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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Celina Murga, ganadora en Tribeca por «El aroma del pasto recién cortado»: «El apoyo del INCAA es fundamental para que se sumen más productores»

Celina Murga tuvo el mejor estreno mundial posible de su nueva película, El aroma del pasto recién cortado: ganó el premio al mejor guion en el 23º Festival de Tribeca. La prestigiosa muestra neoyorquina reconoció el argumento de la propia Celina Murga –junto con Juan Villegas, Lucía Osorio y en la última etapa, Gabriela Larralde- que revela los conflictos emocionales de Pablo y Natalia, dos profesores universitarios que se embarcan en aventuras sentimentales con sus alumnos.

“Es una misma historia contada por un protagonista hombre y después por una mujer. Me interesa mucho no quedarme con lo más obvio de los estereotipos sino ir más allá y poder encontrar no solo las diferencias sino las similitudes. Este es el gran desafío del guion: por eso me interesa seguir encontrándole matices”, había detallado la realizadora en forma exclusiva a GPS Audiovisual días antes del comienzo del festival.

Protagonizada por Joaquín Furriel y Marina de Tavira, con la participación de Emanuel Parga y de Verónica Gerez, El aroma del pasto recién cortado cuenta con la producción ejecutiva de Martin Scorsese.

Es una coproducción internacional de Infinity Hill (Axel Kuschevatzky, Phin Glynn, Cindy Teperman), Mostra Cine (Tomás Eloy Muñoz Lázaro, Valeria Bistagnino) y Tresmilmundos Cine (Juan Villegas, Celina Murga) de Argentina y Dopamine de México, Weydemann Bros. de Alemania, Barraca Prods. de México y Nadador Cine de Uruguay.

-Al llegar a Tribeca, ¿qué expectativas tenías?

Ninguna. Era un festival que no conocía. Había escuchado cosas de gente que había estado, pero tenía muy pocas referencias. Y también tenía cierta incertidumbre ya que se trata de un mercado muy norteamericano, que una no conoce tanto.

Pero desde el mismo momento de la recepción todo fue espectacular. Fue muy interesante ver cómo se lee la película; cómo personas de distintas latitudes sintonizan con los personajes que uno quiso contar, con las historias que uno quiso narrar, que a veces no están tan en la superficie.

Además, la presencia de Martin Scorsese en el cóctel fue impactante. Si bien lo esperábamos, porque nos había avisado que iba a ir, teníamos la duda de que eso iba a suceder. Al encontrarnos allí, pude compartir esa parte de mi vida -de mi relación con Scorsese y la beca Rolex, que viene sucediendo hace más de 15 años-, con mis compañeros de la película. También los vi cumplir el sueño de conocer a Scorsese, de poder hablar con él de la película y de un montón de cosas cotidianas.

-¿Qué pensaste en el momento de ganar el premio?

No lo esperábamos para nada. No nos habían avisado: en algunos festivales te lo adelantan, pero no fue en este caso. Sentí que el premio es un reconocimiento al tiempo de trabajo que tuvo la película. ¡Desde el 2018! ¿Te acordás que te conté que la película se estuvo por filmar en el 2020? Al frenarse por la pandemia, siguió creciendo y nutriéndose de un montón de cosas que fueron pasando en relación a la historia, como también en relación a cuestiones personales de nuestras vidas. Fue un broche relindo de lo que implica el trabajo en equipo.

-Una película siempre es una labor colectiva. En este caso, el guion es un trabajo tuyo, de Juan Villegas y de Lucía Osorio, con la colaboración de Gabriela Larralde. ¿Cuántas versiones tuvo el guion hasta la instancia final?

Tuvo básicamente dos grandes etapas. La idea original surgió de Juan y de mí: la tuvimos los dos. Enseguida sumamos a Lucía porque sentíamos que en el equipo de trabajo había que incorporar a alguien más joven, que pudiera representar a los personajes de los jóvenes de la película. Nosotros a los adultos los conocíamos bien y podíamos conectar con la franja etaria de los personajes protagonistas. Pero queríamos que el mundo de los jóvenes estuviera bien representado.

