María Onis emprendió el desafío nada menos de dirigir el documental Jorge Polaco, que tendrá su estreno en el Bafici, con el agregado de proyecciones recuperadas de la filmografía del director fallecido en 2014 a los 67 años.
Con producción de Nevada Cine, el documental aborda la vida y obra del controvertido director de cine argentino que cuestionó todas las instituciones morales exponiéndose al más escandaloso escarnio mediático y se jugó su vulnerabilidad.
-¿Qué te impulsó a dedicarle un documental a Jorge Polaco?
Fui alumna de Jorge en la Universidad del Cine, cuando estudiaba guion y él daba dirección de actores. Se hablaba mucho de su seminario porque siempre había escándalos alrededor suyo. Entonces me anoté. Estudié un poco de teatro también y sus clases fueron muy divertidas e inspiradoras. A partir de allí entablamos una relación. Entonces vi todas sus películas y me fascinaron.
Después de mucho tiempo de recibirme se me ocurrió hacer la película. Le encantó la idea. Pero en el proceso, murió. Cuando retomé el proyecto fui conociéndolo a través de sus películas. El resultado es un documental sobre su trabajo y sus películas más que una biografía. Es un retrato, pero no tan biográfico, sino más bien sobre los temas que hablaba.
-¿Y qué te impacta o te interesa de su obra que te identifique?
Jorge fue muy valiente y siempre abrió caminos. Siempre se plantó contra las instituciones y la moral. Así se ganó cientos de enemigos, fue perseguido y el único director censurado en democracia por Kindergarten (1989).
Su rebeldía va más allá de su propuesta. Incluso personalmente era una persona que todo el tiempo hacía juegos, te provocaba y te ponía incómoda, pero con gracia. Era muy particular. Tenía una gran capacidad de repensar la moral desde cero, algo que a todos nos cuesta mucho. Lo hacía con humor, apelando siempre el grotesco, algo que a la mayoría de la gente la impresiona y asquea.
Estamos muy acostumbrados al héroe clásico y Polaco hacía algo totalmente anti demagógico. Es decir, no buscaba que el público lo adorara, sino que el público se quedara un poco convulsionado.
-En cierto sentido era un cine revulsivo el de Jorge Polaco, algo buscado deliberadamente.
Sí, aunque revulsivo para mí tiene como una connotación un poco negativa en el uso social. Por ejemplo, él mostraba a una persona pasándose su hilo dental, que es algo que hacemos todos. Cuando lo hacemos frente al espejo no nos da asco porque son nuestros cuerpos. Pero cuando la vemos en una película, a través de una pantalla, nos da asco: “No quiero estar viendo esto”, pensás. Y ese era uno de los efectos que buscaba Jorge: esa proyección de cómo soportamos nuestra vejez o la de la gente que queremos. Paradójicamente, cuando vemos a una persona adulta mayor desnuda en el cine decimos que no queremos ver eso. Estamos acostumbrados a ver todo el tiempo el mundo estetizado en la pantalla, pero no en la vida real. Ese me parece uno de sus mejores efectos.
-¿Cuál es el eje temático de tu documental?
Hay varios. Pero sobre todo, me interesa su idea de romper con la moral. Es una línea cronológica y es más bien un ensayo, en tanto hay filósofos, escritores y pensadores que hablan sobre Polaco. Se ven imágenes de todas sus películas y ese es un gran logro, porque digitalizamos todos los negativos. Increíblemente, sus películas no existían copias, salvo algunas muy malas en VHS. Así que se van a ver sus películas en muy buena calidad después de 30 años.
Básicamente me interesa plantear el concepto de tener a la Iglesia, las religiones, las instituciones y la familia como enemigo. Digamos, la lucha a través de los mandatos. Y otro de sus grandes temas que es la relación con el cuerpo, la vejez, los cuerpos deseantes de la vejez. El lo expresaba a través de Margotita (Margot Moreyra) que era su actriz fetiche. El eje es más por orden temático que cronológico.
-Con el documental terminado, ¿es la versión final o creés que es un proyecto en construcción permanente?
Sobre Polacon se podría hacer cinco películas más. De hecho, el primer corte duraba cuatro horas. Hay miles de subtemas. Solo Kindergarten podría ser una película. Fue una persecución absurda porque además no pasa nada en la película. En las escenas de las que tanto se hablan ¡no pasa nada! Hemos visto películas mucho más zarpadas y con cosas políticamente incorrectas que lo que se ve allí. Se llegó a un nivel de delirio tal que casi meten presa a Graciela Borges y al propio Jorge Polaco.
Julia Montesoro