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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Hernán Findling, presidente de la Academia de Cine: «El sector está unido debido al riesgo que tenemos por delante»

En diciembre último, el productor y director Hernán Findling fue ratificado para el segundo mandato como presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. En el año en que se celebran los 20 años de su creación, el proyecto de Ley Bases retrotrae a otro plano los proyectos y planes previstos en una entidad con 300 socios, que como el resto de la sociedad se debate en la incertidumbre del futuro del cine argentino.

-Como presidente de la Academia, ¿qué evaluación hacés de este momento del cine argentino en el que se debate su futuro?

Es un momento complejo y particular. Bastante disruptivo. Y eso que tenemos una historia disruptiva de por sí en la Argentina. Pero lo que está pasando en estos momentos, sobre todo con el proyecto de la Ley Ómnibus, cercena un montón de derechos adquiridos en referencia a la cultura y al cine. Es una situación bastante extrema. Los diputados y los senadores deben entender que empujan al precipicio a la cultura.

-Sí, la cultura en general y el audiovisual argentino en particular. ¿Cómo trabaja la Academia en el reclamo para sostener el fomento al cine, tal como hasta ahora? ¿Cómo es el vínculo con el resto de las entidades?

La Academia involucra prácticamente todas las personas físicas -no entidades-, que se desarrollan en el arte audiovisual. Sean escritores, directores, técnicos, actores, guionistas, músicos, etcétera. Desde la Academia lo que empezamos a hacer es, además de tener una comunicación bastante fluida con determinados actores políticos, es tender a hacer charlas, discusiones y debates sobre lo que está pasando. Todo para poder llevar una visión desde el sector artístico-cultural al sector político. La situación que estamos pasando es angustiante. Y se podría agravar si la Ley saliera como se está planteando. O sea, cercenando todos estos derechos culturales y económicos al cine y a la cultura. Desde mi punto de vista –que obviamente es subjetivo por quién soy y cómo respeto y amo el cine y la cultura en general-, lo que debería pasar es justamente lo contrario. Cuanto más beneficios tenga el cine y el arte audiovisual -se dijo hasta el cansancio, pero nunca está de más repetirlo-, más divisas entran al país.
Sobre el tema hay muchísimos ejemplos. Siempre doy el de Corea del Sur, pero también sirve el de Estados Unidos o de cualquier país desarrollado: lo que hacen justamente es invertir en artes audiovisuales. Como dice la palabra, es una inversión. Que trae dividendos y trabajo más allá de cultura y su identidad. Totalmente necesario para que un país crezca.

-La Academia promueve al cine nacional en festivales y mercados internacionales. ¿Qué resonancia hay en el exterior sobre este momento del audiovisual argentino?

Los apoyos que tuvimos fueron muchos. Hubo uno en particular que tuvo mucha difusión. Provino de la Federación Iberoamericana de Academias de Artes y Ciencias Cinematográficas (FIACINE), entidad que tuve el honor de presidir hasta hace un par de meses, como presidente de la Academia Argentina. La Federación involucra a todas las academias iberoamericanas, inclusive Portugal y España, y prácticamente todas las academias de los países latinoamericanos.

Hubo una solidaridad muy fuerte hacia Argentina. Realmente somos muy reconocidos en todo el mundo. Doy fe: particularmente en Iberoamérica, nuestro cine, técnicos, ideas, películas y creatividad son muy importantes.

Vuelvo a destacar algo que ya se explicó en un montón de ocasiones, y dicho por los referentes de la cultura más que respetables: desde la cultura y el medio audiovisual traemos divisas al país. No la sacamos ni se reutilizan para otra cosa. Se usan para dar trabajo y para atraer producciones extranjeras.

-Es tu segundo periodo al frente de la Academia, lo cual implica que habrá una continuidad en el estilo de gestión. ¿Qué balance hacés de tu gestión anterior y, a la vez, qué crees que hay que profundizar y modificar en este segundo mandato?

Desde la Academia lo que tratamos, y creo que en gran parte conseguimos, es generar pertenencia de los miembros. Para que la entidad no solamente sea reconocida como el lugar donde se mandan las películas a competir -por los Platinos, los Goya, los Óscar u otros-, sino que además se la reconozca como espacio de discusión y debate de política audiovisual. Lo que nos interesa profundizar este año es la federalización de los recursos y de los medios audiovisuales. El país tiene que ser sí o sí federal en todo lo que haga a nivel audiovisual. La realidad de los números es muy concreta: el 90% de toda la producción audiovisual sale de Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Esa es la realidad. Así, la visión que se tiene del país es muy ombliguista.

Todo el país necesita saber, y es muy enriquecedor, lo que pasa en Jujuy, Córdoba, Mendoza, San Luis, Chubut, Río Negro y en el resto del país. Además, prácticamente todas las provincias tienen alguna Ley, ayuda fiscal o leyes aprobadas en referencia al cine. También, en comparación a otros países, hay muy poca coproducción entre provincias. Desde la Academia tratamos de propiciarlo a través de charlas. Porque si hay una ayuda en Mendoza y otras en San Luis y en Santiago del Estero, no necesariamente tiene que pasar por Buenos Aires para conseguir el dinero.