Lucía, quien había sido una alumna de Juan en las clases de la FUC, fue una jugadora espectacular en toda esa primera etapa, de unos tres o cuatro años.

En la pandemia, ya más cerca al momento de la filmación, sentí que tenía que apropiarme más del material yo sola. Había cosas que no terminaba de visualizar y sentí que tenía que darle una vuelta de tuerca nueva. Pero tampoco lo quería hacer sola. No me gusta escribir sola porque sufro. Disfruto trabajando con gente y necesito del intercambio, si no me enrosco. Decidí que quería trabajar con una mujer. Además, queríamos que también me ayudara cómo fortalecer esa mirada. Llegué a Gabriela Larralde gracias a un amigo guionista que quiero un montón, y que me dijo que nos íbamos a llevar espectacular. ¡Con Gabi fue amor total! Iría hasta el infinito, la recomiendo siempre porque es una genia.

Fueron etapas muy distintas de abordaje: en un primer momento tratamos sobre una cosa, en el segundo momento con Gaby trabajamos sobre otras. Los guiones son instancias donde una pasa mucho tiempo en estos países donde se tarda tanto en filmar (Risas).

-A ello hay que sumarle la etapa del rodaje, en el contexto de una coproducción entre varios países.

Exactamente. La película es una coproducción entre Argentina, Uruguay, Alemania, México y Estados Unidos. Fue muy interesante poder hablar de este tema en Estados Unidos. En esta coyuntura en la que estamos viviendo, con tanta amenaza respecto al cine y a la cultura argentina, nos dedicamos mucho a hablar de esta película como un ejemplo de un tipo de películas que sin el INCAA, no existiría. Por lo que implica y dinamiza una producción así a nivel económico. Ninguno de los países coproductores hubiera entrado si el Instituto de Cine de tu propio país no hubiera tenido una pata fuerte avalándolo.

Al tratarse de una coproducción, hay un montón de trabajo y de inyección económica y financiera que sucedió gracias a estas inversiones. Hay algo muy virtuoso en la industria del cine y es importante que no se pierda. Después llegó el premio al mejor guion, Scorsese apoyando la película siendo productor ejecutivo… No solo es importante para nuestra película, sino también para el cine argentino.

-El cine como modelo de representación fronteras afuera del país. Atrayendo capitales y recursos.

Esto también nos dio otra dimensión contra la gran falacia de que el Instituto de Cine es un lugar de chorros. Como tantas otras falacias de este Gobierno. Es una coproducción entre cinco países porque el apoyo del Instituto es un porcentaje muy menor para hacer una película. Pero su presencia es un incentivo: es la piedra fundamental que permite que después otros socios productores se sumen. Lo que genera es atraer esas inversiones.

-¿Qué destacó Martin Scorsese de la película?

La primera vez la vio en video. Yo le fui mandado cortes, de los que me fue haciendo devoluciones. Me interesa siempre todo lo que pueda opinar.

Lo que más subrayó tuvo que ver con la construcción de los personajes y con las actuaciones. Mencionó la complejidad y la humanidad con que están contados los personajes, y cómo podés entender a unos y a otros sin juzgarlos ni demonizarlos. Sin subrayar quiénes son los buenos y quiénes los malos. Subrayó que es un tipo de personajes construido sobre la idea de que uno puede estar todo el tiempo empatizando, pero siempre hay una duda, un “ah, pero…”. Con contradicciones atravesadas por estados, emociones, miedos, coyunturas. En la película anterior me había dicho algo muy parecido.

En este caso lo increíble es que se lo pudo decir a los mismos actores.

-¿Cómo sigue el camino de El aroma del pasto recién cortado?

La intención es preparar el estreno en salas para antes de octubre. A partir del premio se confirmó la participación en un par de festivales. Y también hay conversaciones con algunas plataformas para que pueda tener algo de la vida posterior. El camino recién empieza.

Julia Montesoro

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