Vinci / Cuerpo a cuerpo, la película documental de Franca González sobre el escultor Leo Vinci, se presentará desde el jueves 20 de junio a las 19 hs. en el Cine Gaumont y Espacios INCAA del resto del país. Además se exhibirá en el cine El Cairo de Rosario los días viernes 9, sábado 17 y viernes 23 de agosto a las 20.30 hs.
Se trata de una producción de Franca González Cine con el apoyo del INCAA y Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires preestrenada en el BAFICI, con guion, cámara y montaje de Franca González. A los 92 años, el escultor Leo Vinci tiene varios sueños pendientes: uno es atacar el bloque de mármol que lo espera en el patio; quiere enfrentarlo cuerpo a cuerpo, como los luchadores de sumo. También sueña con volver a acampar frente al mar, donde las formas de la naturaleza le insuflan nuevos sentidos. Mientras tanto, en su taller moldea, suelda, construye máquinas, recibe a sus fantasmas.
Entre la observación poética y el retrato cinematográfico, el film se sumerge en un mundo en el que el hacer se transforma en ritual, en obsesión creativa, en resistencia. Y nos ofrece una idea revolucionaria: bastan dos manos para cambiar las cosas.
Cuenta con la participación de Leo Vinci, Marina Dogliotti y Pablo Vinci, entre otros.
«Me encanta filmar la acción del trabajo manual -reveló Franca González a GPS Audiovisual–. Con el tiempo tomé conciencia -y me lo han hecho notar- que en varias de mis películas, como Liniers, el trazo simple de las cosas (2010), Tótem (2013) o Al fin del mundo (2015), hay algo de ese ejercicio repetitivo en la búsqueda de lo creativo que me genera mucho misterio. Me gusta mucho ese registro. Y el espectador que no tiene idea qué es lo que va a terminar sucediendo con eso que se está pensando o gestando. Leo Vinci, más allá de ser un maestro en su rol artístico, tiene algo del hombre que hace. Ese acto de fe, de saber que está modificando la realidad que lo rodea con el simple hacer de sus manos.
Vinci tiene una especie de lema que es que el ser humano es el único animal capaz de crear algo nuevo para el mundo. ¡Ningún otro animal puede hacerlo! Pueden hacer cosas, moverse, transformar el medio ambiente, pero nunca incorporar algo nuevo, como una obra.
Encontré algo de fascinante en ese mundo de Leo. Seguir tan activo a los 92 años arriba de un andamio, levantándose cada mañana con una idea nueva de trabajar como muy rápido. Además, habiendo atravesado situaciones muy críticas como la pandemia, sintiendo que estaba en su salsa, porque tenía todo el derecho del mundo a no tener que verse con personas y quedarse ahí adentro, trabajando todos los días. Como él dice: su labor consiste más en jugar que otra cosa. Pero jugar como hacen los chicos, quienes sienten que están haciendo algo serio, que los compromete, que ponen el alma y la vida».
Leonardo Dante Vinci nació en Buenos Aires en 1931. Egresó de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y “Prilidiano Pueyrredón”, y de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación “Ernesto de la Cárcova”. Fue formado por Alfredo Bigatti, Troiano Troiani y Adolfo de Ferrari, entre otros.
Impulsado por André Malraux y con la ayuda del Fondo Nacional de las Artes, realizó un viaje por España, Italia, Suiza y Francia. Participó en el Grupo del Sur, formado en 1959, que cuestionaba el esnobismo de las vanguardias elitistas y frívolas que florecían en los ’60 en la Argentina y apostaba a un arte más comprometido con la realidad.
En 1976 fue dejado cesante en sus cargos de profesor en las escuelas oficiales de Bellas Artes por las autoridades de la dictadura militar. A comienzos de los ‘80 realizó las obras «Ausencia», «Hacia dónde», «Sólo la sombra» y «El que no está», vinculadas con las víctimas del terrorismo de Estado.
En 1987 fue cofundador y vicepresidente de Fundart, Fundación para la Integración de las Artes. En 1989 fue seleccionado para ubicar una obra de gran tamaño -Nuevos Aires- en forma definitiva en el hall de entrada de la Casa Rosada. Años más tarde, su obra Ofrenda, también pasó a ser patrimonio de Casa de Gobierno.
Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas en la Argentina y el exterior. Las obras de Leo Vinci se encuentran expuestas permanentemente en paseos y museos de Argentina, Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Francia, Bélgica, Canadá y Australia.
Posee el taller de escultura más grande de Latinoamérica al que concurren becarios tanto argentinos como extranjeros. Pero él no considera que hace docencia, sino que es «un predicador»: “Predico un pensamiento y una forma de entender la realidad y la vida”.
“Me importa mucho que detrás de cada imagen haya algo que la sostenga, que la soporte, que la motive, que la genere. No creo en el hecho estético. Lo estético es lo que se conquista cuando hay un hecho ético que lo sustenta”, asegura.