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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Matías Szulanski estrena «Ecosistemas de la Costanera Sur»: «No quise hacer un documental clásico»

Ecosistemas de la Costanera Sur, el documental de Matías Szulanski estrenado el jueves 6 de agosto en Cinear, desnuda la pasión por hacer cine, independientemente de la escasez de presupuesto. O tal vez exhibiendo deliberadamente esa carencia como una virtud.

Una introducción (en la que el relator, Fabián Arenillas, narra la historia de este enclave natural de Buenos Aires) da paso a tres capítulos que pasan de la corrección formal de un realizador, Paulo Pécora al caos creativo (y destructivo) de otro cineasta, Franco Sintoff, como dos esquemas de rodaje simétricamente opuestos.

Matías Szulanski dialogó con GPS audiovisual sobre Ecosistemas de la Costanera Sur.

-¿Cuál era el objetivo del proyecto?

Me incorporé en agosto del año pasado y vi que era interesante, piola. Entonces, empezamos a trabajar para enriquecerlo. Nos quedó claro que no queríamos un documental del montón ni algo informativo, que se pareciera a un documental de televisión. Sobre la marcha fuimos encontrando el ritmo.

-Aunque la película se presenta como un documental, hay una intención deliberada de atravesar los géneros. ¿Fuiste modificando la idea original sobre la marcha?

Queríamos evitar el documental clásico, si bien teníamos cierta narrativa más tradicional. Pero de a poco nos dimos cuenta de que teníamos que hacerlo interesante. Nadie se iba a interesar por un documental que abarque cosas que uno puede ver si va a la Costanera Sur. Sobre todo, porque es un lugar conocido y accesible. Por eso lo fuimos redireccionando. Filmamos mucho, mucho. Y no todo quedó en la edición final.

-¿Los actores o entrevistados que aparecían a medida que avanzaba el rodaje estaban previstos?

No. El documental fue creciendo en base a lo que se iba filmando. Después de cada sección, iban apareciendo más personas para ir entrevistando. Hubo tanto material que algunas escenas se descartaron. Después del largometraje que filmamos con Franco Sintoff, apareció la posibilidad de filmar la película de Paulo Pécora. Y después surgió lo de Mónica Lairana.

-No se sabe del todo si esas películas que proponen los directores (Pécora y Sintoff, que hacen de ellos mismos) existen, o existen solo para esta película. ¿Qué te inspiró a recrear el concepto de cajas chinas, de una película dentro de la otra?

No hubo una intención deliberada, pero a medida que filmábamos nos dimos cuenta de que iba a ser interesante aprovechar esas historias para contar nuestra película. Y para hablar del cine: a mí me gusta mucho hablar de cine y hacer películas sobre cine. Eso que se ve existe, aunque lo que filmó Paulo Pécora hasta que no se levante la cuarentena no creo que se vea en ningún lado. No sé si había una intención de “cajas chinas”, pero sí de ir dejándose llevar.

-¿Qué sabías de los ustachas, el viaje del Plus Ultra o la leyenda del Reservito –historias que funcionan en forma autónoma a lo largo de la película- que además le dan al relato un enlace con la historia del lugar a través de distintos sucesos o épocas?

De la Ustacha sabía historias a través de revistas. Cómo se formó la Guardia Nacional, que después tuvo base en la Argentina. Al Plus Ultra lo descubrí por internet. Nos sirvió para la investigación inicial. Del Reservito supe a partir de conspiraciones y teorías sobre su existencia. Es algo así como la leyenda del Nahuelito. Y conocí gente que lo toma como algo serio, que trasciende la anécdota.

-¿Qué te interesaba de la Costanera Sur como el eje geográfico de los relatos?

Es un lugar interesante porque hay muchas cosas muy cerca: por un lado la zona más carenciada de la ciudad, las Villas 31 y Rodrigo Bueno; al lado, los edificios más caros. En dos pasos pasás de la zona más caótica al espacio verde más grande de Capital. Además de sus distintos cambios sociales: fue un lugar bacán en los años 30, quedó abandonado y después resurgió. Me interesa porque habla mucho de Buenos Aires y de la Argentina: la opulencia al lado de la pobreza, algo verde al lado de todo el cemento.

-¿Había película sin Costanera Sur?

Seguramente sí. Pero esto que surgió existe solo porque las historias aparecieron allí. No se hubieran podido hacer en otro lugar.

Norberto Chab

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