A veinte años del estreno de El abrazo partido, película que marcó un hito en las trayectorias de Daniel Burman (director) y Daniel Hendler (protagonista), el miércoles 27 a las 20 hs. en el Cine Gaumont se realizará una función homenaje gratuita con copia remasterizada. En la función estarán presentes Daniel Burman, su entonces socio productor, Diego Dubcovsky y parte del elenco conformado por Daniel Hendler, Jorge D’Elía y Adriana Aizenberg.
Producida por BDCine en coproducción con Wanda Vision, Paradis Films y Classic, se estrenó en marzo de 2004 y no solo marcó un éxito en la taquilla nacional: también ganó premios internacionales, como Oso de Plata del Jurado a la Mejor Película y al Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
El abrazo partido es la segunda película de la trilogía que completan Esperando al mesías (2000) y Derecho de familia (2006) con la dupla conformada por director y protagonista. La historia se centra en un joven judío que trabaja junto a su madre en una mercería de una galería de Once y está iniciando los trámites para conseguir la ciudadanía polaca e irse a vivir a Europa. Esta película cuenta su historia, la de los diversos personajes que habitan la galería y la de su padre, que hace varios años se fue a luchar en la Guerra de Yom Kippur, y que ahora vuelve a encontrarse con su hijo.
“En mis anteriores películas, el único momento donde sentía que esto se parecía a un trabajo, era cuando llegaba el momento de tener que hablar con los actores. Ahora, a la distancia creo que les tenía miedo –expresó Daniel Burman-. En cambio, en esta película ese temor devino en un placer extraordinario. La construcción del universo de la galería me obligó a tener muy claro desde un principio quien era quien, y definir a los personajes no por oposición, si no tratando de contar sus individualidades de manera muy austera: pequeños gestos, una palabra, la manera de palpar un rollo de telas… etc.
Lo que sucede en realidad es que todos los habitantes de la galería me resultan familiares, casi viejos amigos. En mi niñez y adolescencia transcurridos en el barrio del Once siempre fui espectador de aquellas historias y personajes extraordinarios que se esconden a través de la aparente monotonía del mundo comercial.
Para algunos pueden pasar desapercibidos por el frenesí de los empleados llevando y trayendo cosas y los clientes esperando que llegue un descuento, pero detrás de los mostradores siempre encontré señales que advertían universos muy ricos en historias maquillados de mediocridad para mantenerse ocultos.
El proceso de casting fue muy divertido. Convocamos en el teatro de un club judío a actores “amateurs”. Vinieron amas de casa, contadores, sastres, etc. Todos querían participar en la película y todos en su juventud habían soñado con una vida distinta de aquella que plantea repetir siempre la misma rutina…
El desafío más grande era el de poder combinar estos “actores-no actores” frente a aquellos denominados “profesionales”. Fue fundamental en este aspecto la decisión de dejar fuera del set todo aquel elemento que interrumpa la inmediatez entre la cámara y los actores, y más aun, entre el lente y aquello que los actores podían llegar a hacer. Se optó por no utilizar grips y en cambio, usar (excepto solo un plano) la cámara en mano durante toda la película.
El zoom y el reencuadre en toma fue la manera de remarcar sin pudores ni sutilezas, aquel gesto o palabra del personaje donde radicaba su unicidad”.
El abrazo partido también contó con la participación de Sergio Boris, Diego Korol, Silvina Bosco, Melina Petriella, Salo Pasik, Norman Erlich y Juan Minujin.