A los 78 años, el lunes 26 de julio murió la actriz y vedette Gogó Rojo, tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. Había nacido en Santiago del Estero el 7 de diciembre de 1942 como Gladys del Valle Rojo Castro. Su padre era un reconocido sastre que vestía a gobernadores y políticos, mientras que su madre, María Luisa Castro, era modista, talento que ella heredaría. Su hermana mayor, Ethel, fue la primera en comenzar su carrera artística estudiando danza y coreografía, llevándola luego hacia el mundo artístico. Vivieron mucho tiempo en Europa, ella en Madrid y Ethel (con quien compartió escenas tanto en la pantalla grande como en la televisión y el teatro porteño) en Barcelona.
Fue estrella de la revista porteña en la década del 70, actriz de una quincena de películas (la mayoría de ellas rodadas en España) y luchadora por la paridad de derechos de las mujeres, en tiempos en que las mismas eran cosificadas por productores y compañeros de elenco. Se recuerda el episodio en que el cómico José Marrone, compañero de trabajo en el Teatro Maipo, la manoseó y ella le devolvió un cachetazo, motivo por el cual fue suspendida por dos días sin goce de sueldo. Años más tarde, Marrone le admitió su error y le pidió disculpas.
Su última participación en cine fue en el documental Foto Estudio Luisita (2018), de Hugo Manso y Sol Miraglia, en la que se interpretó a sí misma, como otras figuras de la escena como Norma Pons o Amelita Vargas.
Medio siglo atrás, inició su carrera en cine en la producción española Mi adorable esclava, de José María Elorrieta, junto a su hermana Ethel Rojo, con quien consolidó gran parte de su carrera.
Su trayectoria en cine proseguiría con La mano de un hombre muerto (1962, Jesús Franco, como Gogó Robins); Esa pícara pelirroja (1963, José María Elorrieta); Whisky y vodka (1965, Fernando Palacios); ¡Viva América! (1969, Javier Setó); Crimen imperfecto (1970, Fernando Fernán Gómez); El apartamento de la tentación (1971, Julio Buchs); La cera virgen (1971, José María Forqué); Alta tensión (1972, Julio Buchs); ¡Qué noche de bodas, chicas! (1972, Fernando Merino); Casa Flora (1973, Ramón Fernández) y Quartier des femmes (1973, Jesús Franco).
En 1973 regresó a la Argentina y participó en el programa televisivo El chupete, con Alberto Olmedo, Dorys del Valle, Juan Carlos Calabró, Marcos Zucker y Ernesto Bianco, en su única participación en la televisión argentina. Inmediatamente después fue convocada para el largometraje Hay que romper la rutina (1974, Enrique Cahen Salaberry), con Ethel Rojo, Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Ese mismo año se estreno la producción española Los caballeros del Botón de Ancla (1974, Ramón Torrado). Un año después participó en su segunda y última película argentina: Maridos en vacaciones (1975, Enrique Cahen Salaberry), también con su hermana y la dupla cómica Olmedo-Porcel.
Luego de una larga lucha contra el linfoma de Hodgkin, que logró vencer en 2008, fue contratada en 2009 para ser parte de la obra teatral Escoria, de José María Muscari, con Cristina Tejedor, Julieta Magaña, Liliana Benard, Héctor Fernández Rubio, Paola Papini, Noemí Alan, Willy Ruano, Marikena Riera y Osvaldo Guidi. Luego de varios años alejada del escenario, volvió en este proyecto como vedette desplegando no solo sus dotes físicas y su talento artístico, sino también concientizando al público sobre su enfermedad.