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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine: «Hay que armar en red los archivos provinciales o regionales para compartir recursos y experiencias»

(Nota 2 de 3 relacionada con el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, celebrado el 27 de octubre).

Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, participó en la inauguración de la cinemateca de Entre Ríos, que se realizó en el marco del 5º Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER). Además fue una de las expositoras en una mesa de investigadores, especialistas y archivistas, convocados para debatir sobre cómo poner en valor y difundir el cine regional del NEA.

-En el Festival Internacional de Cine de Entre Ríos participaste de la mesa “Aquí se construye: cinematecas y archivos provinciales”. ¿Qué conclusiones sacaste?

Eduardo Crespo, el Director Artístico del FICER, acompañó y motorizó, junto con Celina Murga y otros realizadores de Entre Ríos, la creación y redacción de la ley de cine de la provincia, que incluía la creación de una cinemateca.

Fue muy productivo que Eduardo Crespo, realizador y activista cinematográfico, incluyera la inauguración de la cinemateca en el marco del Festival. Había autoridades y funcionarios, lo que le dio entidad a lo que figura en la Ley. ¡Ahora hay que ponerlo en marcha! Me resultó de un alto valor simbólico porque se descubrió una placa de mármol en la pared del espacio asignado para la Cinemateca. ¡Es contundente! Hay una voluntad política.

-¿Desde qué lugar participa el Museo del Cine en una iniciativa de estas características?

El Museo del Cine, que además de museo es un archivo, centro de documentación y sala de proyección que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es un espacio de puertas abiertas. Nos interesa mucho colaborar, formar también a otros archivistas y ayudar a quienes tienen materiales audiovisuales. Por ahí otros no cuentan con los elementos que por suerte nosotros tenemos para revisar los materiales, limpiarlos, prepararlos e incluso digitalizarlos.

De algún modo nos convertimos en una especie de referentes al que acude la gente que tiene unas latas y no sabe qué hacer. Así surgió uno proyecto que es el del Archivo de la Memoria Audiovisual del Nordeste Argentino (AMANEA), que es el de rescate de materiales del NEA, con Joaquín Pedretti y gente de la Universidad Litoral. Franco Passarelli, que es un investigador del CONICET, también vino con unos materiales que venía rescatando del Chaco. Nosotros ofrecemos eso: los elementos para poder revisar e identificar las películas y una pequeña capacitación para que aprendan a conservarlas.

-Hay un marcado interés por el rescate y la preservación de los archivos audiovisuales regionales.

Por suerte, varias leyes provinciales incluyen en sus cláusulas la creación de un archivo o cinemateca provincial o regional. Hasta que no exista una Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (CINAIN) central, pero aun cuando exista, sería bueno armar en red los archivos provinciales o regionales que ya existen y los que vayan a surgir para compartir recursos y experiencias. No todos tenemos lo que el otro tiene. Aunque algo nos unifica: a todos nos falta plata (Risas).

Por suerte se dieron pasos importantes para la creación de la CINAIN, de la mano de Mariana Bravo y Nicolás Valle.

-A través de tu reciente experiencia en Entre Ríos y en otras cinematecas regionales, ¿qué apoyo encuentran por parte del Museo del Cine?

Lo que hicimos en Corrientes, Chaco y con otros archivos y provincias, es ofrecerles primero el material que tenemos en el Museo, que tiene que ver con las distintas regiones. Los ojos locales van a ver, encontrar y valorar de una manera muy diferente. En Entre Ríos, por suerte, hay una comunidad cinematográfica muy fuerte y activa. ¡Hay muchos realizadores!

El objetivo es que la Cinemateca recoja eso y plantear que un archivo audiovisual siempre excede la producción cinematográfica de largometrajes o de documentales. Los noticieros de los canales locales o la divulgación política del Gobierno, así como las películas familiares o el cine amateur, también son parte del patrimonio audiovisual.

Una vez que alguien se pone a buscar las cosas, aparecen. A veces simplemente es que nadie las va a buscar. En Entre Ríos, la gente se quedó fascinada con los materiales que compartieron de Neuquén, La Rioja, Chaco y Corrientes. El objetivo es ese. Por suerte, hay una nueva generación interesada en estos temas.

-¿Cuánto de las cinematecas regionales y provinciales creés que queda todavía por encontrar, restaurar y preservar?

¡Un montón! A los porteños nos acusan de haber instaurado la idea de que el cine se hacía en Buenos Aires. Por supuesto, desde los 90 para acá no: hay realizadores haciendo en las provincias. Pero históricamente se pensaba que el cine clásico se hacía en Buenos Aires.

Afortunadamente hay investigadores que han estado rescatando experiencias de laboratorios y productoras en las provincias, desde la época del cine mudo y también de otro tipo de producción sobre la que no se ponía el ojo, que no es profesional. Tal vez no están en 35, en 16 ni en súper 8, pero son registros.

Si uno está buscando largometrajes en 35 mm de estreno comercial tal vez no haya tantos. También es cierto que no muchos directores salían de Buenos Aires para filmar. Pero en ciudades como La Plata, Santa Fe, Tucumán y Córdoba se formaron realizadores que dejaron cortometrajes. Ahí es donde hay que poner el ojo, en las producciones menos visibles.

-En la preservación y conservación de estos materiales. ¿Cuáles creés que son las necesidades más urgentes para para implementar un movimiento orgánico entre las distintas cinematecas del país?

En realidad, lamentablemente, la respuesta siempre es una: los recursos económicos. Tenemos los recursos humanos y los materiales. Idealmente habría que poder contar, desde el Estado, con un espacio de digitalización y restauración que para mí tendría que brindarlo la CINAIN, porque ¡hacer esto es caro!

Siguiendo el ejemplo de nuestros colegas en Latinoamérica, la Cineteca de Chile está haciendo un trabajo maravilloso con tres escáneres que se compraron y están empezando a restaurar ellos mismos. Es poner algunos recursos para el servicio de esta tarea que es la memoria audiovisual, en momentos en que está tan cuestionada no solamente la producción sino también la idea.

-¿Por qué debemos tener memoria e historia?

Es un momento fundamental para mostrar y explicar por qué. Las imágenes, que nos acompañaron el siglo XX y ahora mucho más en el siglo XXI nos constituyen, nos construyen como ciudadanos y seres humanos.

Julia Montesoro

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