También debemos tener una visión más federal para que participen otros actores; actores reales, técnicos y directores que obviamente van a tener una visión diferente a lo tiene el porteño. Eso es enriquecedor para todo el país y tiene que pasar para que crezcamos.

-El concepto de crear una sinergia entre las distintas regiones y que haya mayor participación se comenzó a desarrollar en tu primer mandato. ¿Cuál es el camino ahora?

Seguir con los encuentros, las charlas y la pertenencia a la Academia. El año pasado grabamos un programa de entrevistas para poder abrirnos: Charlas con la Academia. Entrevistas a un director, director/a de fotografía, director/a de arte, productor/a. Vamos a seguir haciéndolo. También queremos potenciar los premios Sur. Gracias a FIACINE abrimos mucho la cantidad de premios: antes eran cuatro y ahora son nueve. Vamos sumando diferentes países. Argentina ya tiene un lugar asegurado. Fue uno de los cambios de esta comisión en la política audiovisual. Para la Academia, como un paraguas que representa prácticamente a todos los que participan en el medio audiovisual, no es simplemente mandar una película sino también defenderla.

-Un objetivo declarado de la Academia por ustedes fue tener injerencia en el trazado de políticas audiovisuales. ¿Qué etapa creés que viene ahora?

Es una etapa muy compleja. Ahora la moneda está en el aire, dando vueltas con un INCAA prácticamente paralizado hace tres meses, que no tiene Presidencia, con un Ministerio de Cultura que ahora es Secretaría, con una visión del Gobierno de mercado que no es exactamente la que ayudaría a la cultura y a lo audiovisual.

Este es el momento de pensar alternativas. De escuchar las diferentes voces para ver exactamente cuál es el camino. Todo lo que se está haciendo públicamente y todos los contactos con senadores y diputados, creo que está surtiendo cierto efecto. Pero no se sabe cuándo y cómo se van a definir las cosas.

Lo importante es que veo que el sector está unido. Todos y todas pensamos para el mismo lado en relación a la cultura y el audiovisual, aunque sabemos que si nos ponemos a hurgar un poquito haya muchas diferentes opiniones. En este caso, estamos unidos debido al riesgo que hay por delante.

-Varios colegas, o gente del audiovisual, que pasó por este espacio en el que ahora estamos dialogando, también habló de dar un debate. Poniendo el énfasis en el concepto de sincerarlo. ¿La Academia está en ese rumbo?

Coincido 100%. Lo asevero. También en eso hay bastante unidad de criterio. Prácticamente todas las personas que hablaron en algún medio -y me incluyo-, dicen que es necesario tener un debate de todos los puntos que son necesarios mejorar. Y me refiero a todos los puntos: Ley de Cine, Cash Rebate, relación con las plataformas… hay mucho para mejorar. Hay mucho que se hizo mal, no nos podemos mentir. Pero la solución no es destruir todo. La solución es aceptar todos los errores que se cometieron, que fueron un montón. Hay un montón de cosas para mejorar en el INCAA. Es real e innegable.

Estamos perdiendo un montón de posibilidades. Películas y producciones argentinas se están yendo a países limítrofes utilizando dinero que podría estar acá, gracias a los errores que cometía y cometió el sector a nivel nacional. El sector puede mejorar muchas cosas pero a nivel nacional es necesario que escuchen. Gran parte de los que hablamos públicamente no somos iluminados: básicamente tenemos dos dedos de frente. Se están diciendo cosas con números y estadísticas en pos de conseguir una industria: traer dinero al país, que vengan grandes producciones y poder filmar con el dinero que requiere cada una de las producciones. Y también para que lo vea el público. ¡Nada demasiado raro!

-Ese es otro aspecto que se referencia: que los vea el público. Me parece que la industria en su conjunto debería evaluar.

Eso lo hablamos mucho, principalmente con gobernadores. No voy hablar por absolutamente todo el sector, pero creo que hay un crecimiento. Desde hace un par de años estamos viendo los errores y estamos tratando de subsanarlos de la manera correcta.

En el Congreso hay también una nueva Ley que tiene cambios radicales, a mi criterio muy positivos en muchos puntos. También es una realidad: entre el 90 y el 94 se estrenaban entre 9 y 11 películas. Se filmaban algunas más, pero que no se llegaron a estrenar o se estrenaron muchos años después. Pero ese era el nivel de películas hasta que en el 94 salió la Ley de Cine. Del 95 en adelante, cada vez más y más. Se hizo evidente que era necesario una Ley de Cine. Después las cosas se desvirtuaron y también es una realidad que pasaron 30 años. Fue una ley muy virtuosa en su momento, pero todo fue cambiando y tiene cierta lógica que después de 30 años hay ciertas cosas que no funcionen o estén mal.

-¿Creés que hay que actualizarla de acuerdo a las nuevas formas de producción y de circulación de los consumos audiovisuales?

¡Exacto! Te diría que prácticamente todo el sector lo sabe. El sector está maduro para aceptar críticas, fallos y errores. Pero tampoco hay que ir al extremo del gobierno, que básicamente le da dos disparos al audiovisual. No lo mata pero lo deja bastante convaleciente. Tendría que haber cierta comunicación, charla o diálogo para llegar a acuerdos, sabiendo que el sector entiende bastante bien cuáles pueden ser los errores y cómo subsanarlos. Estamos esperando que ocurra eso.

Julia Montesoro

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