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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Inés Barrionuevo estrena «Camila saldrá esta noche» en San Sebastián: «Me atrae la turbulencia del mundo adolescente»

Inés Barrionuevo participará en la competición oficial del Festival de San Sebastián con su cuarto largometraje, Camila saldrá esta noche, protagonizado por Nina Dziembrowski, Maite Valero, Diego Sánchez y Adriana Ferrer, cuya joven protagonista se enfrenta a los cambios provocados por una mudanza a Buenos Aires y por su ingreso en una escuela privada tradicional.

La realizadora, además, viene de obtener en junio dos importantes distinciones en el Festival de Cine de Málaga: los premios a mejor película iberoamericana de la sección “Zona Zine” y de mejor actriz en la misma sección, para Carla Gusolfino por Las motitos, codirigida con Gabriela Vidal.

-¿Cómo recibiste la noticia de tu participación en San Sebastián?

Todo fue muy vertiginoso: me lo comunicaron el jueves 15 y el lunes 19 se hizo el anuncio oficial. Desde entonces estoy saltando en una pata. ¡Todavía camino por mi casa y pego saltos! Ya había estado en el festival (NR., en 2018 presentó Julia y el zorro), pero nada me hacía suponer que tenía que estar de vuelta. El arte no es progresivo, no implica que por haber estado una va a estar de vuelta. Además, es muy loco compartir la sección con Terence Davies, alguien a quien admiro.

-¿De qué se trata Camila saldrá esta noche?

Camila tiene 17 años y vive en La Plata. Va a un colegio público y tiene sus amigas allí. Milita, es feminista y va a las marchas. Pero en el último cuatrimestre del año tiene que mudarse a un barrio coqueto de Buenos Aires, Recoleta, porque su abuela se enferma y su madre, que es hija única, tiene que ir a cuidarla. Se cambia a un colegio católico y encuentra un mundo muy diferente de la escuela pública y de su grupo de amistades. Allí pondrá a prueba su personalidad.

-¿Cómo llegaste a esta historia?

Me llamaron desde Buenos Aires para dirigir: una cuestión de federalismo atípica e interesante. El guion original es de Andrés Aloi (de Aeroplano Cine, coproductor con Gale Cine). Les propuse modificarlo con mi punto de vista y lo aceptaron. Trabajamos junto a Andrés muy rápidamente, para los tiempos habituales del cine: me convocaron en julio y en enero comenzó el rodaje.

-¡La terminaste antes de la pandemia!

A una semana de terminado el rodaje me agarró ese fatal marzo de 2020. Tuvimos que cortar el trabajo de edición y coproducción y lo terminamos ocho meses después, con el riesgo de trabajar con escenas con muchos adolescentes. Entre la cuarentena y uno de los inviernos más duros de la historia hubo que rearmarse emocional y físicamente. Pero todo lo que nos costó está dando su fruto: entrar en la competencia oficial de San Sebastián es como un sueño.

-¿Qué te atravesó de esa historia para que decidieras dirigirla?

Es una historia de adolescentes, pero enfocada en el bullying, Curiosamente, yo venía pensando en un personaje adolescente en un colegio en Córdoba y se mezclaron un poco esos dos mundos.

Pero lo más importante es el desafío: siempre estuve sola mucho tiempo escribiendo mis películas, con mis gatos y mi mate. Me pareció ir un paso más allá, como aceptar que soy una directora madura que puedo encarar un proyecto ajeno, trabajar con un guionista que no conozco y modificarlo juntos. Y llegar a un lugar que me convenza y me guste, hasta el punto de hacerlo propio: Camila se volvió un personaje fundamental, pienso en ella como si viviera, hablo de ella como si fuera mi vecina.

-¿Qué te atrae del mundo adolescente, que ya reflejaste en Las motitos?

La turbulencia de esa etapa. El aprendizaje del paso de una etapa a otra. Todo está por venir pero al mismo tiempo lo toman como si la vida se acabara; entonces todo es pasional, como un torbellino de emociones.

Mi primera película (Atlántida) fue de adolescentes, la segunda más oscura (Julia y el zorro) y después y ahora volví a la adolescencia. Viste cómo es el arte: uno vuelve a los mismos temas. Pensé que no, pero de repente el mundo me encontró con esta película.

-¿Cuáles fueron tus fuentes de inspiración, de identificación?

Esta generación de chicas se crió en una situación diferente de la mía y eso me inspiró mucho: verlas en las marchas, formar parte de la marea verde, acompañar la ley del aborto. La propia Nina (Dziembrowski, la protagonista), en el momento del rodaje tenía 18 años: o sea, no era una actriz mayor que estaba haciendo un papel, sino que ella misma estaba saliendo del colegio.

-En 2020, San Sebastián fue uno de los primeros festivales que apostó a lo presencial. Este año volvería a presentar sus películas en las salas. ¿Tenés expectativas de ir?

¡Sí! Si bien las novedades se dan minuto a minuto, es diferente del año pasado, cuando aun no existían las vacunas. Espero poder ir. Intimamente mi deseo es estar con todo el equipo. Ojalá podamos acompañar el estreno todos juntos.

Julia Montesoro

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