Griselda Siciliani es una de las cuatro protagonistas de Sentimental, la comedia de Cesc Gay cuyo elenco se completa con Javier Cámara, Belén Cuesta y Alberto San Juan y que el miércoles 23 se proyectará como estreno mundial en el Festival de San Sebastián, en la Gala RTVE del Teatro Victoria Eugenia.
Sentimental es la adaptación de la obra teatral de Gay, Los vecinos de arriba, en la que el encuentro de dos parejas de vecinos desemboca en un tsunami emocional. Para Siciliani, es una oportunidad invalorable para su lanzamiento en el mercado internacional.
A horas de esperado estreno, Griselda Siciliani dialogó con GPS Audiovisual.
-¿Qué viste de Sentimental para entusiasmarte con el papel?
Primero, Cesc Gay. No lo conocía personalmente, pero había visto sus películas y me encantaban. Me emocionó saber que él me conocía: cuando me convocó, me contó que había visto muchos capítulos de Para vestir santos (un programa que hice en 2010), El último Elvis (la película de Armando Bo) y que me tenía en la cabeza hace mucho tiempo, hasta que apareció este personaje.
–Conocías sus películas, pero no sabías que él te conocía a vos desde hace diez años, por lo menos.
Eso fue muy loco. Además de un director talentosísimo, es muy tranquilo, muy seguro, sabe perfectamente lo que quiere. En este caso, además de ser el autor, escribió la obra de teatro: la montó en Barcelona y en Madrid e hizo la adaptación para el cine. O sea que tenía el material tan manyado que fue un placer como director de actores también. Además de que él es una persona muy sensible y es muy hermoso estar con él…lo cual no pasa con todos los directores.
-¿Habías visto la obra teatral en Argentina?
Sí, yo conocía este personaje porque había visto a Flor Peña y a Muriel Santana, las dos actrices que hicieron el personaje en Argentina. Conocía perfectamente la historia y el texto, en la versión teatral.
-¿Qué diferencia la obra teatral de la película?
Cesc lo tuvo en claro desde el primer momento: quería que la película fuese un poco más oscura o íntima. Además, él tenía la idea de que la obra era muy risueña y de mucha carcajada. La película también, pero por momentos es bastante cruda porque el vínculo que tiene esta pareja es doloroso. Están muy desconectados y es tan real e íntimo lo que se ve, que produce mucha identificación y duele bastante.
-Viajar a España significó para vos la posibilidad de incorporarte a nuevas posibilidades de trabajos. ¿Lo pensaste así?
Hace unos días, Javi Cámara posteó en su Instagram el afiche de la película, y ponía algo muy concreto y verdadero: que fue lo último que hicimos en “la otra realidad”. Lo que uno pensaba pertenece a esa otra realidad. Terminamos de filmar -el último día de febrero o el primero de marzo-, y senguida nos encerramos todos: yo volví a Buenos Aires, Cesc vive en Barcelona, los otros tres actores se volvieron a Madrid.
-¿Cómo fue el vínculo con los demás actores?
Cuando mi manager me contó de la propuesta, me dijo: “Me llamó Cesc. Tiene este guión, quiere dártelo y que hagas este personaje y el personaje de tu marido lo hace Javier Cámara”. Yo casi me muero, dije ¿dónde firmo? No podía creerlo.
Nos encontramos en diciembre para ensayar. Primero en Madrid, después en Barcelona. Fue un rodaje muy íntimo: los cuatro actores con el director encerrados todas las escenas. Al estar inspirada en una obra de teatro, la película tiene mucho texto. Y me encontré con tres actores gigantes.
-Tuviste muy pocas participaciones en cine: ¿es una decisión relacionada con la falta de buenas propuestas, de priorizar el teatro y la televisión o es un medio que no te representa?
Empecé con La antena como bailarina, cuando todavía ni siquiera trabajaba tanto como actriz. No sé si el cine era algo pendiente, pero nunca encontraba mi espacio. Fundamentalmente vengo de la danza, que es un lugar plenamente del escenario, y después del teatro. La tele se incorporó después y tuve mucha suerte, porque me tocaron hacer personajes que pasaron la pantalla y tuvieron muy buena recepción. Como estaba tan cómoda en mi ambiente teatral, nunca me desesperaba mucho por el cine. No encontraba un guion que fuera para mí, pero tenía la sensación de que en algún momento iba a aparecer algo en donde no tuviera dudas. Me alegra haber confiado en esa intuición.
-No aparecía la propuesta indicada.
Tengo que asumir que siempre trabajé mucho, haciendo funciones, y que el cine requiere disponibilidad. Por otro lado, los guiones que me llegaban me parecían que no eran para mí. Después veía cómo les funcionaba a otras compañeras. Con las cosas que hice no tuve dudas, como cuando me llegó El último Elvis. Ahora, siento que llegó el momento donde le voy a dedicar mucho más espacio.
Julia Montesoro
La entrevista completa podés encontrarla en GPS Audiovisual Radio.