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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Ana Katz recibió el Premio a la Trayectoria en Mar del Plata: «Más que nunca me interesa la sensibilidad de las personas»

Ana Katz fue una de las grandes homenajeadas del 38º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: en la noche de clausura, el sábado 11, recibió un Premio a la Trayectoria.

Al subir a recibir la distinción recordó que su primera experiencia en el Festival de Cine fue como estudiante, cuando tenía 19 años y se alistó para trabajar como voluntaria para coordinar la llegada de estudiantes de cine del país a esta ciudad.

Más de 20 años después se constituyó en una de las mujeres esenciales de nuestro cine contemporáneo como directora, guionista, actriz y productora.

-Comenzaste el año con un Foco que te dedicó el Festival de Toulouse. Más recientemente la DAC te otorgó el premio a la trayectoria. Y ahora la distinción te la entrega el Festival de Mar del Plata. ¿Qué significado tienen estos reconocimientos?

¡Es una gran pregunta que no sé responder! Es un regalo que me asombra y me emociona. Pero estoy muy movediza y concentrada en la tarea cotidiana, más que en la mirada global sobre el camino que vengo haciendo. Por lo cual después de la gratitud hacia este reconocimiento, sigo con los mismos temas del día a día…y los mismos problemas.

-Dos décadas atrás, cuando no imaginabas este homenaje, ¿te entusiasmaba más la literatura, la actuación o la dirección?

Eso está muy combinado en mí desde muy chica. Cuando estaba en segundo grado inventábamos obras de teatro: hacíamos los disfraces, las escribíamos e íbamos actuando de casa en casa. ¡Obviamente yo tenía mucho que ver! (Risas). ¡Pobres, cómo me soportaban! (Risas). Y yo estaba fascinada. La verdad que era todo eso porque la actuaba, dirigía y escribía. Siempre existió una cuestión medio indivisible. Pero invariablemente hay algo que me importa más que el rol que voy a tener: de qué están hablando, qué están persiguiendo. Eso me obsesiona. Después veo qué forma participo en ese proyecto.

-A esta altura hay claros rasgos de identidad en tu cine, como la forma de abordar el humor, los esquemas familiares no tradicionales, la forma hiperrealista en que te acercás a tus personajes. ¿El estilo se fue formando o son huellas que estaban en vos desde el comienzo?

El tono ese que se ve en mí viene de fábrica. Pero me parece ambicioso querer señalarme desde un lugar de control sobre esos temas. A veces me preguntan sobre qué intento hacer con el humor. No lo sé: no busco gobernar sobre eso, sino solo tratar de dar espacio a esa sensibilidad. Siempre dependiendo y formando parte de equipos, mezclada entre personas. Nunca sola. Hay algo de cabeza grupal que se va formando. ¡El cine es tan colectivo! Así como es difícil separar entre la actuación, la escritura y la dirección, también lo es autoadjudicarse algo que tiene que ver con una tarea de equipo.

-Como decís viene de fábrica, pero al mismo tiempo también es tu forma de relacionarte. El cine es un trabajo de equipo, pero es muy importante la cabeza que dirige a ese gran grupo y sobre todo si es mujer.

Sí. A partir del homenaje en Mar del Plata me acordé de la vez que presenté mi primera película en el Festival, El juego de la silla, que era justo después del 2001. El país se quemaba y había una situación muy trágica. Me acuerdo con mucho cariño de todo el equipo de selección que encontró en la película un valor que no era tan convencional. Pensaba cuán importante encontrar alguien que tenga su propio tono y que haya gente que abrace eso y te proponga que te animes para que lo mantengas y no se vaya diluyendo en función del trabajo.

Lo pienso en relación con mucha gente que está empezando o que hace cosas diferentes y cómo cuesta cuando algo está por fuera de lo que está “de moda”. Últimamente me cuestiono mucho sobre la narrativa, la estructura que atravesó mucho estos años, donde el camino del héroe era la guía principal. Me pregunto qué implicaba, por qué, qué representa el antagonista. Preguntas sobre temas que corren con los tiempos y que necesariamente se mueven.

-¿Qué tiene un tema o un asunto para que te convoque?

Me interesa mucho cuando se desnuda una verdad que es muy humana y tiene que encontrar su lugar. Muchas veces la civilización -la manera que encontramos de hacer el mundo, eso que parece lo natural-, es de una dificultad que deja muy complicada a las personas.

Por eso cuando encontrás de golpe una personita con un gesto, un sentimiento, una acción genuina, siento que la batalla vale. ¡Eso me interesa mucho! Por eso no me preocupa tanto algo desparejo, deforme, que no aburra o que no se entienda bien. Son categorías que cada vez me interesan menos. Y no porque no me guste estar involucrada con lo que veo.

Muchos de los relatos preseteados que consumimos hoy, con tanta producción, cualquier persona lo puede entender. Actualmente en el mundo hay 27 mil series. ¡Series, no películas, cada cual con sus capítulos! Con los ojos cerrados y en automático cualquier persona puede entender cómo se estructuran. Por eso más que nunca me conmueven las personas. Los encuentros y maneras singulares de decir lo que sienten o piensan. Trato de estar ahí.

-Después de un Premio a la Trayectoria, ¿qué viene?

(Risas) ¡No sé bien qué se puede decir y que no! Estoy escribiendo mucho, pero no puedo decir todo. Por mí encantada, pero así funcionan las cuestiones contractuales. Escribo para dos películas que vengo cocinando al mismo tiempo, aunque no me preguntes cuál va a ser primera. También voy a actuar en una obra de teatro bastante grande. Ya salió por ahí, pero todavía no lo puedo decir. Si me preguntás qué hacer después del homenaje es cruzar los dedos y seguir tratando de hablar con personas para que sigamos en un país más o menos posible. En eso creo que estamos todos.

Julia Montesoro

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