El viernes 20 comenzará la 72ª edición del Festival de San Sebastián, que se anticipa como una de las ediciones con más figuras y un gran nivel de cine para ver, comentar y debatir. La misma inauguración, el estreno mundial de Emmanuelle, a medio siglo de su versión original y rodada por una mujer, Audrey Diwan, abre el juego (y el fuego) a las polémicas.
Esta edición del festival estará además subrayada por el apoyo explícito al cine argentino, a lo largo de su programación y especialmente con una jornada que se realizará el martes 24, en un gesto atípico en festivales internacionales pero muy significativo para el sector audiovisual nacional.
Como cada año, el máximo responsable de la programación y de la identidad del Festival de San Sebastián es José Luis Rebordinos.
–No sé si el sector audiovisual argentino valora la importancia simbólica de esta jornada de apoyo al cine argentino. De hecho, aun no se planificó algo parecido en nuestro país. ¿Por qué San Sebastián, cómo surgió esta iniciativa?
Porque nuestra relación con el cine argentino es muy fuerte, muy cercana. Todos los años hay una presencia muy importante de cine argentino. Es probablemente el cine más importante de América Latina en este momento. Colaboramos con Ventana Sur, con Proyecta -que es una parte del mercado de Ventana Sur-. Justamente, este año se desplaza a Uruguay. Probablemente el mercado más importante del audiovisual de América Latina deja de hacerse en Buenos Aires. Es alucinante. Es de agradecer que los uruguayos lo hayan recogido, pero es increíble que desde Argentina se permita perder este mercado, ¿no?
Entonces, nuestra relación es muy cercana y vamos viendo progresivamente cómo se va desmantelando todo lo que significa cine argentino. Es decir, desde cómo el INCAA se va convirtiendo en algo absolutamente no operativo, cómo se hace una transformación del Festival de Mar de Plata. ¡Es difícil de entender! Quiero dejar claro que les deseo lo mejor a los nuevos directores y siempre hay que darles una oportunidad. Pero las premisas desde las que la administración del Gobierno ha decidido este cambio, diciendo una serie de cosas sobre el festival que son muy, muy absurdas para alguien que sea un profesional del mundo de los festivales, y todo lo que ha pasado con la escuela de cine, etcétera, etcétera, lo vamos viendo cómo un ataque claro al cine argentino. No por recortar presupuesto, sino que va mucho más allá. Es un tema político y estructural. Desde ese punto de vista nosotros hemos querido posicionarnos a favor de cine argentino.
Ya lo hicimos en el Festival de Cannes, lo vamos a hacer en San Sebastián, colaboramos con la Academia de Cine argentino (que estará con nosotros) y con muchos profesionales del cine argentino y del cine internacional que apoyarán este día de apoyo a la cinematografía de vuestro país.
-¿Hay alguna interpretación política posible en esta toma de posición tan contundente y explícita?
Yo llevo 12 años dirigiendo el festival y creo que es muy importante para mí que quede claro: nosotros no nos posicionamos en la política de los diferentes países. Yo he trabajado con el INCAA con el gobierno de Macri y he trabajado con un gobierno peronista. No hemos tenido problemas con ninguno de los dos.
En Argentina, los ciudadanos han tenido una opinión a favor de unos y otros. De eso no me corresponde opinar. El problema no se trata de eso, sino de alguien que está desmantelando la cultura de un país. Y algo mucho más grave para mí, que es algo que yo con lo que siempre me enfrentaré, es oír a algunos miembros del Gobierno de Milei defendiendo la dictadura argentina. Vosotros tuvieron una dictadura asesina y jamás podemos permitir que alguien defienda las dictaduras o los asesinatos de civiles. Siempre vamos a estar frente a eso. No es un tema de partidos: es un tema de Derechos Humanos.
-¿Qué encontraste en la producción argentina este año que te haya llamado la atención?
Tengo la impresión de que todavía estamos viviendo del cine producido con anterioridad. Hemos visto muchas películas y, como siempre, hemos visto un cine variado y muy rico. Un cine comercial -del que habla el Gobierno, que parece que es el único que le interesa- y también representaciones de ese cine diferente que busca nuevos caminos y que intenta abrir vías.
