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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Federico Strifezzo, director de «Nosotras también estuvimos»: «Las historias surgieron para romper el silencio y yo solo estuve dispuesto a escucharlas»

Federico Strifezzo estrenó el pasado jueves 1 de abril el documental Nosotras también estuvimos, sobre las enfermeras de Malvinas. Después de 37 años (en 2019), Alicia Reynoso, Stella Morales y Ana Masitto volvieron a contar sus historias al predio donde se ubicaba el hospital móvil de Comodoro Rivadavia.

Estas tres mujeres fueron parte de un grupo de catorce enfermeras de la Fuerza Aérea que asistieron a los heridos en Malvinas en el hospital móvil.  Strifezzo convocó a las tres -que siguen siendo amigas- y juntos viajaron a Comodoro Rivadavia, donde se filmó el documental. “Las enfermeras de Malvinas”, unahistoria virtualmente invisibilizada por casi cuatro décadas, pudo alcanzar un nuevo significado.

Strifezzo y Alicia Reynoso viajaron a Comodoro Rivadavia para presentar el miércoles 31 una premiére del documental.

-¿Qué te motivó a realizar una película sobre las enfermeras de Malvinas?

La casualidad. Hace unos cuatro años, en una nota vi una imagen de cinco enfermeras caminando de uniforme, junto a una ambulancia, como sonrientes. Era una foto rara, nunca la había visto. Leí esa nota y apunté el nombre de Alicia. La contacté y me introdujo en esta historia. Me habló del oscurecimiento, del silencio, de cosas que le dieron sentido a la foto. Ahí empecé a pensar en el documental. La foto terminó siendo el afiche.

-¿Cómo decidiste seleccionar tres de las catorce mujeres de la Fuerza Aérea?

Por la afinidad que se fue generando con ellas. Esa confianza nos permitió trabajar juntos dos años previos al rodaje. La relación se fue construyendo y me permitieron participar en algunas actividades propias de la fuerza. Fui testigo (y filmé) cómo una vez, en un desfile, un superior las hizo echar por “no ser veteranas”. La relación se fue estrechando y eso las convirtió en protagonistas,

-El documental se construye fundamentalmente a partir de los recuerdos y vivencias compartidas por las tres mujeres y casi no hay entrevistas a cámara. ¿Te habías planteado desde un principio hacerlo así o se impuso en el escenario mismo de los hechos reales?

Fue el planteo original. Cuando viajamos por primera vez a Comodoro Rivadavia aparecieron las historias y surgió la dinámica que se ve en la película. Vestidas con el uniforme verde, esas historias que me contaban en ese espacio, ese sonido y ese lugar, eran mucho más potentes y más profundas que si las hubieran contado de otra forma. Esos momentos se generaron gracias a que ellas abrieron su corazón.

-Alicia, ¿qué representa volver al lugar de los hechos, como hace cuarenta años?

La primera vez que volvimos después de 1982 fue para filmar. Las tres sentimos lo mismo: que no había pasado el tiempo. Al recorrer el lugar éramos nosotras mismas en 1982: estaba todo intacto esperándonos, resistiendo el olvido. Igual que nosotras. Aunque la película no se pudo estrenar por la pandemia, cuando empezó a recorrer festivales y a surgir de nuevo el nombre de Comodoro y de Malvinas, se nos encendió un motorcito interior.

Estar en Comodoro me genera eso que llamo “el redoblado de la verdad”. El paso redoblado, en el ámbito militar, es el paso que pisa más firme, el más fuerte. Esa es la sensación.

-Esa verdad se tradujo en el reconocimiento como veteranas de guerra.

Muchas veces nos negaron nuestra condición de veteranas de guerra. Hasta que nos reconocieron en el Congreso de la Nación, por la ley 23.118, con medalla y diploma. Eso nos llena de orgullo. Lo gritamos porque es una gran verdad. La veteranía no se termina nunca. Ni con la baja ni después de muerto. Esto permitió encarar otro desafío: hacer la película.

-¿Por qué crees que esta historia fue invisibilizada por casi cuatro décadas? ¿Por el argumento de que no estuvieron en Malvinas? ¿Porque son mujeres?

Cincuenta y cincuenta. Al principio se decía así por desconocimiento. Muchos no sabían que habíamos estado porque nos guardaron y nos escondieron, como a todos los que estuvieron en la guerra. Pero ya pasó un tiempo prudente para que agarren esos que nos desconocen agarren los libros y vean los tratados internacionales. Si no quieren reconocerlo ya es un problema privado. Yo sé por qué recibí la medalla y no me pesa. Desde Comodoro defendí la patria.

-¿Qué descubriste sobre vos misma al ver la película terminada?

Al principio me parecía que faltaban situaciones. Siempre se cuenta la historia desde los tiros, los aviones, las bombas. Hasta que descubrí su verdadero sentido: contar la historia de la guerra desde la mirada de una mujer. Con las risas, los llantos y los miedos propios. Nostras nos empoderamos al lado de ellos sin ser cosificadas. Haciendo lo que teníamos que hacer. Como enfermeras.

-Federico, ¿qué observaste de Nosotras también estuvimos al verla terminada?

-Que ellas empezaron a hablar después de más de tres años calladas. Las historias surgieron para romper ese silencio. Yo solo me sumé a estar dispuesto a escucharlas. Queriendo entender que ellas también estuvieron.

Julia Montesoro

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