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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

José Luis Rebordinos: «Este año, al Festival de San Sebastián no vino nadie en representación del INCAA»

El Festival de San Sebastián dio un abrazo simbólico al cine argentino con un acto de apoyo en el que su propio director, José Luis Rebordinos, se puso a la cabeza.

La concentración -sucedida el martes 24, en las escalinatas del Kursaal- ocurrió el mismo día del pase en la Sección Oficial de El hombre que amaba los platos voladores, dirigida por Diego Lerman y el estreno internacional del documental Traslados, que indaga en los tenebrosos Vuelos de la Muerte, dirigido por Nicolás Gil Lavedra y con producción de Orca Films (Zoe Hochbaum).

A través del propio Rebordinos se conoció un comunicado oficial del Festival que expresa su apoyo a la producción nacional y que concluyó con una expresión coloquial atípica para cualquier español, pero muy explícita: «¡aguante el cine argentino!»

-No es frecuente que los festivales internacionales le den espacio a una cinematografía en particular. El fenómeno de San Sebastián es muy puntual y el apoyo a Argentina es muy específico. ¿Cómo se origina? ¿Cuál es el motivo de esa simbiosis?

Con el cine argentino tenemos una relación muy especial. Primero, porque compartimos una lengua: somos 500 millones de personas. Esto nos hace estar muy cerca afectivamente, políticamente, económicamente. Incluso, de alguna forma, somos un único mercado. Eso es para empezar.

Siempre he estado muy cerca del cine argentino. No sé si es el más potente, pero es uno de los más potentes de América Latina. Su presencia en el festival siempre ha sido muy grande. En este momento en que el gobierno de (Javier) Milei está desmantelando el cine argentino, está tomando medidas de todo tipo contra la cultura, nos parecía que un festival, que es una manifestación cultural, tenía que expresarse a favor de esa cinematografía compañera de viaje, como es la argentina.

Quiero insistir mucho para que ningún ciudadano argentino piense que estamos haciendo lo que no estamos haciendo: nosotros no tenemos ningún interés en meternos en la política argentina, como no puede de otra manera.  Hemos trabajado con el INCAA -que ahora prácticamente no sirve para nada- con gobiernos de Mauricio Macri -liberales- y con gobiernos más o menos a la izquierda. No hemos tenido problemas con ninguno: es decir, el INCAA siempre ha funcionado. Los ciudadanos argentinos tendrán sus diferencias y les podría parecer mejor un gobierno que otro, pero ninguno había desmantelado el cine argentino como sí lo está haciendo este gobierno.

Luego, este gobierno tiene una línea roja que nunca voy a aceptar. Es un gobierno que, de alguna forma, manifiesta como mínimo comprensión -si no apoyo- a la dictadura militar argentina, que es una dictadura de personas que traicionaron a su país y que asesinaron a miles de ciudadanos inocentes. Siempre vamos a estar en contra de eso. Entonces nos hemos posicionado a favor del cine argentino y lo apoyaremos todo lo que podamos desde nuestro festival.

-Parte de una toma de posición muy concreta de parte tuya, pero a la vez lo expresás en plural. En el seno de la organización del festival, ¿encontrás el mismo apoyo?

Sí: todo mi equipo está de acuerdo. Esta es una declaración del equipo de dirección. Es algo consensuado y todos estamos en la misma línea. Yo tenía 14 años cuando murió Franco, el dictador. Sé lo que fueron los últimos coletazos de la dictadura y tengo memoria histórica. Creo que es muy peligroso en estos momentos no solo el gobierno de Milei, sino los partidos políticos de extrema derecha. Que poco a poco han cambiado estrategia: no necesitan dar Golpes de Estado y van ocupando poco a poco puestos importantes del poder de los países. No me gustaría dentro de unos años haberme arrepentido de no haber hecho lo poquito, muy poquito, que puedo hacer para por lo menos alertar a la gente que me sigue o que me tiene en consideración de los peligros del fascismo.

Sobre todo (insisto y ojalá me equivoque), porque probablemente dentro de poco tengamos Europa con un fantasma que lo recorrerá, que será de color negro: será el fascismo.

-Lo que está pasando en Argentina y en algunos lugares de América Latina, ¿puede ser un presagio de lo que puede llegar a ocurrir en Europa?

Lo decía cuando nos manifestamos a favor del cine argentino y espero que no se entienda mal: estamos ahí porque está ocurriendo en la Argentina, pero en la dictadura de (Nicolás) Maduro en estos momentos también la mayor parte de los cineastas tienen que hacer cine fuera de su país. Nosotros siempre estaremos apoyándolo. Lo hemos dicho porque tenemos aquí cineastas venezolanos y nos han pedido de alguna forma que los pusiéramos en el mapa. Obviamente lo tenemos clarísimo.

Milei ha llegado con elecciones democráticas al poder y eso no lo podemos olvidar, pero eso no le da carta blanca para todo. Maduro, por su parte, ha dado un pucherazo en las elecciones, es un dictador y la represión es brutal. Nos lo cuentan las cineastas que están aquí. Muchos de ellos han tenido que salir y llevan tiempo fuera de su país. Y tienen mucho miedo de aparecer en declaraciones por sus familiares.

