El festival La Mujer y el Cine volvió a exhibir la actividad de las mujeres realizadoras. La auspiciosa novedad de este año es que retornó a las salas. Annamaría Muchnik, la directora general del festival y presidenta de la asociación La Mujer y el Cine, realizó un balance de esta muestra, espacio de reencuentro para mujeres de la actividad audiovisual y punto de partida de nuevas producciones.
“Mostrar y premiar las obras de las jóvenes realizadoras fue un triunfo. Volver a lo presencial fue duro: hubo que poner la maquinaria en funcionamiento nuevamente y además con funcionando en dos salas, algo que nunca habíamos hecho. Pero pudimos decir ‘tarea cumplida’” nunca lo habíamos hecho. Requiere mucho esfuerzo. El resultado es muy bueno”, detalló.
-Qué fue lo que más te conmovió de La Mujer y el Cine?
El último día. La entrega de premios. Ver a las chicas sorprenderse, abrazarse, llorar: ese cúmulo de sentimientos que comparten con vos. Lo extrañé mucho el año pasado, cuando hicimos la entrega de premios vía zoom. Allí no existía el abrazo y la mirada y el contacto físico.
Pero también me conmueve ver todas las cosas que son capaces de producir las mujeres. Cómo van cambiando la temática de acuerdo a las realidades. Las imágenes de las directoras toman la forma del mundo en que vivimos. Las películas que vemos van se adaptan a los tiempos, haciéndose su lugar en un mundo tan difícil como el que estamos habitando. Ver en la pantalla los diferentes cortos de las chicas tiene su razón de ser. Más que conmoverme, me enriquece. Me hace sentir que La Mujer y el Cine cumple con su objetivo. Las chicas que salieron de las escuelas de cine, que sale de allí con nuevos conocimientos y técnicas muy afinadas, tienen todo para seguir creciendo. Pero el puntapié inicial ya está dado.
-El reflejo de ese crecimiento se da en la sección Work in progress, trabajos en proceso donde además de las capacidades que demuestran las cineastas en los cortos, cuando se da el paso al largo se reafirma.
-Se reafirma y además es un acierto haber abierto esta sección. Sirve para que se puedan terminar ciertas películas que están en el proceso final y necesitan ese empujoncito. A una le gustaría darle apoyo a todas, aunque eso es imposible. Esta vez fueron cinco películas que van a poder ser terminadas y nosotras vamos a poner estrenarlas en el próximo festival. No solo eso: nos apoyó Cinema des femmes, que dio dos premios para subtitular las películas que puedan ser presentadas en su festival en París. Se trata de un festival con el acento puesto en la filmografía de nuestro continente que a su vez nos mandará películas premiadas. Comienza a darse un ida y vuelta interesante, que tiene mucho que ver con la posibilidad de difundir, promocionar, dar a conocer la obra realizada por mujeres.
-Este año se presentaron quince películas argentinas dirigidas por mujeres. Hubo preestrenos, documentales y películas de ficción. De lo general a lo particular, ¿qué viste de esa producción y cuál de esos títulos te impactó más?
Dar nombres no es justo, pero creo que los premios están muy bien dados. En lo general, me impactó ver que las chicas están mostrando el mundo que vivimos. La situación de ellas como madres, los casos de violencia, lo que viven en relación a sus trabajos, a los hombres. Sus testimonios no solamente aparecen en el género del documental.
Un fenómeno de estos últimos años es que mucho de lo que nos pasa se refleja en las películas. Así como en algún momento se estaba discutiendo el tema del aborto o sobre la violencia de género y los cortos versaban sobre ese tema, en las últimas producciones está muy presente la diversidad sexual. Las diferentes épocas van marcando temáticas y va quedando plasmado el mundo en que vivimos.
-Gran parte de lo que evaluaron y se exhibió fue rodado en pandemia.
Casi todo es producción 2021, en plena pandemia. Las chicas se las ingeniaron para hacer estas películas y mostrar lo que querían mostrar. Se presentaron 130 cortos y elegimos 35. Y te aseguro que no fue fácil. Además, verlos es interesante ejercicio de aprendizaje: qué filman, qué les preocupa y les ocupa, cuáles son sus inquietudes y sus peleas cotidianas.
-¿Qué balance hiciste de la virtualidad? Volvieron a las salas pero también se emplearon plataformas.
Es interesante el uso de las plataformas para hacer mesas redondas, o masterclasses o charlas de especialistas; sobre todo, para las chicas de las provincias que de otra forma no tienen acceso. Yo no las descartaría nunca. Pero a una sala llena de gente no hay con qué darle. A la experiencia del año pasado, del festival totalmente online, le faltó el calor del contacto y se notó. Volvimos al grupo de gente que está todo el tiempo hablando de cine, a las chicas haciendo contacto entre ellas e intercambiando ideas. Y al día de la entrega de premios, donde se genera un clima muy afectuoso y las chicas llevan a sus familias y sus equipos. La plataforma no te permite eso. Aunque a la vez, te da la posibilidad de una entrevista de una hora y media con Isabel Coixet.
-Uno de los puntos altos de esta edición de La Mujer y el Cine fue el encuentro con Isabel Coixet. ¿Qué hubo en esa charla que enriqueció la mirada de nuestras cineastas?
Fue muy interesante saber de una cineasta premiada, exitosa y prestigiosa, con una filmografía importante, cómo llegó y cómo batalla todos los días con las diferencias. Los pasos que tuvo que dar y las vallas que tuvo que derribar para llegar donde llegó. Y todo lo que le sigue costando aun, a pesar del nombre.
-Una de las importantes novedades de esta muestra es que por primera vez tendrá un carácter federal. ¿Cómo siguen las actividades de La Mujer y el Cine este año?
Del 23 al 25 de junio vamos a estar en Mar del Plata. El año pasado, cuando estuve en el Festival, el ministro de Cultura de la ciudad nos ofreció volver. Haremos exhibiciones en el teatro Colón y mesas redondas en la Villa Victoria. Y vamos a llevar cineastas de Buenos Aires. Pero también queremos que participen realizadoras de Mar del Plata. Es la forma de que La Mujer y el Cine siga creciendo.
Julia Montesoro