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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Sofía Rocha presenta «Salir de puta» en la Competencia Internacional del FIDBA: «Me interpelan las cuestiones de opresión de género y de clase»

Salir de puta, ópera prima de Sofía Rocha, es la única película argentina en la Competencia Internacional dela 9ª edición del Festival Internacional de Cine Documental Buenos Aires, que se lleva a cabo en forma online en las siguientes plataformas: festhome.com, lumiton.com.ar y octubretv.com, y que exhibe 260 películas de 43 países. La película está disponible hasta el lunes 27 de diciembre a las 19.59 en forma gratuita.

-¿Qué expectativas tenías sobre el estreno argentino de Salir de puta antes de que fueras seleccionada en el FIDBA?
La película la hicimos pensando en que fuera una herramienta más del debate. Por lo menos yo no vi hasta el momento ninguna producción que abordara el debate entre ambas posturas con las protagonistas del tema. Lo que esperábamos y esperamos todavía es que la película recorra todo el país. Ha participado en festivales internacionales, pero nos mucho interesa el ida y vuelta con el público y las distintas organizaciones que están en cada provincia.

-¿Qué es Salir de puta, cuál fue el inicio de este proyecto?

Salir de puta es una película documental que aborda el debate sobre prostitución entre posturas más reglamentaristas (es decir, las que consideran a la prostitución como trabajo) y las abolicionistas, que no la consideran como trabajo aunque, igualmente, muchas de las mujeres la ejercen como medio de subsistencia. La película va atravesando distintos puntos en el debate, como experiencias de protagonistas que ejercen o han ejercido la prostitución y se consideran trabajadoras sexuales o personas en situación de prostitución o sobrevivientes. A través de ellas vamos profundizando en el tema. También está Margarita Meira, que es madre víctima de trata, que cuenta el caso de su hija. Esta temática se va desarrollando a lo largo de la película, abriendo cada vez más preguntas y argumentación sobre el tema.
Salir de puta aparece como emergente del auge de los feminismos en la escena política del país y reúne a mujeres de diversas extracciones, desde trabajadoras sexuales hasta víctimas de trata. ¿Qué tenías al inicio del proyecto y cómo se fue reformulando?

Yo venía participando en el movimiento de mujeres, de diversidad de feminismos en general. Iba a los encuentros nacionales de mujeres y me daba cuenta cómo en las asambleas era un tema muy álgido. Siempre se debatía desde las polaridades; entonces, era muy difícil desarrollarlo y profundizar.

La película empezó en 2018, al desarrollar la tesis de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido. Convoqué a un grupo de compañeras y compañeros que también tenían debates internos sobre el tema. Fuimos investigando qué cosas habían salido en los medios, que compañeras habían tenido exposición. Al contactarlas, llegamos a las actividades de AMMAR, de AMADH o de Madres Víctimas de Trata. Les comentábamos que el interés de nuestro proyecto era abordar el debate y poder charlar con cada una en sus experiencias y posturas. Las que aparecen en el documental se mostraron muy predispuestas a hacerlo.

-¿Qué cosas que desconocías incorporaste?

Fue todo aprendizaje. No conocíamos -por ejemplo-, que Argentina había pasado por los tres modelos: el regulacionismo (al legislarla); luego el prohibicionismo y hoy, que se supone está en un modelo abolicionista. Pero tampoco lo es, porque las personas en situación de prostitución siguen siendo perseguidas, a pesar de que en Argentina no está penalizado el ejercicio autónomo porque se considera como una actividad de supervivencia. Pero está penalizado el proxenetismo y la red de trata, aunque son quienes más quedan impunes porque sabemos que funcionan con connivencia política, judicial y policial.

-El proxenetismo es otro de los roles en debate.

Más allá de que hay un sector autónomo -que también aparece en la película-, este es un negocio a nivel mundial ultramillonario, que está centralmente organizado a partir de redes. Y es parte del debate que se atraviesa: si se legaliza la figura del proxeneta (es decir, un tercero que se queda con un porcentaje de tu ganancia), entendiendo que la prostitución no tiene las mismas leyes que cualquier otro trabajo en tanto las mujeres, mujeres trans y travestis ponen su cuerpo y su sexualidad. Eso es algo que hay que debatir y entendiendo, también, en qué puntos toca con la ley de trata. Las cosas que se van desarrollando en la película, en definitiva.
-La trata de personas y las redes de prostitución, que además, está muy expuesto, muy a la vista de todos, ¿no?

