Celina Murga estrena El aroma del pasto recién cortado, un retrato agudo del vínculo conyugal protagonizado por Joaquín Furriel, Marina de Tavira, Alfonso Tort y Romina Peluffo, que llegará a las salas argentinas el jueves 19.
Se trata de una coproducción internacional de Tresmilmundos Cine (Juan Villegas, Celina Murga), Mostra Cine (Tomás Eloy Muñoz Lázaro, Valeria Bistagnino) e Infinity Hill (Axel Kuschevatzky, Phin Glynn, Cindy Teperman) de Argentina con Dopamine de México, Weydemann Bros. de Alemania, Barraca Prods. de México y Nadador Cine de Uruguay, con producción ejecutiva de Martin Scorsese y guion de Celina Murga, Juan Villegas y Lucía Osorio, que en su estreno mundial ganó el premio al Mejor Guion en la competencia internacional del Festival de Cine de Tribeca y que fue seleccionada como Película de Clausura en la Competencia Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián
-Pongamos el foco sobre los dos personajes protagónicos, que empiezan a tener cada uno por su lado una relación extraconyugal. ¿Por qué quisiste plantear este juego de espejos con esta configuración?
Los personajes surgieron a partir de una pregunta que nos hicimos a la hora de empezar a escribir el guion, que tiene que ver con qué pasa con los roles de género. ¿Cómo somos las mujeres y cómo los hombres en el marco de una crisis, que de alguna manera es la crisis de la mediana edad?
La película tiene muchas capas, muchos matices y busca abordar distintas temáticas que tienen que ver con las cuestiones de género. Cómo hombres y mujeres, de alguna manera, repetimos mandatos, formas de detectar desde el género. Pero a la vez, también busca tematizar sobre los conflictos de una pareja en la mediana edad y que se ha dedicado mucho tiempo a la crianza de sus hijos y de sus hijas. ¿Qué pasa con esa pareja una vez que los hijos son un poco más grandes? Cada uno empieza a mirarse a sí mismo y preguntarse quién soy hoy, dónde estoy, con quién estoy. ¿Quiero estar con esta persona? ¿Cómo quiero proyectarme hacia el futuro?
La idea de la película es preguntarnos sobre los vínculos; sobre qué es construir un matrimonio, una familia. Y cómo cada individuo puede seguir creciendo y cambiando al interior de una familia y de una pareja. Todos estos temas y preguntas son las que atraviesan los conflictos principales de de los personajes.
-¿Las dos historias en paralelo estaban escritas del comienzo al final o la misma confrontación de historias durante el rodaje te fue llevando a otros lugares?
El proceso de guion fue muy largo. Empezamos a escribir en el 2017 y a recién se filmó a fines del 2022. En un momento íbamos a filmar cuando arrancó la pandemia, y obviamente, como a todos y todas, la pandemia nos frenó.
Gracias a ese freno el proceso de la escritura se siguió desarrollando. Entonces, como bien decís, hubo etapas diferentes. La primera idea que surgió tuvo que ver con esta idea del espejo y contar una misma historia transitada por un hombre y por una mujer. Buscando hacernos la pregunta de cómo un hombre y una mujer reaccionan a determinadas circunstancias y, a la vez, interpelar al espectador para que se refleje y se pregunte cómo miro un a hombre (o una mujer) haciendo esto. ¿Cómo estaría ubicado en esa situación en la que están los personajes? Esa fue como la primera idea que tenía que dar con este dispositivo formal tan concreto que es el espejo entre las dos historias.
En la medida en que avanzamos en el trabajo de escritura fueron creciendo cada vez más la idea de las familias, de los contextos familiares, de los contextos laborales complejos. Allí fueron apareciendo los conflictos personales y los conflictos de cada pareja.
Ahí se instaló más claramente la crisis de la mediana edad, a través de una pareja que empieza a ver que sus hijos quizás no necesitan tanta atención, tanto acompañamiento, tanto seguimiento cuerpo a cuerpo, como ocurre en la crianza en la temprana infancia. Empiezan a poder preguntarse más dónde están ubicados, qué quieren de sus vidas, qué quieren o piensan de sus trabajos y sus entornos. Ahí se manifiesta la crisis.
