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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Carmen Guarini, directora general del Doc Buenos Aires, que comienza el martes 22: «La obstinación para hacer la muestra es una marca de resistencia»

Carmen Guarini es la directora general de la 23º Muestra Internacional de Cine de Buenos Aires, el DOC Buenos Aires, que se inaugura el martes 22 y proseguirá hasta el domingo 27 en la sala Leopoldo Lugones del Complejo Teatral General San Martín y la sala Mario Soffici de DAC. Además, habrá algunos títulos disponibles en el sitio web oficial docbuenosaires.com.

Además de las proyecciones, la muestra contará con una clase magistral de Mirko Stopar y las mesas Miradas cruzadas o ¿qué ven los cineastas?, con Gustavo Fontán e Ignacio Agüero y Los retratos del señor Farina, diálogo entre Martín Farina y Roger Koza.

Todas las actividades se realizan en forma gratuita y se accede a la programación completa a través del sitio web de la Muestra.

-¿Cómo se llegó a esta selección final, a esta programación? ¿Qué criterios se aplicaron?

Como cada año, intentamos ofrecer las más originales propuestas narrativas. Tengo que reconocer que es gracias a la habilidad, a los contactos, al talento y también a la sensibilidad de Roger (Koza). Yo colaboro porque también me van llegando películas. Y propongo algunas, las que evalúo que corresponden a nuestra programación. Pero la esencia de este festival es una curaduría que responde a los criterios que establece Roger. Y que se continúan con lo que desde siempre venimos trabajando: si no hubiera coincidencias, tampoco sería posible.

-¿Cómo afectó este año la incertidumbre de la economía?

El Festival se hace con enormes dificultades económicas, con un presupuesto casi mínimo. Y con un staff casi mínimo que sin embargo preserva la calidad. Esto es muy apreciado por nuestro público.

En el editorial de este año del catálogo, destaco nuestra obstinación. Que también es una marca de resistencia. Una resistencia que tenemos que ofrecer, sobre todo este año. Me parece más importante que nunca, porque en este momento la cultura toda se siente amenazada. La posible llegada de un gobierno ultraliberal a nuestro país sería una verdadera catástrofe. Me parece que entonces hay que defender con uñas y dientes cada uno de estos espacios. No sé si seguiríamos existiendo si cambiara el signo político del gobierno.

-Aun así, ¿cómo se logra la convocatoria?

Muchos de los autores que están presentes tiene que ver también con los vínculos que Roger ha establecido a lo largo de su carrera profesional.

Ese es un valor agregado, así como lo tenía en su momento -y lo sigue teniendo-, Luciano Monteagudo. Sin el apoyo de los directores -a quienes no podemos pagarles como correspondería en este tipo de festivales- no podríamos seguir. Por pequeño que sea el fee. Sin la generosidad de estos autores tampoco sería posible el Festival.

-En la edición anterior le dedicaron el Festival a Jean-Louis Comolli. ¿Hay algún eje temático o algún cineasta a quien destacarán?

Me cuesta mucho diferenciar. Decir ¿vamos por aquí o por otro lado? El año pasado fue una ocasión muy particular: Comolli era un queridísimo amigo del Doc Buenos Aires. Este año tenemos las distintas secciones, como habitualmente lo hacemos. Y en cada una de ellas hay también amigos.

¿Por ejemplo?

La noche oscura, de Sylvain George, con quien el año pasado inauguramos la muestra. Tuvo la deferencia de digamos de darnos su película, que recientemente acaba de ser estrenada en Locarno y ganó un premio.

De la misma manera, también es un orgullo poder estrenar la última película de Gustavo Fontán, La terminal, un notable y queridísimo realizador argentino reconocido.

Otros directores que también nos brindaron sus sus últimas producciones son Kamal Alfajary o Abbas Fahdel, quienes también nos visitaron otros años.

-¿Vos también vas descubriendo nuevos cineastas en cada edición?

¡Sí! Este año descubrí la obra de Bruno Jorge. Es un director brasileño muy interesante, que tiene una película maravillosa e imperdible que se llama La Invención del Otro, un viaje por la Amazonía donde va mostrando lo que significa ir al encuentro de sociedades que no han tenido contacto con la civilización y qué pasa en esos encuentros. Lo digo como antropóloga: pocas veces he visto en un registro de esta naturaleza donde estás asistiendo en directo a ese primer contacto.

-¿Te ocurre lo mismo con Zhang Mengqi?

Ya la habíamos visualizado con Roger. Es una joven de treinta y tantos, que además es bailarina. Trabaja desde una sensibilidad pocas veces vista, porque además el hecho de ser un artista visual le hace como trabajar una narrativa completamente innovadora, transversal, muy íntima y al mismo tiempo simplista. Ella cuenta su hilo cotidiano y el de su pueblo y lo hace a través de esas 10 películas porque todas transcurren en el kilómetro 47, que es una aldea rural en la provincia de Hubei, en una zona de la China profunda. A través de eso logra mostrarnos ese paisaje de lo que es hoy China también, con una cámara donde involucra mucho su propio cuerpo. Su relato y su discurso es feminista, un recurso con una mirada muy especial sobre ese mundo.

-¿La presencia de las mujeres cumple con tus expectativas?

Hay 17 películas presentes de directoras mujeres, lo cual es un orgullo, pensando en que tenemos una treintena de películas. Es una cantidad importante, aun si no llegamos a la equidad.

-¿Con qué retrospectivas nos vamos a encontrar?

Hay dos: la de Bruno Jorge y otra de Mirko Stopar, que es noruego argentino y de q uien tendremos la suerte de que acompañe los primeros días del festival y dé una masterclass.

-En cuanto a las novedades argentinas, además de La terminal, de Gustavo Fontán, que inaugura esta edición, ¿con qué nos encontraremos?

Hay una película que me encanta, que es de un director joven, Juan Ignacio Zevallos: Todas esas decisiones. Es un viaje fantástico a través del mundo musulmán. Lo hace con una cámara muy sutil a través de un eje narrativo puesto en un diálogo con su hermano. Este ha adoptado la religión musulmana, y el director va a descubrir ese mundo a través de un viaje, que en realidad es una peregrinación.

Por otro lado se encuentra Viento del Este, ópera prima de Maia Gattás Vargas, también artista visual; Hemsheg, de Julieta Lande; The newest olds, de Pablo Mazzolo y Náufrago, de Martín Farina y Willie Villalobos, que ya estuvo en el Festival de Mar del Plata pero es un estreno en la Ciudad de Buenos Aires.

De paso aclaro, porque todo el mundo me pregunta: nosotros no nos peleamos porque sean primicias o estrenos argentinos, pero sí pedimos que no hayan pasado por otros festivales en la Ciudad de Buenos Aires. Porque eso le quita espacio de la pantalla a otros. Es el único requisito que tenemos.

Julia Montesoro

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