Nosotros siempre vamos a estar contra las dictaduras y a favor de la Democracia. A favor de que los ciudadanos elijan libremente cómo quieren ser gobernados. Pero siempre desde regímenes que defiendan la libertad y los Derechos Humanos. Alguien que esté en contra de los Derechos Humanos me da igual que no haya sidoi elegido: hay que luchar contra él.

-Esta jornada de apoyo al cine argentino se da en el contexto de la presentación de El hombre que amaba los platos voladores -único título argentino en la Sección Oficial- y Traslados, documental que evidencia los Vuelos de la Muerte de la dictadura de casi medio siglo atrás, como un reflejo del horror vivido. ¿La elección de la fecha es una coincidencia de la programación o fue una decisión para acompañar la jornada?

En el proceso de selección, primero apareció la película de Diego Lerman, El hombre que amaba los platos voladores. Una vez que la seleccionamos para la Competencia Oficial, decidimos organizar la jornada de apoyo al cine argentino alrededor de ella. Vimos Traslados, nos gustó mucho y nos pareció importante ponerla en valor en estos momentos en que hemos oído declaraciones de personas muy cercanas a Milei defendiendo y  justificando la dictadura argentina.

Traslados, que habla de los Vuelos de la Muerte, deja muy en claro cuál era la catadura ética-moral de estos asesinos y reivindica la memoria histórica. Algo que hay que reivindicar siempre. Era un programa doble muy bonito, para colocar todo el mismo día.

-Reivindicar la memoria histórica en un espacio tan significativo como el Festival de San Sebastián no es un tema menor en este momento de la Argentina.

La memoria histórica es fundamental. No significa ansias de venganza y ni volver a remover no sé qué, como a veces dicen algunos: significa no olvidar. Es decir, poder reparar a quienes sufrieron de alguna forma el Terrorismo de Estado y sobre todo reparar en términos de justicia. Es importante no olvidar. Cuando escucho a mucha gente diciendo que «fue hace mucho tiempo», fijaros en Argentina: pasó hace mucho tiempo, pero de pronto aquí estamos. Fijaros que el nazismo en Europa pasó hace mucho tiempo, pero de pronto los grupos neonazis empiezan a extenderse por toda Europa. ¡No hay que olvidar! Alguien decía que el que olvida puede repetir el pasado. Por eso es muy importante defender la memoria histórica.

-Los argentinos solemos preguntarte qué es lo que percibe el Festival de San Sebastián sobre el cine argentino. Te pongo del otro lado de la mesa: ¿Qué es lo que ve el productor y el director argentino que se siente tan bien acogido y tan bien visibilizado en San Sebastián?

Creo que dos cosas: por un lado de una manera emotiva, se siente querido porque Argentina es muy cercano a nosotros. Nos sentimos queridos cuando vamos a Buenos Aires. Como cuando íbamos a Ventana Sur. Aunque ahora habrá que ir a Uruguay, porque este gobierno ha conseguido incluso que su mercado más importante de imagen de Argentina en todo el mundo, el motor económico también de alguna manera, se vaya a Montevideo. Es una torpeza realmente difícil de entender, incluso desde un gobierno ultraliberal. ¡No se entiende! Uno tiene la impresión de que hay una lucha contra la cultura y contra el cine; ya no son intereses, ni siquiera económicos.

Y luego ven otra cosa. Somos un festival bastante importante en el mundo y probablemente el más importante de toda Iberoamérica. A nosotros nos gusta decir que queremos ser el más pequeño de los grandes. Queremos estar cerca de los grandes para que a quien venga le sirva para promocionar sus películas y hacer negocios, pero suficientemente pequeño para ser un festival amable, humano, donde la gente se puede relacionar. Lo hemos podido montar desde la dirección con tranquilidad, porque somos un festival donde todo está cerca. Todos nos conocemos un poco. Tenemos esa gran ventaja de ser todavía un principal suficientemente pequeño, o por lo menos, no demasiado grande como para poder ser un poquito humanos.

-Desde que asumiste la dirección del Festival de San Sebastián, recibiste a representaciones de distintas orientaciones políticas. Con esta gestión actual del INCAA y de la Secretaría de Cultura, ¿hubo o hay alguna representación oficial formal en esta edición del festival?

No. No han venido. Del INCAA no ha venido nadie. Insisto: nosotros como festival no entramos en la orientación ideológica de un país que sus ciudadanos decidan tener. Yo tengo la mía propia, que se manifiesta cuando deposito mi voto en las urnas. Pero respeto cualquier tipo de opción, desde la más conservadora hasta la más progresista. La única condición es que respete al resto.

Todos son bienvenidos, tengo amistad con de todos los partidos políticos. Luego, en la vida privada, discuto con el que no estoy de acuerdo, pero desde la normalidad. Afortunadamente no estamos todos de acuerdo. Eso es una cosa buena en una sociedad democrática. El problema es cuando alguien como Milei o como el Vox en España reivindican a los dictadores, a la Junta Militar allí o aquí a Franco. Lo siento, es una línea roja que creo que no se puede permitir.

-Entonces, por sí o por no: en esta edición del festival, ¿hay alguien que represente oficial y formalmente al INCAA o la Secretaría de Cultura?

No. Que yo sepa, no. Y si hay alguien, está de incógnito (Risas).

Norberto Chab / Desde San Sebastián

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