Sí, el guion tuvo muchas etapas de trabajo y la película también tiene muchas capas de lectura. Nos pasa mucho con las personas que la ven es que cada persona, de alguna manera, conecta más con algo diferente de otra, porque tiene múltiples lugares por donde entrar: La cuestión de género, los conflictos de pareja, la búsqueda de una especie de juventud perdida, la necesidad de revitalizar y reconectar con la profesión y con la vida de otra manera.
Hay muchas cosas que se van desplegando en las dos historias. Y cada persona que la ve se deja tocar por lo que más le importa en ese momento. Me gusta esta idea del cine como es un reflejo de quienes lo ven.
-Los personajes no bajan línea. No se juzgan conductas ni morales. ¿Cómo llegaste a la conclusión de tomar partido por no tomar partido?
No vamos a spoilear, pero hay momentos donde la película toma partido (Risas). Creo que son bastante concretos y claros. Me gusta hacer un cine que no se pone por encima de los personajes; personajes que son vulnerables y que tienen matices, que son complejos y que están atravesados por emociones que los tensionan.
La vida en gran medida es eso, ¿no? ¿Cuántas veces en la vida uno transita situaciones en las que no sabe exactamente lo que quiere, lo que le pasa o por qué se siente tironeado? ¿Cuántas veces nos ha pasado que queremos determinada cosa y a la vez que tememos a eso mismo que queremos?
No diría que la película no tome partido: en todo caso, yo no tomo partido en el sentido de que nunca voy a decir que tal personaje es bueno o malo.
-Hay allí una búsqueda sobre los comportamientos del ser humano.
El ser humano es básicamente contradictorio y a mí me gustan los personajes que se cuentan de esa manera. Son personajes que están en un lugar incómodo. Me gusta que el espectador pueda empatizar, sentirse cerca de un personaje así. A partir de esas grietas, o de ese lugar más resquebrajado de lo humano, podemos estar más cerca.
-Tradicionalmente hay decisiones que en los hombres se dan por naturalizadas y en las mujeres reciben miradas condenatorias. Con esta mujer pasa algo distinto también.
Sí. Creo que lo podemos decir porque la promoción de la película se basa fuertemente en la cuestión de la infidelidad. Cuán naturalizado de alguna manera está que un hombre pueda ser infiel y que poco naturalizado que una mujer también lo sea.
No condeno esa situación de infidelidad, sino que los observo como personas humanas, mortales, comunes… me gusta poner a los personajes en un lugar incómodo y, de alguna manera, también pone al espectador en un lugar un poco incómodo. Porque ella va más allá de si uno es infiel o no, lo cual es una decisión individual y hasta de cada pareja, también son emociones que a todos nos han pasado, a quienes hemos sido parte de una pareja muchos años. ¿Por qué no hablar de eso, por qué no ponerlo sobre la mesa?
Está buenísimo este tema que traés porque tiene que ver con el origen de la película. Se escribió en el 2017, cuando en Argentina estábamos en medio de la lucha feroz por la legalización del aborto. Era un momento súper álgido, donde la sociedad estaba muy dividida respecto de la cuestión del género.
Muchas personas que me rodeaban nos preguntábamos si todos los hombres son malos por ser hombres, si todas las mujeres somos buenas o malas por ser mujeres, esta cuestión tan taxativa que se daba en ese momento. Tenía que ver con una necesidad de visibilizar cuestiones de derechos de las mujeres. Pero en un determinado momento me empezó a generar la necesidad de abrir el debate y pensar esas cuestiones en otros territorios o en otros órdenes. Ese es el punto de partida.
-¿El aroma del pasto recién cortado busca abrir nuevos caminos para los conflictos de siempre?
Ya en ese 2017 busqué poner a los personajes en zonas más conflictivas, abriendo la posibilidad de pensar el machismo y el patriarcado como una matriz de sociocultural que nos atraviesa a todos y todas. Y me interesó observarlo en lo intrafamiliar. La película busca mucho contar a partir de detalles y pequeñas situaciones, como qué pasa con el trabajo en una familia, a partir de si lo ejerce un hombre o una mujer. ¿Qué pasa con el dinero en ese caso? Si en una familia es una mujer la que trae el dinero, ¿qué pasa con el hombre? Hay un montón de pequeñas situaciones en las historias de los dos personajes que hablan sobre el patriarcado y sobre qué pasa con los roles de género en esta sociedad.
Julia Montesoro