spot_img
spot_img

Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Celina Murga estrena «El aroma del pasto recién cortado» en Tribeca: «Me interesa mucho que la película no genere conclusiones sino preguntas»

Celina Murga estrenará mundialmente su nueva película, El aroma del pasto recién cortado, en la Competencia Internacional de Ficción del Festival de Cine de Tribeca, que se va a desarrollar a partir del 5 de junio. Se trata de una historia en torno del amor, el deseo y la familia protagonizada por Joaquín Furriel y la mexicana Marina de Tavira, que cuenta con producción ejecutiva de Martin Scorsese.

El aroma del pasto recién cortado es una coproducción internacional de Infinity Hill (Axel Kuschevatzky, Phin Glynn, Cindy Teperman), Mostra Cine (Tomás Eloy Muñoz Lázaro, Valeria Bistagnino) y Tresmilmundos Cine (Juan Villegas, Celina Murga) de Argentina y Dopamine de México, Weydemann Bros. de Alemania, Barraca Prods. de México y Nadador Cine de Uruguay, con guion de Murga, Juan Villegas y Lucía Osorio, con la colaboración de Gabriela Larralde.

-Damos marcha atrás en el calendario y vamos al momento en que recibiste un mensaje, un WhatsApp o un llamado telefónico diciéndote que ibas a estar en Tribeca con tu nueva película. ¿Qué pasó allí?

Fue una alegría muy grande. En el momento pensé que hace un montón que venimos laburando con muchas personas. ¡Se iba a filmar en la pandemia! Y llegamos al final del camino, donde uno realmente empieza a anhelar que ese hijo que estuvo cuidando tanto tiempo dé sus primeros pasos y se encuentre con los espectadores. Se dio en el festival de Tribeca, a quienes les gustó muchísimo la película y nos invitó a ser parte. No lo conozco personalmente, pero me hicieron una devolución muy linda, hablando de los personajes y de la película.

-¿Qué vieron en El aroma del pasto recién cortado?

Les resonó mucho a ciertas películas de Robert Altman, por la forma en que la película busca profundizar en los vínculos interpersonales de dos parejas y de sus entornos. Valoraron mucho esa mirada… ¿Viste cuando te dicen algo que tiene que ver con lo que vos estabas buscando? Eso me dio la pauta de que vamos bien (Risas). Me refiero a esta cuestión de complejizar en los vínculos, en los matices y en las tensiones que atraviesan la dinámica de una familia y de una pareja.

-La reseña informativa dice que se trata de “una historia adulta en torno al amor, el deseo y la familia”. ¿Hay algo de todo eso que te haya resonado en forma personal a la hora de escribir esta historia?

Sí, sin duda. Las primeras versiones del guion, que escribimos junto con Juan Villegas y con Lucía Osorio, surgieron en una época donde en Argentina estaba el auge en torno a los feminismos. Estábamos con una gran lucha respecto a favor de la ley del aborto.

En ese momento la pregunta era qué es ser mujer y qué ser hombre en relación a las dinámicas de poder y del machismo. Cómo funciona el machismo dentro de las instituciones. Qué pasa con el feminismo y el machismo y esas posturas en el marco de una pareja, cómo se dirimen esas cuestiones. Y así fue como escribimos esta historia, que básicamente está protagonizada por un personaje femenino, que es una profesora universitaria quien está atravesando una crisis en su pareja y en el marco de su familia y que se relaciona amorosamente con alumno-compañero.

A la vez, esta historia también se sucede en espejo con un personaje masculino. El puntapié fue pensar en no poner a nadie en una posición cómoda: elegimos partir de una situación conflictiva para ambos personajes, tanto hombre como mujer. Pero también buscamos el espejo de qué nos iguala y qué nos diferencia con las dinámicas de poder en estas relaciones.

Fue un desafío muy atractivo contar dos historias en paralelo, que por momentos se espejan y por otros no y cómo nos ubicamos, hombres y mujeres en esos lugares. También hubo un proceso muy enriquecedor de montaje: allí hubo que encontrar el paralelo y las diferencias entre este espejo, que a veces son obvias y a veces no. El ojo del espectador tiene que ir a buscar esos elementos en una historia y en otra, para poder encontrar la huella de los vínculos en los personajes.

-¿Cuánto de tus posturas y tus pensamientos sobre el feminismo y la perspectiva de género entró en juego en el guion?

Obviamente mucho, porque el germen de la historia tuvo que ver con eso. Pero después, a lo largo del tiempo y del proceso de trabajo, seguimos profundizando. Buscamos salir de los lugares más cómodos: me interesa mucho que las películas no sean conclusiones, sino que sean preguntas. Que sean una indagación sobre un tema que a uno lo conmueve, lo interpela, le importa, pero sin la voluntad de bajar línea o de querer ser dogmática en la postura que toma.

Me gusta mucho usar una frase de Jean-Claude Carrière: “Una película es todo menos una conclusión”. Una película busca abrir sentidos y poner al espectador en relación a personajes que lo pongan en juego. En esta película no hay buenos y malos: hay situaciones y hay personajes en situaciones.

