Tamae Garateguy pisará por primera vez el mítico Sitges: allí, en el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Cataluña, el 6 de octubre presentará Auxilio, que estará en competencia en la sección Brigadoon.
Auxilio es un cuento de horror ambientado en 1930, en un convento que alberga un grupo de internas con presuntas enfermedades mentales, aunque el diagnóstico encubre otra realidad: están con el aval de los dirigentes de la iglesia y el estado, aisladas en contra de su voluntad por distintas causas, como cuestiones políticas, acciones de rebeldía, comportamientos que no estaban acorde con los estándares femeninos y otros prejuicios de la época que representaban molestias para sus familias y la sociedad.
El elenco está encabezado por Cumelén Sanz, quien interpreta a la joven Emilia; la colombiana Marcela Benjumea, como la madre superiora que rige el convento; Gerardo Romano, como el cura del lugar, Germán Baudino y Paula Carruega, Camila Toker, Martina Garello, Anahí Martella, Gabi Valenti, Lorena Damonte, Eva Dans y Verónica Intile, entre otras, a quienes Garateguy define como “mis valquirias”.
–¿Qué significa participar en Sitges?
¡Es la primera vez que me invitan! Para nosotros, los que hacemos cine de género, Sitges es la meca, es como si fuera Cannes. Es el festival más antiguo de cine de género del mundo. Y un detalle que no es menor para nuestro nicho es que ¡es muy divertido!
-Auxilio tuvo su estreno mundial en el Bucheon International Fantastic Film Festival (BIFAN), con lo cual no espolieamos si te preguntamos de qué trata la película.
Es la historia de Emilia, una chica de alta sociedad cuyo padre decide encerrarla en un convento hasta que ella acepte una propuesta de casamiento. Ella no quiere aceptar de eso. Es escritora y rebelde. Para desafiar al padre decide quedarse igual. Ese es el puntapié inicial para que el personaje empiece a descubrir que, en este convento, en donde la tía de Emilia es la madre superiora, todos ocultan alguna cuestión. Empieza a descubrir que hay asuntos paranormales y verdades que nunca había imaginado. Y aunque la gacetilla de prensa menciona a Auxilio como una película de terror la definiría como un cuento de horror. Tiene que ver más con el género del horror, en el sentido de ser testigo de atrocidades o la relación con lo atroz, más que el tema de sentir miedo. En algún momento va a haber un momento violento, jugado. El que avisa no traiciona, por eso quiero decirlo (Risas).
-¿Qué te llevó a transitar por ese género? Y además, transcurre en 1930…
Todos los directores queremos hacer películas de otras épocas, la famosa “película de época”. ¡Es un desafío! Es muy difícil, diría que inaccesible. En este caso, con mucho trabajo, tal vez pudimos porque hay una sola locación: un convento. La época nos ubica en un momento en que podían disponer de la libertad de las mujeres, seas de la clase social que fueras. Podían encerrarlas en la cárcel o en un loquero. Por eso el guionista, Miguel Forza de Paul, dispuso que fuera una chica de alta sociedad. No importaba la clase social: cualquier chica podía terminar encerrada. Y aunque tomemos distancia por la época, son temas que siguen sucediendo. (Alberto) Lecchi ahora está presentando una película en un caso real con dos monjas, con una temática similar (NR.: Caminemos Valentina). El cine de género permite relacionarse o pensar los temas de otra manera. Pero el eje sigue siendo el mismo: la libertad.
-Auxilio es una historia de represiones religiosas. Con una toma de posición: el elenco está integrado casi excluyentemente por mujeres. ¿También está pensada para el público femenino?
-¡Sí, claro! Les va a interesar, definitivamente. Me interesó poder hacer un comentario social respecto de algunas instituciones que cometen abuso de poder. Quería hablar sobre eso porque en general, las instituciones abusan más de las mujeres.
-No estuviste en BIFAN pero ya viste Auxilio en pantalla grande.
Trabajamos mucho en computadoras, que no es lo ideal. La vi en un formato muy pequeño. Y cuando la vi en una sala me dije: ‘tiene tres momentos que llevan mi marca’. Es el gancho izquierdo que viene y no te lo esperás. ¡No estuve mal al final!
Julia Montesoro