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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Mariano Llinás será tutor de los proyectos de la plataforma Ventura: «Si no hay interés en mejorar las propuestas el trabajo no tiene sentido»

El director y guionista Mariano Llinás será el tutor de los proyectos españoles que resulten seleccionados para participar en la segunda edición de Ventura, una plataforma internacional concebida para el desarrollo de proyectos cinematográficos independientes, españoles e internacionales, cuya etapa central será la residencia de escritura que tendrá lugar en enero de 2024 en la Finca Remesal, ubicada en los alrededores de Tui,Galicia.

Ventura es una iniciativa creada por el Festival Internacional de Cine Play-Doc. Según la organización, Llinás, además de su excelente capacidad como docente, es la persona ideal para desempeñar esta labor, precisamente por su postura crítica ante este tipo de actividades.

Reconocido como director de películas como Historias extraordinarias y La flor, además de guionista de La cordillera y Argentina, 1985, Llinás es también uno de los mejores y más originales pensadores del cine contemporáneo. Su experiencia como guionista, crítico, docente y tutor de decenas de proyectos le han permitido estudiar y analizar los modos y modelos del quehacer cinematográfico, tanto desde su lado de producción como, principalmente, del estético.

Su carácter de “polemista” el que lo convierte en una de las personas más indicadas para este tipo de tutorías, sistema del que es muy crítico y al que intenta, desde su lugar, sacar de las convenciones y lugares más comunes. “Lo que en general pasa es que el sistema está hecho de forma tal que, se supone, con la gira por los diferentes laboratorios un proyecto gana prestigio, gana como cucardas que le sirven para seguir circulando –analiza el realizador–. Y muchas veces los responsables de los proyectos hacen estos talleres sin tener verdadero interés en lo que los tutores les van a decir. Entonces el tutor, al notar eso, también dice cualquier cosa y no se esfuerza mucho”.

-¿Cómo se evita que una tutoría sea solo eso?

Es que, vistos así, los talleres y tutorías son un mecanismo que no sirve para nada, salvo para que la gente se gane la vida y lleve adelante sus proyectos. Yo no trabajo así, no me interesa ser parte de eso. Entonces todo lo que podamos hacer en las tutorías va a depender de la voluntad de los participantes de cambiar las cosas, de escuchar. No siempre la gente tiene ganas de eso, no siempre le interesa de verdad. Pero sin un verdadero interés en mejorar los proyectos no tiene sentido el trabajo.

-¿Existe alguna forma o método para lograrlo?

Para mí, sí. Hay un método claro. Más que un método, una postura. En general, me da la impresión de que este tipo de talleres rara vez están dados por cineastas y, cuando lo están, a veces son peores porque los cineastas no tienen conciencia de su propia técnica. En general, todo gira en torno de lo que podríamos llamar “la expresión”. Cosas del orden de la propuesta estética o de la motivación de por qué uno hace tal o cual proyecto. En general se dicen mucho ese tipo de cosas, cosas que a mí no me interesan para nada.

-¿Qué es lo que sí te interesa de esta tarea?

Yo tengo mucha experiencia trabajando con películas propias y ajenas, por lo que trato de ir directamente al material. O sea, trabajar con la materia que se quiere filmar, con la materia que se quiere escribir y pensar únicamente desde ahí; es decir, sin elementos externos a la obra o a la futura obra. No me interesa que digan “lo que yo quiero es…”. No es eso, es trabajar directamente con la materia. Eso, me parece, es algo muy poco común en este tipo de talleres. Pero las veces que eso se hace, da muy buen resultado. Funciona.

(Entrevista extraída de ventura.gal).

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