-¿Sobre qué temas relacionados con la pareja no hay conclusiones?

La intención fue preguntarnos si todas las mujeres somos buenas por ser mujer y todos los hombres son malos por ser hombres. Qué pasa con la dinámica de poder en las instituciones. Todas esas preguntas están en juego. Pero la película no pretende dar una respuesta fácil o digerida sobre el tema. Las personas que la han visto salen muy interesadas en discutir. Se han dado conversaciones donde naturalmente unos y otras -mujeres y hombres-, vemos cosas diferentes en lo que se pone en juego. Esa es la discusión que queríamos abrir.

-El debate también puede ir por una búsqueda no deseada. ¿Qué devolución generó que te haya sorprendido o que no esperabas?

(Piensa) Pasó en una proyección. Había unas 20 personas. Algunos hombres veían, reflexionaban o sacaban conclusiones sobre el accionar del personaje masculino. Mientras, las mujeres decían que en realidad no era así (Risas). De golpe, se armó un debate en torno a las posiciones de género. Eso es lo queríamos que sucediera, aunque no era fácil asegurar que iba a suceder. El desafío fue armar el rompecabezas de la película para que haya cosas que estén sembradas, pero que a la vez también queden para ser analizadas, vistas y reflexionadas por los espectadores y las espectadoras. No es que la película te lo tira por la cabeza. Igualmente, el camino está totalmente abierto: no sé cómo la película va a seguir dialogando con la audiencia.

-Y seguir dialogando, en este caso, en un festival neoyorquino.   

Al principio sentía que era un tema muy argentino, en el sentido de que las discusiones de género era algo muy nuestro, pero entiendo que la película logró una universalidad que va a permitir que eso se abra. Me intriga saber cómo se lee.

-¿Cómo llegó Martin Scorsese a esta producción y cuál fue su aporte y su mirada?

Desde cuando gané una beca de la Fundación Rolex, que me puso en relación con él en un vínculo de maestro y discípulo, allá por el 2009, quedamos en muy buena relación.

La primera película en la que se involucró fue en Una semana solos, la que yo había filmado en ese momento. A partir de allí busqué compartirles mis trabajos en distintas instancias. Él muy generosamente, tanto en La tercera orilla como en esta me ofreció ser productor ejecutivo y presentarla. Fue un gran aval: obviamente es un nombre que abre muchas puertas y que genera interés para que más personas se involucren en la película. No tanto en términos de producción, sino desde el interés por querer verla. El nombre de él tracciona un público más amplio que el que naturalmente conoce mi trabajo.

-El aroma del pasto recién cortado es una coproducción entre varios países. ¿Cómo se llegó a ese esquema?

Sí, es una película argentina, uruguaya, alemana, mexicana y tiene una pata norteamericana a través de Scorsese y también de Axel Kuschevatzky. Mi película anterior había sido una coproducción más acotada, con Alemania y Holanda. Uno siempre quiere seguir haciendo películas. A partir de allí, hay que buscar la manera de adaptarnos y de encontrar caminos nuevos.

Lo paradójico es que esta película surgió porque quisimos escribir un guion que fuera fácilmente realizable. Durante la gestión de Alejandro Cacetta hubo un concurso del INCAA que otorgaba poca plata, pero se asignaba de inmediato. Entonces la pensamos como una película que se podía hacer con poco presupuesto. Después llegó la pandemia. Tuvimos que frenar todo lo que estábamos preparando y plantearnos cómo seguir: con la plata que teníamos del INCAA la película ya no se podía hacer. Juan Villegas, que es muy cercano a Axel, le envió el proyecto. Surgió la posibilidad de abrir el juego a productoras del exterior. Así fuimos creciendo: yendo a mercados de coproducción. Y entraron los coproductores.

-Nuevos productores que generaron otra búsqueda de protagonistas.

Al ingresar México nos propusieron incorporar a Marina de Tavira, una excelente actriz y hermosa persona que se enamoró del guion y del personaje. Es muy amante de la cultura y del cine argentino, un tipo de cine muy distinto al que se hace en México, con códigos de relato y de actuación muy diferente. Enseguida quiso sumarse al proyecto.

Después sumamos a Joaquín Furriel para el personaje de Pablo. Le resultó un perfil muy desafiante en relación con el tipo de personajes que él está más habituado a transitar en el cine. La película fue creciendo hacia lugares nuevos y yo confié en esa búsqueda.

-Hacía diez años que no filmabas un largometraje. ¿Tendrán que pasar otros diez para tu próxima película o hay proyectos en camino?

¡No, por favor! Tengo un guion que estoy escribiendo con un guionista amigo. Estamos en la etapa del tratamiento y empezando con unos productores interesados, dando los primeros pasos para ver hacia dónde avanza.

En general, me gusta bastante enfocarme en cada proyecto: un poco por mi personalidad, los proyectos medio que me toman. No me resulta tan fácil tener muchas cosas en paralelo.

Pero definitivamente no quiero que pasen diez años. Aunque si uno mira la coyuntura, no está nada fácil (Risas).

Julia Montesoro

Related Articles

GPS Audiovisual Radio

NOVEDADES