Rodolfo Bebán, inolvidable actor del cine, teatro y televisión, recordado especialmente por su protagónico en el Juan Moreira de Leonardo Favio, murió a los 84 años el sábado 13, en la institución geriátrica en la que estaba alojado en sus últimos años.
Destacadísimo galán de telenovelas de las décadas del 60 y 70, tuvo una relativamente breve pero fundamental participación en el cine argentino. Había debutado en Hotel alojamiento (1966), una comedia picaresca dirigida por Fernando Ayala con un elenco coral. Ese mismo año se estrenó Del brazo y por la calle, de Enrique Carreras, en la que encarnó su primer rol protagónico, ofrecido a partir de la enorme popularidad que había adquirido por sus papeles televisivos. El director, con un ojo avezado para el entretenimiento popular, lo volvería a convocar en Matrimonio a la argentina (1968) y Los muchachos de antes no usaban gomina (1969).
En 1967 protagonizó Las pirañas, una curiosa comedia negra rodada en el país por el español Luis García Berlanga.
Su primer gran desafío cinematográfico fue encarnando a Juan Manuel de Rosas, en 1972. Fueron los años del revisionismo histórico en el cine, y la película, de Manuel Antín, formó parte de una saga que integraron El santo de la espada y Güemes, de Leopoldo Torre Nilsson.
Pero no fue ese rol sino el de Juan Moreira, un año más tarde, el que lo encumbró a la consagración definitiva.
El Moreira de Favio es un gaucho encarcelado por reclamar una paga que un pulpero le debía. Al ser liberado, hace justicia por mano propia. Moreira se exilia en una toldería para escapar de la ley y empieza a trabajar para los bandos políticos de la época.
Juan Moreira fue la primera película a color de Leonardo Favio. La estrenó el 24 de mayo de 1973, un día antes de la asunción presidencial de Héctor Cámpora y del regreso del peronismo al gobierno después de 18 años de proscripción. El mismo Cámpora estuvo en el estreno en el cine Atlas de la calle Lavalle.
A partir de ese rol, que le concedió una popularidad impensada (es una de las cinco películas más vistas en la historia del cine nacional), protagonizó Proceso a la infamia (1974, Alejandro Doria); Los orilleros (1975, Ricardo Luna); El fantástico mundo de la María Montiel (1978, Zuhair Jury); La invitación (1982, Manuel Antín) y su última participación en la pantalla grande, Seguridad personal (1985, Aníbal Di Salvo).
Las actuaciones en televisión más recordadas de Rodolfo Bebán fueron “Malevo”, “Muñeca”, “El Gato” y “Nazareno Reyes”. En el teatro el actor fue un destacado comediante, sobre todo durante los años ’60 y ’70, actuando en “Las Amorosas”, “La extraña pareja” con Palito Ortega, “Vivamos un sueño” y “Las mariposas son libres”. Posteriormente se destacó en “Lorenzaccio” de Alfred de Musset, junto a Alfredo Alcón.
Unas de las más grandes actuaciones de Bebán fueron “Diario de un loco” y “El Sable”, cuya historia se centraba en el controvertido caudillo argentino Juan Manuel de Rosas. En 1976 Protagonizó una versión teatral de “Atrapado sin salida” y participó como protagonista en “Democracia”.
A comienzos de la década de 2010 comenzó a tener problemas de salud, que lo obligaron a retirarse de la actividad y alejarse de la vida pública.
La última y feliz imagen que el público conserva del Bebán actor popular es la del premiado filósofo que se reencuentra después de muchos años (en la ficción y en la realidad) con un viejo colega y amigo encarnado por Alfredo Alcón en Filosofía de vida, una de las puestas más celebradas de la última década en el circuito comercial porteño, de la que también participó Claudia Lapacó.
Estrenada en 2011, se trataba de una comedia que invitaba a reflexionar sobre las cuestiones existenciales como el amor, el sacrificio, la lealtad y la amistad; y sobre cómo se enfrentan estos valores con el desafío de la vida cotidiana. Una alegoría explícita de cómo emprendió su trayectoria Bebán, quien lejos de la sobreexposición, la deslealtad y el oportunismo, buscó primordialmente honrar su oficio.