantástica –detalló la dramaturga Marina Wainer-. Creo que, aun desvelando el final trágico, al principio, me interesa, en el flash back, difuminar la frontera de lo extraordinario. Como expresé anteriormente; no hay un día en que se produce la mudanza entre lo lógico y lo brutal, la palabra agresiva que se elige no oír, pasa, el gesto pasado por alto, cada detalle omitido y justificado van alimentando al ogro que va adentrándose en el territorio de lo inadmisible. Y esa sutil filtración es uno de los pilares de la direccióna nivel interpretativo

Y el motivo de esta mirada para mí, es clave: Quise como escritora, y pretendo en la dirección, trasmitir que lo real puede ser la peor de las ficciones y pesadillas, además y en todo caso, me gustaría ceder al público la posibilidad de que la mujer muerta, la muerte misma, bien pueda ser la propia conciencia del culpable que lo atormenta, o tal vez la voz de los acallados que incluso, tras la muerte se manifiestan en busca de una mísera porción de justicia”.

FICHA ARTÍSTICA

Autor: Marina Wainer

Asistencia General: Emilio Zinerón

Escenografía y Vestuario: El Vacío Fértil

Iluminación: Marina Wainer

Diseño y Realización de Sonido y Video: Iván Steinhardt

Diseño Gráfico: Romina Pinto

Producción Integral: El Vacío Fértil

Prensa: Paloma García para GARBO PRENSA

Fotografía: Paloma García, Eduardo Luis Muro y Eugenio Cornacchione Dirección: Marina Wainer

Duración: 70 minutos

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