Lo bueno de una cinematografía como la Argentina (así como la española en este momento), es esa diversidad. No solo que hay cantidad de películas, sino que son muy diversas. Te puedes encontrar una película como El Jockey, que ha estado en la competición de Venecia, uno de los festivales más importantes del mundo, y que las recogemos en Perlas, que es una película muy especial, muy personal.
También con una película como El hombre que amaba los platos voladores, que es una película que busca más el público. O te puedes encontrar con una película como Traslados, que es una obra que denuncia los viajes de la muerte de la dictadura Argentina. También con Sombra grande, una película de no ficción que vamos a poner en la sección Zabaltegi-Tabakalera y que va acompañada de una videoinstalación que habla de una región de Argentina, de sus habitantes.
Lo bueno del cine argentino es que es un cine variado.
–En vista del abrupto achicamiento de la industria audiovisual argentina, ¿temés esta continuidad de cine argentino en el festival para el año que viene?
Sí. Creo que lo tememos todos los festivales; lo comentamos cuando hablamos entre nosotros, porque se está produciendo mucho menos. O se producen películas grandes a través de productoras que sí pueden hacerlo o a través de las plataformas.
En esto, no tengo nada contra las políticas de plataformas: me parece estupendo que estén ahí. Lo malo es cuando se acaben convirtiendo solo en la única opción. Entonces, ¿dónde va a quedar esa producción media? ¿Esa producción pequeña? La muy pequeña podrá sobrevivir, pero esa producción media va a desaparecer. Si algo no cambia, obviamente el año que viene habrá menos cine argentino en el mundo.
Lo que es triste es que este Gobierno sea incapaz de entender que el cine argentino es imagen de país, entre otras cosas. Egoístamente les podía interesar defenderlo, ¿no? Fíjate lo que ha supuesto para España la presencia de (Pedro) Almodóvar en Venecia. Sabes que realmente harían falta muchos millones de inversión, para la imagen de España, para conseguir la imagen del país que ha conseguido Pedro Almodóvar con su película, ¿no? Entonces, pues creo que el año que viene, me temo, que probablemente vamos a tener una producción argentina mucho más pequeña y tal vez no es solo el año que viene, ¿no?
-Además de Pedro Almodóvar y los otros Premios Donostia, Javier Bardem y Cate Blanchett, estarán entre muchos otros Costa-Gavras, Mike Leigh, François Ozon, Pamela Anderson, Monica Bellucci, Johnny Depp. ¿Es, como se dice, la mejor edición en muchos años? ¿Qué esperás de esta edición?
¡Es muy difícil! Eso lo juzgaréis vosotros y el público cuando termine el festival. Probablemente sea, de mis 12 años, junto con la del 60 aniversario, la edición más espectacular. Si es la mejor o no tenéis que ver vosotros las películas.
Para mí sí que es una sección oficial muy fuerte; no sé si la mejor, pero muy, muy importante. Las presencias sí. Quitando ese 60 aniversario, que tuvimos cuatro premios Donostia, creo que en mis 12 ediciones no ha habido ningún año que se haya acercado al número de presencias glamurosas, por decirlo de alguna manera, y de directores importantes que hay este año.
Insisto, yo creo que es mejor que cuando acabéis podáis juzgarlo. Lo que sí que creo es que San Sebastián, como todos los grandes festivales, es difícil que cada espectador, cada crítico, no encuentre sus películas. Es decir, son programaciones tan amplias, tan variadas, pues que lo normal es que unas películas te gustan más, otras menos, pero que encuentres ese número de películas que realmente te compensan tu presencia en el festival. Creo que este año hay una programación muy variada y con algunas películas que apetece mucho ver.
-El festival se inaugura con el estreno mundial de Emmanuelle, con una mirada femenina: está dirigida por Audrey Diwan. Vos, que escribiste tanto sobre erotismo y cine, ¿es una película erótica? ¿La querías especialmente para la apertura?
Yo soy muy fan de la película. Cuando la vimos, no entramos pensando en el manual para la apertura. Pensamos en Audrey Diwan, por haber ganado en Venecia con su última película, El acontecimiento. Pensamos que ella, siendo una directora tan interesante, podía hacer una película que nos podía interesar. Cuando la vimos, nos encantó. Es una película que me gusta muchísimo.
