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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Guillermo Pfening protagoniza la serie «Espartanos»: «Es una historia de autosuperación en el ámbito de una cárcel»

Guillermo Pfening encarna el gran desafío de protagonizar Espartanos, una historia real, serie dramática basada en hechos reales que narra la historia del primer equipo de rugby carcelario de Argentina, dirigida por Sebastián Pivotto, que se estrena el miércoles 19.

Espartanos, una historia real gira en torno a Eduardo Coco Oderigo (encarnado en Pfening), secretario de un juzgado penal y exjugador de rugby que, después de ver con sus propios ojos la realidad de las cárceles argentinas, decide entrenar a un grupo de presos de la Unidad 48 de un penal de la provincia de Buenos Aires y, sin planearlo, funda Espartanos, el primer equipo de rugby carcelario. Sin embargo, no todo es tan sencillo. 

-¿De qué está más cerca Espartanos? ¿Es un drama carcelario o una historia de autosuperación?

Es una historia de autosuperación en el ámbito de la cárcel. Donde ocurren conflictos esperables dentro de ese contexto. Pero también hay otras historias, que no suelen suceder allí porque Eduardo ‘Coco’ Oderigo, el inventor y corazón de todo esto, se encargó de que sucedan. Son historias de superación, de gente a quien le interesa tener una vida ordenada, sana: levantarse a la mañana, hacer ejercicios y jugar rugby. Para salir de ahí y tratar de no volver a reincidir. Todo vehiculizado a través del deporte: en este caso es el rugby, pero también podría ser otro. Es una historia de valentía, de equipo. Tiene algo de esas películas de héroes. Muestra un camino.

-Coco es abogado y creador de “Los espartanos”, el primer equipo de rugby carcelario. ¿Qué conocías de él?

Un día fue a hacer un trámite a la cárcel de San Martín (Provincia de Buenos Aires), como abogado y vio que todos recaían siempre en lo mismo. La manera en que vivían -la que viven en muchas cárceles-, no está buena. Ahí adentro no se consigue mucho. Entonces le preguntó al jefe de la cárcel si podía enseñar rugby un día por semana. El tipo le dijo que sí pensando que iba ir una vez, se iba a asustar y no volver. Pero Coco volvió.

Y vuelve todos los martes, desde hace más de diez años. Con lluvia, truenos, con lo que sea: él va. A partir de ahí se empezó a ganar la confianza. Fue un trabajo de hormiga. Hoy en esa cárcel hay un pabellón de Espartanos. El equipo de rugby está solo en un pabellón. Es muy fuerte la conducta y lo que pasa ahí. Ellos mismos se encargan de mejorarlo estéticamente. Y en los otros pabellones ven que ahí se vive mejor y también se quieren sumar.

-¿Qué te impactó de la propuesta para encarar la serie?

Que pensé que no la podía hacer. Eso es lo que más me atrajo: pensar que no podía interpretar a un entrenador de rugby ni jugar al rugby a mis 45 años. Tampoco que podía pararme frente a todas las personas carcelarias. Más allá de que la historia me atrajo mucho, el desafío de pensar que no iba a poder fue lo que me impulsó.

-¿Qué relación tenías con el deporte o con el rugby hasta ese momento?

Tenía muchos pruritos con el rugby. Pensaba que era gente de mierda, la verdad. En su mayoría. Elitistas, homofóbicos. Y hay gente de todo tipo, como en todos lados. Hasta que conocí a Coco. Es alguien que a mí… no me gusta decir que es un «ser de luz», me parece una expresión horrenda, pero es una persona luminosa, alguien que transforma todo en algo más o menos bueno. Lo empecé a conocer y me empecé a entusiasmar más.

-¿Y qué te ocurrió al interactuar en el ámbito carcelario?

…No es fácil. Estar todos los días ahí, en pleno verano, en una superficie de cemento. Fue la época del Mundial de Qatar. Pero uno aprende mucho también. Y te acostumbrás, aunque ver esa realidad es muy triste. Al menos en esa cárcel, las personas que están ahí, privadas de su libertad, hacen muchísimas cosas.

Dentro de ese contexto, se los ve bien. Todas las mañanas entrenan entre ellos. Siempre están lavaditos, peinaditos, impecables. Trabajan en carpintería o en herrería; están bastante ocupados. En los tres meses que tuvimos estuvimos ahí nunca hubo un disturbio. Existe una buena convivencia.

-¿Qué privilegiás a la hora de hacer un personaje? ¿El vínculo? ¿La historia? ¿El aspecto económico? ¿Todo eso junto?

A mí el trabajo me va llegando y lo voy haciendo. Muy pocas veces tuve la oportunidad de elegir entre dos cosas: ya no me acuerdo cuándo fue. A veces directamente estoy haciendo una cosa y ni leo el otro trabajo, pero no es que tengo tres propuestas simultáneas y planifico a ver lo que voy hacer en el curso del año. Hay pocos que pueden hacerlo: Joaquín (Furriel), Ricardo (Darín), dos o tres más. Si otros te dicen que lo hacen, mienten (Risas). A veces he dicho que no a cosas en las que el proyecto era medio mamarracho. Pero no puedo decir que elijo todo el tiempo. ¡Y eso que trabajo mucho!

-En todo caso, podés no elegir un proyecto porque no te parece apropiado.

Hace poco hice una película en Rosario que hablaba mucho de la mafia de la droga. Y me planteé si me iba a exponer a hablar de eso. ¿No sería peligroso para mí o mi familia? Al comienzo dije que no, pero lo terminé haciendo.

Por otra parte, nunca interpreté un personaje demasiado desagradable. No lo podría hacer. Hace poco, en la segunda temporada de la serie La reina del sur, había una escena de violación en grupo a una mujer. Por suerte, después la sacaron. No porque no se pueda mostrar una violación sino porque realmente lo que proponía era muy descarnado. Era demasiado violento. Hay cosas que prefiero que las haga otro. Si vamos a hacer una película de violación, te preparás. Pero para hacerlo en dos patadas prefiero no hacerlo.

-Mientras te volcás hacia las series, ¿qué perspectivas le ves a la actividad?

Por ahora las empresas privadas como las plataformas aparecen con posibilidades de producir. También van a aparecer durante el año algunas peliculitas chicas, con el apoyo del INCAA. Hay otra realidad, otro mundo. Y creo que va ser por mucho tiempo.

-En ese contexto tenés tu propio proyecto como director, Alice, que protagonizará Cecilia Roth. ¿En qué fase se encuentra?

Luchando. Esperando respuestas. Teníamos todo para hacer con el INCAA y lo que no se pudo hacer en el Gobierno anterior… ahora desconocieron el proyecto. Volvimos a fojas cero.

Julia Montesoro

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