Alejandra Perdomo concluyó el rodaje de su nuevo documental, Laberintos personales, una producción de En Camino Producciones, con apoyo del INCAA, Mecenazgo Cultural y Fundación Banco Itaú.
La película recupera la temática abordada diez años atrás en otra de sus producciones, Nacidos vivos, e indaga en las víctimas del tráfico de personas: los hijas e hijos sustraídos de sus familias de origen y las madres a quienes les arrebataron sus bebés. Un grupo de ellos se unió para exigir ante la justicia federal que sus derechos vulnerados sean restituidos y así poder llegar a la verdad. En Argentina tres millones de personas desconocen su identidad de origen; la directora es una de ellas y su búsqueda personal cumplió dos décadas.
-¿De qué trata Laberintos personales y cuánto tiene que ver con la actualidad?
A mediados de diciembre, pocos días después de haber terminado el rodaje de la película, se replicó en las redes sociales el robo de una bebé. Afortunadamente el protocolo de Alerta Sofía se activó de inmediato. Cuando se empezaron a emitir las imágenes de la mujer que se había llevado la nena, alguien la identificó y la retuvieron antes de que se tome un micro para irse a la costa.
El caso tiene que ver con el leit motiv de la película, que entre otras cosas plantea lo fácil que es robarse un bebé y cambiarle la identidad cuando no hay controles. La sustracción de la identidad se da en el momento de nacer. Y cuando sos adulto no tenés manera de armar el rompecabezas para llegar a tu verdadera historia. Lo digo en primera persona porque soy una de las personas que está en la búsqueda desde hace más de 20 años.
-Hace 10 años rodaste Nacidos vivos, que abordaba los mismos ejes temáticos: el tráfico de bebés y la búsqueda de la identidad. ¿Cuánto de tu propia historia te impulsó a retomar este camino?
Nacidos vivos fue como un disparador. Inicié las entrevistas para ese documental en 2002. Laberintos personales recupera algunas de esas historias. Más de 10 años después, seguimos con la lucha.
-¿Qué nuevos elementos, pistas o avances surgieron en esta última década que contribuya al esclarecimiento?
Sobre mi historia personal, no hay ninguna novedad. Cuando comencé mi investigación -la de mi búsqueda y la del documental-, me encontré con una legión de personas que no sabían para dónde ir. No hay una hoja de ruta para aquel que no pertenece al período del Terrorismo de Estado y no está vinculado con la sustracción durante el periodo de la dictadura.
En mi caso, pasé por todos los lugares que me dijeron: el Registro Civil, la Defensoría del Pueblo, una oficina de Derechos Humanos formada en la gestión anterior, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. Y no hay ningún avance.
Durante la pandemia, la posibilidad de comunicarnos vía zoom nos convocó a los buscadores y buscadoras. Decidimos hacer una presentación a la justicia pidiendo que se considere una vulneración de un Derecho Humano. Para que el Estado institucionalice esas búsquedas. Si no, somos como detectives privados, pero sin herramientas ni accesos.
-La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación lanzó la campaña “Mamás que buscan” coincidentemente con el rodaje de Laberintos personales. ¿Tenías referencias de la campaña?
Es muy importante que se haga una campaña de concientización de que anotar a un niño o niña como propio cuando no lo es implica un delito.
A través de la ONG Búsquedas, presidida por Gisela Di Vincenzo, hicimos una presentación ante la justicia. A ella la entrevisté en 2012, cuando estudiaba Derecho. Estamos muy involucradas con esta causa. Tuvimos dos audiencias en julio y agosto y esperábamos una sentencia antes de que terminara el año. Pero lo postergaron para febrero.
-¿Te preocupaba no involucrarte emocionalmente, mantener la distancia?
Siempre me involucro (Risas). En cada rodaje y en cada temática –yo no elijo las temáticas, ellas me eligen a mí-, me involucro. Son problemáticas complejas, que me exigen un tratamiento y un compromiso enorme. Desde la realización hasta la difusión del material después del estreno. En el caso de Laberintos personales me quise correr, pero no pude. Entendí que sin que sea de una forma directa, tenía que formar parte del relato.
-¿Cómo advertiste cuándo era el final del rodaje?
Hubo que terminarlo por una cuestión de tiempos de entrega. No podemos esperar mucho tiempo más. Queremos estrenar coincidentemente con la campaña. La fecha de estreno tentativa es mayo. Por otro lado, estamos presionando para que la campaña no se limite solo a las madres sino que incluya a hermanos y hermanas que buscan. Los organismos nos dicen desde hace años que si abren demasiado el juego se van a desbordar de casos. Pero a nosotros también nos desborda: hay por lo menos tres testimonios de Nacidos vivos de mamás que fallecieron.
Julia Montesoro