Alfonso Tort coprotagoniza El aroma del pasto recién cortado, la película de Celina Murga premiada en Tribeca que se exhibe en más de treinta salas de todo el país.
Coproducida entre Tresmilnundos cine, Mostra Cine e Infinity Hill, con Joaquin Furriel y Marina de Tavira en los roles principales, pone en foco los conflictos de pareja de mediana edad.
-La historia de Celina Murga gira en torno a los conflictos sentimentales en personas de clase media y de mediana edad. ¿Vos cómo preferís definir a El aroma del pasto recién cortado?
Podría definirla de la misma manera. Desde el primer día que leí el guion me sentí muy atravesado por los tópicos que toca. Tópicos que son muy similares a una película que yo había hecho, que es como prima hermana: Un pájaro azul, del realizador Ariel Rotter. En aquella otra también se trataba el tema de los hijos y la dificultad que tiene mi generación para tener chicos. Ambas tratan temas muy contemporáneos y, sobre todo, estos tópicos que a mí generación en particular nos toca muy de cerca: la paternidad, la maternidad, la estructura familiar, el conflicto de fidelidad. Que no es lo mismo que lo que le pasó a la generación de nuestros padres ni es similar a lo que viven las generaciones más nuevas.
Es una película con temática de clase media, de parejas heterosexuales de 40-50 años. Tanto Un pájaro azul como El aroma del pasto recién cortado tocan temas heterosexuales. Sin discriminar ni nada, sino que simplemente está enfocado a eso.
-¿Cómo te llegó la historia? ¿De qué manera abordaste este papel junto con Celina Murga?
No sé hace cuántos años me llegó: la búsqueda de financiación llevó tiempo. Nos juntamos en un bar para charlar, leí el guion y me gustó enseguida. Después se dio un vínculo de amistad, a partir de la filmación. Vi de cerca los cambios que iba teniendo el guion y la producción de la película. Pero siempre con la camiseta puesta de querer filmarla, porque la temática me parecía interesante.
Muchas veces como actor no actuás por lo que te gusta sino por los temas que toca una obra. Me brindo más a una obra que a mi ego sobre qué actuación hago. En ese sentido, me sumo más a una obra o un proyecto y no a mi ego de actor para protagonizar una película o lo que fuera. Es al revés, elijo porque me interesa hablar de ciertos temas. A veces también por temas que estoy atravesado. Estas películas eran muy claves.
-¿Cuánto de lo que cuenta El aroma del pasto recién cortado te interpela en lo personal?
Me identifica mucho. Ahora estoy por ser padre por primera vez a mis 46 años, estoy estructurando una familia. Me siento identificado, pero no por lo que le pasa a los personajes sino los temas. En cuestionarme qué es una familia, cómo armar mi propia familia, qué cuestiones van a jugarse como padre a futuro. Me pregunto si el amor con mi pareja va durar para siempre. Ahora todo es color de rosa porque vamos a ser padres, pero, ¿va a cambiar dentro de cinco años va a cambiar? Todas esas preguntas y dudas se te aparecen cuando vas a ser madre o padre y te llevan a preguntarte cosas en lo personal.
Son películas que te permiten revisarte con tu pareja, con tus hijos y tu estructura familiar. Es muy buena en ese sentido.
-Con los vínculos amorosos, en definitiva.
Sí, con mis vínculos amorosos que son tus hijos, hijas, compañera y lo más cercano. Esas revisiones que en otra época no se hacían. Esas crisis no se atravesaban y si se hacían se pasaban por encima o por lo bajo. Para la generación de mis padres y mis abuelos eran otros tiempos, las cosas eran para siempre. Hoy las cosas han cambiado y nuestra generación está en una bisagra, porque muchas veces uno no sabe qué hacer. A mí me pega por ahí. Por ejemplo, un conflicto de infidelidad puede derrumbar una pareja o no. A la gente más joven no le ocurre lo mismo.
-Probablemente no porque tienen otra forma de encarar los vínculos.
¡Total! Y van a crecer así y cuando tengan nuestra edad no sé qué van a hacer pero va a ser distinto el tema de encarar una familia.
-Del guion a la versión final encontraste nuevas facetas, ¿qué película viste cuando la visualizaste en pantalla grande?
Sobre todo, temas de edición. Cosas chicas, cambios de los que no me doy cuenta. Sí hay un proceso bastante drástico a nivel guion. En un momento la película era más espejada aún. En una versión de guion, la mitad de la película era de él y la otra de ella. En un momento se rompe ese guion y se empieza a mezclar, como está ahora.
El rodaje es otro momento de búsqueda. Uno llega allí con un guion y sin embargo, la filmación siempre es un momento de búsqueda. No he participado en películas donde el guion haya sido completamente cerrado. Siempre hay cambios. Para bien o para mal, sigue siendo una búsqueda creativa.
-Allí sos empático con los directores.
Recuerdo una escena -que finalmente quedó-, donde la pareja estaba discutiendo de noche en la cama. En ese momento mi personaje le grita y agarra la almohada, no sé bien qué hace. Después de terminar la jornada de rodaje, Celina me llamó. No había quedado conforme con esa escena. Palabras más o menos quería que el personaje sacara cierta ira. Y repetimos la toma al otro día.
La realizadora o realizador necesitan ese tiempo para probar porque nadie sabe todo cien por ciento. Capaz que va al rodaje con el guion y no le gusta lo que ve. No porque esté bien o mal actuado, o por la luz o lo que fuera, sino porque simplemente no le resuena. Finalmente su intuición la llevó a cambiar algo que no estaba bien, pasó la edición y la escena quedó como ella quiso dejarla. El guion no es una cosa fija. Y a mí me encanta estar en la escucha.
Julia Montesoro