Sí. Además, las personas que lo ejercen autónomamente, en general, son las más perseguidas por la policía porque, justamente, intentan coimearlas o intentan que terminen en un prostíbulo o bajo la figura de un proxeneta para tener controlado el negocio. En ese sentido, la calle sigue siendo un territorio de disputa.

-¿Cuáles fueron las complejidades de abordar a las protagonistas reales, a las putas?

A muchas las conocimos en actividades y eso nos dio la chance de poder comentarles un poco más cuál era nuestro objetivo. Investigamos mucho, antes de entrevistarlas, sobre cuáles eran los argumentos centrales en todo este desarrollo: si es o no trabajo, su relación con los clientes/prostituyentes, la relación con el cuerpo y la sexualidad y de qué manera les afectaba. A partir de ahí generé un cuestionario común para ambas partes. Las entrevistas, en general, fueron en sus casas o en las sedes de los locales de las organizaciones.

Creo que, como cualquier documentalista tendría que tener, hay una postura de escuchar, de no creer que uno sabe todo sino al revés, pensar que el otro es el que te va a brindar toda esa información y esa experiencia. Es una argumentación que tiene mucho de emocional y emotivo porque son conclusiones o posturas políticas y filosóficas a las que ellas han llegado a partir de esas experiencias de vida, de con quiénes se han cruzado, cómo se han organizado. Ese vínculo tan directo que creo se genera en la película es por habernos puesto nosotros en el lugar de preguntar y escuchar sin prejuzgar.

-En 2016 dirigiste Clandestino, un corto de ficción sobre el trabajo textil ilegal de las mujeres. ¿Cuál es la línea que le da continuidad a ambas obras, si es que la hay?

No sé si hay un vínculo directo, pero por ser mujer y haberme metido de lleno en el movimiento y haber militado en diversos espacios, siempre me interpelan las cuestiones que tienen que ver con la opresión de género y de clase. Creo que hay dos puntos que tocan las películas y es el trabajo, la cuestión de la necesidad del trabajo -una carencia muy grande en el mundo, y en particular en Argentina-, y cómo eso afecta, puntualmente, a mujeres o cuerpos feminizados. Desde mi lugar intento aportar, hoy como documentalista, una perspectiva en estos temas que, por lo menos, a mí me interpelan muchísimo.

-¿Cuánto influyó el auge del feminismo para dar forma a Salir de puta? ¿Cuál es el grado de tu participación y militancia en las luchas feministas?

Mucho. En cada encuentro de mujeres que yo iba, me fui nutriendo de una experiencia en el hacer concreto en los lugares de militancia. Por eso entiendo el lugar del audiovisual como una herramienta más y no como una bajada de línea ni para largarse a llorar por la situación de las compañeras. Obviamente el tema moviliza y emociona. Pero el documental debe ser un llamado a la acción, que haya una propuesta de intentar transformar la realidad. Se viene demostrando a lo largo de la historia que cuando nos organizamos colectivamente conquistamos derechos. A lo largo de la historia la mujer logró desde el voto hasta el aborto, que fue lo más reciente. Cada derecho conquistado debe ser defendido porque no es garantizado al 100%. Con esa perspectiva esperanzadora es que tenía ganas de hacer esta película.

-Salir de puta se presenta hasta el lunes lunes 27 en la programación del FIDBA. ¿Qué público creés que va a seguir esta película? Si tuvieras que pensar en un destinatario, ¿a quién va dirigida?

Creo que a todas las personas que fuimos invitando las interpela directamente porque todos estamos debatiendo este tema. O en algún momento lo debatimos, lo tocamos y lo conocimos. Hay mucha gente que le va llegando por los medios o por nuestras difusiones, que quizás le llama la atención. Es un tema histórico que atraviesa a toda la sociedad y llama la atención de cómo lo trata, de que va a haber debate, de cómo se va a abordar.

Nos tocó recibir buenas críticas de un montón de varones, de gente grande adulta que la ha visto, le ha gustado mucho y le ha parecido un mundo nuevo. No la prostitución en sí, sino todo lo que hay detrás.

Julia Montesoro

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