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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Mirta Busnelli, una presencia multiplicada en el teatro y el cine: «Frente al miedo y al desánimo, actuar es una bendición»

Mirta Busnelli es una presencia felizmente recuperada, multiplicada a partir de sus intervenciones artísticas y su compromiso social. Por un lado coprotagoniza la obra teatral Ese bow window no es americano, una adaptación del cuento Nada de todo eso, de Samanta Schweblin, junto a María Merlino y Vanesa Maja, que se presenta en Dumont 4040, los sábados a las 20 hs. y los domingos a las 18 hs.

En cine, participa en School privada Alfonsina Storni, de Lucía Seles, que inauguró el BAFICI; en La estrella que perdí, ópera prima de Luz Orlando Brennan y en la esperada y aun inédita La práctica, de Martín Rejtman.

Pero fuera de su labor artística, o a partir de eso mismo, en estos días de incertidumbre hizo explícito su rechazo al recorte que compromete al fomento y el desarrollo del sector audiovisual y cultural.

-Ese bow window americano aborda el vínculo entre madre e hija definido por pequeños matices que generan un particular clima de tensión y de suspenso. ¿Qué te atrajo de la obra?

Eso mismo que vos decís. Es un cuento raro donde no sabés exactamente qué es lo que la mueve a esta mujer, a esta madre. Es la historia de una madre que va con su hija a visitar casas de un vecindario. Ese es su paseo: visitar casas.

En el transcurso de la obra hay una visita que atraviesa un límite. ¡Nunca se había atrevido a tanto! La hija no se ha dado cuenta -o mejor dicho se dio cuenta en ese momento-, que ha perdido tiempo acompañando a la madre durante tantos años en algo que resulta incomprensible. Todo encierra un gran misterio.

-Un misterio que se urde en torno a esa madre. ¿Cómo definís a ese personaje?

Por un lado, es una mujer con un gran sentido estético. Por otro, su marido la dejó y solo dejó la llave del coche. Las llaves están sobre una pila de revistas de decoración, que es evidentemente lo que ella le interesa.

Podríamos decir que algo le sucede que cuando ve las casas lindas, con flores, con niños, con esa sensación de familia constituida… pero eso es absolutamente imaginación mía porque no está en la obra. ¡En el cuento no está explicitado la atracción que le produce! Por eso es más atrapante para el espectador.

-La autora es Samantha Schweblin; la directora es Mariana Obersztern; las actrices que te acompañan son María Merlino y Vanesa Maja. ¿Pasa algo en particular en esa reunión de mujeres en un proyecto?

Supongo que sí, aunque no sabría cómo describirlo. Fue un encuentro muy afortunado. Nos dio mucho gusto trabajar juntas. Fue muy propicio para para que aparecieran cosas y que creemos juntas.

-Los hombres son una presencia muy colateral y están muy fuera de campo.

Los dos hombres son ausencias. Uno porque se fue, las abandonó. El otro no está en la casa cuando ellas llegan y no tienen contacto con él.

-¿Qué significado tiene hacer teatro, particularmente ahora? ¿Qué te atrae del teatro como medio de expresión?

Me atrae todo: me gusta actuar y lo considero como un hecho muy vivo. El público está ahí junto con nosotros. Frente al desastre, al desánimo y al miedo del infierno en el que estamos viviendo, el teatro es una bendición. Estoy haciendo lo que me gusta, reunida con gente haciendo lo que nos gusta.

-El cine también te convoca y te revaloriza: recientemente se estrenó La estrella que perdí, ópera prima de Luz Orlando Brennan y está pendiente por estrenar la nueva comedia de Martín Rejtman, La práctica. ¿Qué sentís que le aportás a cineastas de otras generaciones, con nuevas miradas?

Es una buena pregunta (piensa unos segundos). Básicamente me llaman porque soy una actriz para hacer un personaje de determinada edad. A la vez, me entusiasma haber trabajado con directores en sus primeras películas, como Alejandro Agresti o Martín Rejtman. Me encanta que me llamen los jóvenes talentosos. Me gustan sus películas y quiero estar en ellas. Porque si no, no lo haría.

-Muy pocos días atrás pusiste el cuerpo y la voz en una manifestación contra los recortes en el área de la cultura, en la puerta del cine Gaumont. ¿Cómo ves el panorama cultural actual?

Es cierto. Y si no pude ir al abrazo que se dio en el INCAA fue porque con los estrenos de cine y de teatro que tuve, más las notas que tenía que hacer, tuve toda esta semana tomada. No hay novedad alguna a partir de lo que ya está hecho, que fue volar áreas del INCAA, como Fomento. Justamente, el área que da subsidios y que posibilita que se hagan festivales, que en las provincias también exista un Espacio INCAA una sede de la ENERC o algo representativo del instituto. Además echaron mucha gente… Es un panorama desolador. No sé qué va a pasar el año que viene. En el Bafici, que afortunadamente se hizo, había infinidad de películas argentinas. Pero el año que viene, con gente que no pueda filmar, no va a haber películas. Lo grave es que pasa en todas las áreas: en educación, en la ciencia, en las universidades, en las prepagas.

No entiendo por qué uno no encuentra una sola medida que sea para el bien del pueblo, de la gente que vive en este país. ¿Cómo puede ser que esa persona esté consiguiendo una aprobación de sus proyectos en Diputados, al mismo tiempo que los diputados decían en sus discursos que era una barbaridad lo que ocurría? ¿Cómo puede ser que esa persona pueda manejar el destino de este país? Nos miente de una forma muy burda. Es muy burdo lo que dice y lo que hace. Nadie puede creer en eso. Me dicen que medio país lo votó… pero ¿y ahora? En estos meses se debe haber sumado muchísima cantidad de gente que está desolada.

Julia Montesoro

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