Daniel Desaloms es el director artístico del 10º Festival de las Alturas, que se celebrará desde el viernes 16 hasta el sábado 24 en la provincia de Jujuy. Organizado por el Gobierno de Jujuy a través del Instituto de Artes Audiovisuales de Jujuy, a lo largo de estos diez años se consolidó como un espacio clave para el cine andino. La muestra reunirá lo mejor del cine de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela con una selección de 46 películas en competencia.
-Si trazaras una línea de tiempo a lo largo de estos diez años, ¿qué camino ves?
En la presentación va a haber un racconto de estos diez años. Muy corto, porque soy enemigo de los discursos largos. Allí se va a exhibir cómo fuimos coherentes a lo largo del tiempo con una idea fundacional, que fue instalar un festival de cine andino. Que no existía, porque esta es una región del país que no tenía actividad cinematográfica o que era muy escasa, con videorrealizadores locales sin apoyo y sin una estructura. Desde ese comienzo instalamos la idea de un festival de cine internacional, que además convocara a los países andinos: Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y obviamente Argentina. Esto era muy ambicioso y costó mucho plantearlo en Jujuy.
-Creer en el desarrollo del cine andino era un desafío importante.
Afortunadamente ocurrieron muchas cosas desde aquella primera edición que contribuyó al crecimiento constante. Nosotros creemos que el cine andino tiene una impronta, una identidad particular, porque todos los países que estamos con respaldo de la cordillera tenemos una cultura común, una visión artística, una relación con los mitos comunes y una identidad propia que no tiene nada que ver con el resto de los países latinoamericanos. O tal vez sí, pero mucho más vinculada entre nosotros, porque compartimos la cordillera y los mitos, la relación con la Pachamama, el folklore, la música.
En estos días recordaba la prueba que hicimos en 2018, cuando hicimos una convocatoria a las direcciones de cine de Colombia, Chile, Ecuador y Perú y les propusimos realizar una semana de cine andino en cada una de esas capitales. Era una idea muy loca porque nunca se había hecho. Además, hay una característica que tiene estos países -el nuestro también-, que no consume cine latinoamericano. ¡No ven ni cine propio! Cuando implementamos esta jugada riesgosa, fuimos Marcelo Pont (entonces codirector del festival) por su lado en Santiago de Chile y Bogotá y yo por el mío en Lima y Quito, acompañando cada función con películas que habían participado de nuestro festival. El público quedó maravillado luego de una semana de ver seis películas de Ecuador, Venezuela. ¡Quedaban maravillados de que existía un cine así!
–¿Hacia dónde orientaste la búsqueda en esta décima edición?
Jamás propusimos una temática, no es nuestro estilo. El festival siempre fue abierto y nos entusiasma la idea de mantener esa característica. Como detalle diferencial compite Yana-Wara, película que había iniciado el maravilloso y talentoso Oscar Catacora y no pudo terminar porque falleció a los 33 años de un ataque de apendicitis. El tío, que rodó con él, la va a presentar.
Oscar había dirigido Wiñaypacha, una película antológica peruana que retrata la vida a cinco mil metros de altura, porque esa era su zona y su familia vive ahí. Los protagonistas eran dos personas de 80 años, dos padres abandonados por su hijo, que fue a la capital. El documental retrata los dramas de las familias andinas y es que los hijos salen, bajan a las ciudades y no vuelven. El era como un proyecto de director (Yasujiro) Ozu peruano.
-¿Con qué se va encontrar el público en esta décima edición del Festival?
Con la evolución que hubo en estos diez años del cine andino. Se mejoró muchísimo la calidad técnica. En la actualidad, compite en todos los festivales internacionales. Las plataformas distribuyen películas andinas. No te olvides que Sebastián Lelio (nacido en Mendoza y nacionalizado chileno) ganó un Oscar en 2017.
Este año, además, vamos a tener una especie de bonus: Guillermo Francella. Lo van a acompañar Gastón Duprat y Mariano Cohn. Juntos filmaron en Jujuy Mi obra maestra, con Luis Brandoni. Va a ser el mejor regalo posible para estos diez años.
Julia Montesoro