Productor y realizador audiovisual nacido en la Patagonia, Walter Ponzo Ferrari es el productor del proyecto J.U.A.N.I.X., recientemente presentado en reuniones de producción en el stand de la Río Negro Film Commission en Ventana Sur. El proyecto intervino en el concurso Raymundo Gleyzer en 2020.
-¿En qué consiste el proyecto J.U.A.N.I.X., de qué se trata?
Cuanta la historia de un joven que ama bailar y que quiere dedicarse al vogue, la danza icónica del mundo LGBT. Tiene una madre con Alzheimer que le complica el plan. Un día, en un parque, acepta una propuesta de trabajo sexual porque le permitirá mejorar su economía, pagar una cuidadora full time para la madre y poder dedicar tiempo a su pasión.
A partir de allí comienza un espiral, en el que el joven ingresa en el trabajo sexual con mayor decisión. A medida que avanza los mundos empiezan a colisionar y debe tomar una decisión: si internar a la madre para que este cuidada o dedicarse de lleno al baile y seguir con el trabajo sexual.
-Asumís el rol de productor, en tanto la dirección estará a cargo de Vanina Bustos. ¿Cómo fue la decisión de no dirigirlo vos?
En la Patagonia luchamos por leyes federales que incorporen a directores nuevos para que pueda dirigir su película. Hay pocos productores con puntaje y el concurso Gleyzer es una oportunidad para poder producir sin tener puntaje, con audiencia media, con convocatoria de largometraje regional.
Con Vanina nos habíamos cruzado en festivales, somos amigos. Yo soy un director que milito en la causa LGBT y entiendo que es momento que las mujeres tengan voz, que tengan cupo de género y que haya cupo de trans en los ambientes de trabajo.
-¿Cómo fue creciendo el proyecto?
Vanina vino con esta propuesta a raíz de haber trabajado en un neuropsiquiátrico de Buenos Aires y haber conducido talleres en los que veía muchas madres separados de sus hijos, vínculos familiares deshechos por el encierro de las personas con problemas de salud mental.
Me pareció interesante el proyecto, siendo yo un productor novel y ella una directora joven. Convocamos a Lucas Perna Gutiérrez como guionista y comenzamos el camino del Gleyzer, donde el largometraje se convirtió en lo que es ahora.
-Participaste en Ventana Sur a través de la Río Negro Film Commission. ¿Cómo fue la experiencia?
En el living de la Film Commission tuvimos rondas de negocios y estrechamos vínculos. Hubo varios meetings y reuniones donde pudimos contarle el proyecto a productores de otros países. Por suerte, J.U.A.N.I.X. venía con una batería de premios, después de pasar por diferentes lugares. El último fue poder participar con cupo directo en el Bolivia Lab. En Ventana Sur vimos la posibilidad de conocer a colegas que están en el mismo estátus que nosotros compartiendo información sobre convocatorias y apoyándonos. También aprendiendo cómo se consigue una coproducción y qué complejidades traen.
-¿Tuviste encuentros con inversionistas o con productores?
Hubo reuniones con coproductores chilenos y brasileños interesados en el proyecto. Otros productores paraguayos nos interiorizaron sobre las formas de financiación en su país. Una coproducción es como casarse: uno no puede dar el sí a primera vista. Pero presentar el proyecto es un buen comienzo. Nos dieron la posibilidad de hacer un pitch público en el producer lunch, como para pensar que en un año podemos estar haciendo un pitch en otro mercado y buscando coproducción.
-¿Sobre qué ejes temáticos pivoteaste?
A partir del baile, hay un atractivo extra que lo conecta con el público LGBT.
-¿Qué tipo de apoyo recibís de la Film Commission de Río Negro?
En nuestro caso puntual nos apoyó con pasajes y al mismo tiempo hay un plan de fomento que el año que viene proyecta tener cash rebate y apoyo a producciones que ya tienen financiación del INCAA o financiación internacional. Ya se lanzaron concursos de cortometrajes donde estamos participando con un corto. Es un gran impulso que sirve para que cada productor pueda captar coproductores. La provincia se constituye así como un foco de apoyo.
Estamos en diálogo permanente con su director, Cristian Calvo y con representantes de la Secretaría de Cultura de la provincia. Hay un plan de fomento incipiente y una política de apoyo a la producción muy atractiva. Convocaron a los actores audiovisuales de Río Negro para participar: las asociaciones, universidades y los independientes. Yo pertenezco a la Red Audiovisual Rionegrina (RAR) y percibo que estamos integrados en ese camino. La Film Commission tiende puentes para que producciones extranjeras vengan a filmar y tengan los servicios a mano. Somos una provincia que tiene mar y cordillera. Bariloche es un foco muy atractivo.
-¿Cuál es el itinerario inmediato del proyecto?
El último premio que recibimos es un cupo directo a Bolivia. Por primera vez vamos a poder competir con otros proyectos de Latinoamérica y conocerlos en una etapa de desarrollo. Vamos a ir desarrollando nuevas versiones del guion para que sea lo más internacional posible.
-¿Cuáles son tus objetivos?
Que el proyecto no solo sea para el público de Patagonia, sino que también pueda llegar a otras audiencias. Para eso sirve el roce en Ventana Sur: dar un pitch, que te entrenen para ese pitch, tener rondas de negocios y reuniones one to one. Eso que hace que te enteres lo que hay en el mercado y lo que requiere tu proyecto para internacionalizarse.
Julia Montesoro