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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Mariana Avramo, al rescate de la obra ignorada de la pionera Renée Oro: «Era una mujer admirable como directora y empresaria»

Mariana Avramo es la Coordinadora de la Cinemateca Nacional del INCAA y Delegada Organizadora de la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional. En el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata recuperó el documental Por Las Naciones de América presentó el libro Por las Naciones de América: El cine documental silente de Renée Oro que permitió visibilizar la obra de la pionera Renée Oro, nacida en Argentina en 1900.

-De Renée Oro se sabe que dirigió principalmente documentales vinculados a la geografía, la propaganda y las tradiciones locales, tanto en Argentina como Chile. ¿Cuál era el movimiento de documentalistas un siglo atrás? ¿Qué otras mujeres fueron hipotéticamente sus referentes?

Renée Oro fue una de las pioneras en el mundo de las mujeres documentalistas. No solo como directora: también por sus formas de trabajar y de producir. Era productora y montajista, muy completa para la época. Con sus apenas 25 o menos años, ya tenía una visión como la actual. En sus formas de filmar, en las animaciones en los intertextos, los colores, los pintados, los virados.

Lucio Mafud hace la reseña histórica en el libro. Y revela que le fue complejo buscar documentación que dé cuenta del contexto de creación. No solo en la Argentina: para los archivos de otros países como Chile o Brasil también es desconocida. En Brasil hay dos periódicos de 1925 en el que se reseña su llegada en una gira con Arturo Alessandri, presidente de Chile.

Por las naciones de América tiene escenas de Río de Janeiro, San Pablo, los cafetales. A los investigadores de Brasil les llamó la atención porque no tenían noticias de ella. En Chile se conocía, pero la mayor parte de sus documentales se dan por perdidos. Solo tienen conocimentos de material rodado en Tacna (actualmente en Perú) y Arica. Son cinco rollos de fílmico aun no digitalizado.

-¿El nombre de Renée Oro apareció en tu vida antes o después de haber encontrado este material?

Apareció el año pasado, después de asumir el cargo de coordinadora de la Cinemateca del INCAA. Fue una actividad muy técnica: una actualización de inventario en los depósitos, para saber qué y cómo lo teníamos. Nos parecía fundamental empezar a reconocer el material. En ese recorrido encontramos y recuperamos estas latas. Georgina Tosi, jefa del área técnica, propuso hacer el análisis técnico. Las latas no tenían mayor información: no había ninguna documentación asociada. A partir de allí sumamos al equipo a la cinemateca de la ENERC. Eran quienes nos podían dar el contexto. El proyecto no solo da cuenta de Renée, sino de la posibilidad de que dos áreas del INCAA desarrollen una actividad en forma conjunta.

-¿En qué consistió la restauración?

El material estaba guardado en contenedores de latón, pero en general en buen estado. Había alguna rajadura, algún faltante de perforación, pero pudimos analizarlo muy minuciosamente y digitalizarlo en 6K.

-¿Cuál es la importancia que tiene Renée Oro dentro de la filmografía nacional y dentro del cine dirigido por mujeres?

En el contexto en que se desempeñó, el cine documental era filmado íntegramente por hombres. Ella se movía en ámbitos no convencionales para una mujer: el presidente de Chile, el gobernador de Santiago del Estero, la gira presidencial de José Félix Uriburu. Por la profesión que eligió y sus dotes empresariales es super admirable.

-¿Dónde se advertían sus dotes empresariales?

Ella vendía su trabajo. Era solicitada, porque filmaba y lo llevaba a las ferias de Europa, como Sevilla o Milán. Las provincias la contrataban para contar al mundo la cultura, la economía o las posibilidades que se le abría a quien quisiera venir. Lo hizo con Santiago del Estero, Salta, Santa Fe. Una curiosidad: cobraba por metro de película. Muchas veces esos documentales se exhibían para los alumnos y cobraba la entrada. De eso, además, sacaba rédito: de una película hacía recortes para una nueva película. Por las naciones de América tiene partes de distintos documentales que ya había vendido a las provincias.

-¿En qué consiste Por Las Naciones de América: El cine documental silente de Renée Oro?

Antes que nada, da cuenta de este trabajo en conjunto. Luego se refiere a la importancia de la preservación del patrimonio audiovisual, que no es un gasto cultural sino una inversión de nuestra memoria. Pero fundamentalmente rescata la obra de Renée Oro desde dos puntos de vista. Por un lado el análisis del contexto histórico, a cargo de Lucio Mafud y por otro, el trabajo del área técnica de la Cinemateca. Los capítulos se complementan y llegan a la misma conclusión.

-Después de Mar del Plata, ¿qué va a pasar con la película?

Por un lado, se va a exhibir en el Gaumont. Estamos desarrollando un plan para presentarlo en distintas provincias y países. También estamos en conversaciones con Perú, para reunir los tres documentales que se conocen y hacer una nueva presentación.

-¿Qué otros desafíos y rescates hay en vista?

En la Cinemateca encontramos las latas del período en que Miguel Tato cortaba las películas: en cada lata están los cortes y están identificadas con un número. Ese es el número de ficha que conserva la biblioteca de la ENERC. El año que viene se cumplen 40 años del retorno a la democracia y en 2024, 40 años de la promulgación de la Ley 23.052, que abolió la censura y creó la Comisión Asesora de Exhibiciones Cinematográficas. Nuestro próximo proyecto va a ser recatar lo que Tato invisibilizó. Lo que nunca pudimos ver.

Julia Montesoro

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