DIRECTORAS, el ciclo de Género DAC y GPS audiovisual en la sala virtual de Cine Arte Lumière (www.cineartelumiere.com.ar), presenta Ata tu arado a una estrella (2017), documental de Carmen Guarini, el viernes 2 de octubre a las 20hs. La película permanecerá en la sala virtual hasta el domingo 4 a las 22 en forma libre y gratuita. Participan Fernando Birri, Eduardo Galeano Ernesto Sábato, Osvaldo Bayer y León Ferrari.
Carmen Guarini es discípula de Fernando Birri. Lo acompañó cámara en mano en su recorrido por Latinoamérica siguiendo los pasos del Che Guevara hace más de veinte años y pocos meses antes de que muriera en Roma, culminó el documental.
– ¿Cómo fue el trabajo con Fernando Birri? Debe haber sido una influencia muy grande en tu carrera y en tu vida como documentalista ligada a lo antropológico.
Siempre sentí una gran admiración por Fernando, una figura mítica, desconocida para mí: recién a comienzos de los 90 me lo crucé en un festival en Italia. Me intrigaba por qué no volvía a la Argentina. Me contestó que no lo invitaban y que era un artista ambulante, pero que quería volver. Hablé con Manuel Antín (rector de la Universidad del Cine) y lo invitó. Fernando empezó a regresar de a poco después de la dictadura. Fue muy interesante y enriquecedor, porque comenzamos a tejer una amistad y también -a través de nuestra productora- se empezaron a desarrollar proyectos.
-¿De qué se trataban esos proyectos? ¿Cuáles eran sus ideas?
Uno de ellos fue una película sobre el Che, en coproducción con una productora alemana, de una realizadora uruguaya radicada en Alemania de la cual también éramos amigos. Me intrigaba la temática de su película, esta idea de hablar de la utopía y de la muerte de la utopía, a la que me resistía. Recuerdo que recién había parido a mi hija y dije “bueno, yo igual tengo que filmar, tengo que seguir a este loco a ver cómo se filma esto, cómo se filma esta pregunta”. Rodamos en Bolivia, en Santa Fe, en su casa, y en los distintos lugares que él recorría iba con su pregunta: ¿se han muerto las utopías?
– Y esa experiencia fue el germen de Ata un arado a una estrella.
Fue el inicio. Después de ese viaje hice un primer armado, mientras él partió y siguió filmando en Alemania y en Francia. No daba para seguirlo. Tuve ese armado unos 18 años, mientras lo iba alimentado con algunas entrevistas. Cuando me reencontré con Fernando volví a ver el material y no me gustó. Se lo mostré y decidí que había que darle una continuidad; él mismo me dijo “esto tiene que terminarse”. Él ya estaba retirado en su casa en Roma, donde lo fui a visitar. Me recibió y lo pude continuar. También pasé por Cuba, donde él dejó su notable impronta a través de la escuela San Antonio de los Baños. Ese recorrido me interesó, porque en definitiva, de lo que yo quería hablar era de las utopías y de cómo resistir a la idea de renunciar a ellas, sobre todo estando en un momento político en la Argentina en donde todo parecía indicar que debíamos renunciar. De alguna manera, esa fue la historia de esta película,
– ¿Qué te genera volver a ver la película tres años después? ¿Qué lugar juegan hoy conceptos tan arraigados como utopía o resistencia?
No la miro mucho, porque no me gusta volver a ver las películas que hice. Pero me encuentro viéndola a través de la gente que la ve y que me devuelve cosas, como la energía que le transmite. Es muy importante haber logrado que la figura de Fernando y esta pregunta trasciendan la película para que desde cada lugar, desde cada espectador, la pregunta resuene. Eso es lo que quería y me parece que, tal vez independientemente de mí, es lo que la película logra.
– Ata tu arado a una estrella es una película rodada a lo largo de más de 20 años. ¿Cómo decidiste cuándo darle un corte final? ¿Cuál fue el criterio de la edición? ¿Cuántas versiones hiciste antes de llegar al montaje final?
Mi encuentro con Fernando fue decisivo para dar el corte final. El estaba muy viejito y yo quería cumplir con ese compromiso no escrito que tenía con él, desde que vio el armado anterior que tenía guardado y me dijo “acá está la película, tenes que hacerla”. Del resultado final él vio una parte porque falleció, pero confió en mí.
– Birri fue un personaje de unas características muy particulares, no solo por lo que él significaba en el contexto del cine latinoamericano sino por su forma de encarar los proyectos, era muy volado, muy creativo. Habrá sido difícil saber en qué momento empezaba o terminaba algo nuevo con él.
Sí, era un gran anarquista y un gran utopista. Un constructor de utopías que ayudaba a otros, nos empujaba a esas utopías. De alguna manera eso es lo que me parece que se refleja.
Hay algo más que resignifica el valor de que Ata tu arado a una estrella se exhiba en CineArte Lumière: la película se estrenó en el BAMA. O sea, allí mismo. Estuvimos en cartel tres semanas, en un momento difícil; la película gustaba pero era un momento socialmente complicado, no había demasiada concurrencia por cuestiones económicas. Pero fue un gran placer poder estrenarla en ese cine.
Julia Montesoro