Conozco muy bien la novela de Emmanuelle Arsan, conozco el filme “Emmanuelle” de los años 70 de Just Jaeckin. Incluso conozco muy bien las 20 versiones posteriores, pues igual 10 ó 12. Sí, conozco un poco ese tema.
Claro, esta no se parece a ninguna. De hecho, Audrey Diwan ha dicho que no conocía la de Sylvia Kristel de Just Jaeckin cuando hizo la peli. Ella conocía la novela. Y tampoco se parece: se basa muy libremente, pero es una visión muy femenina sobre el placer femenino.
Es una película muy cerebral, muy política, y es un filme que funciona para mí, por lo menos como dispositivo erótico. Puedes verla solo como una película erótica, pero luego lo que está hablando son de cosas muy interesantes que están en el debate actual.
Es decir, frente a cierta reivindicación feminista del “Sí es Sí”, del consentimiento, que obviamente compartimos la mayoría de las personas, incluida Audrey Diwan, ella plantea algo muy importante que la mujer no es solo un ser que da consentimiento, sino que también es una persona que desea.
Aquí establece algunos cambios fundamentales respecto a la novela original, porque es ella la que busca un hombre que alguna forma le rehúye. Me parece una película muy, muy hermosa. Creo que es elegantísima y que está filmada con el saber de Audrey Diwan, que lo ha demostrado en otras películas, con una Noémie Merlant increíble, que destila pura sexualidad. Es como hielo que arde y con una historia muy especial, con un planteamiento ideológico que me parece muy interesante, sobre todo porque va a dar mucho para discutir.
Cuando la vimos, es verdad que salimos inmediatamente y dijimos que la queremos a competición y en inauguración. Es decir, nos pareció perfecta.
Hay que tener en cuenta otra cosa para España. Cuando se estrena esta película en los 70 en Francia, en España todavía estaban los últimos coletazos de la dictadura. Entonces, el filme estaba prohíbido en España. En Perpiñán, que está cerca de la frontera entre España y Francia, la película estuvo más de un año con españoles que iban en autobuses a verla.
Emmanuelle en España es un acontecimiento para la gente de mi generación. Todo esto unido era una película perfecta para inaugurar, porque hay mucha expectación y la película además lo merece.
-Debo decirte que aquí ocurrió algo similar porque también la película estaba prohibida por la dictadura. La gente que podía cruzaba a Uruguay a verla.
Pues es un poco parecido.
-Iban a Uruguay a ver Emmanuelle u otras películas que acá no se podían ver. Por ejemplo, yo la vi mucho después.
Yo también. Yo tenía 18 ó 19 años cuando se estrenó en Francia y la vi en España cuando se estrenó con normalidad.
-En la edición del año próximo anunciarás tu sucesor o sucesora para el festival de 2026. Teniendo en cuenta que la continuidad está programada y planificada, ¿desde qué lugar planificás estar en septiembre de 2026?
Mi idea es hacer esta edición y dos más. Voy a plantear al Consejo de Administración a una mujer. Una compañera de dentro, que puede dirigir el festival en cualquier momento. Pero es el Consejo de Administración el que toma la decisión, el que puede estar de acuerdo conmigo o puede plantear otra posibilidad.
Quiero que esto se decida a lo largo del año que viene para que en mi último año, en el 2026, sea mi sombra y venga conmigo a todos los sitios, le presente a todo el mundo.
¿Dónde voy a estar en 2026? Bueno… voy a estar en una situación extraña. Por un lado con un poquito de tristeza y de nostalgia, por dejar algo que me ha ocupado 30 años de mi vida, porque estuve 15 años de director, pero otros 15 en el Comité de Dirección.
No sé si seguiré vinculado al festival, eso dependerá de la nueva directora o director, y dependerá también de cómo me encuentre yo en ese momento. Tendremos que hablar y ver si tiene sentido que yo esté en algún sitio en el festival. Si se da será en cuarta o quinta línea de fuego. Lo que no quiero es ser una sombra molesta para quien venga.
Cuando te vas hay que saber irse y el que venga tenga libertad. Hay que ayudarle en lo que sea. Al mismo tiempo estaré contento también porque hay muchas cosas que no he podido hacer en mi vida por mi dedicación profesional a la programación de cine, sobre todo estos últimos 30 años. Tengo ganas de estudiar, de leer, de ver las películas que me apetecen en cada momento y no las que tengo que ver. De dedicar más tiempo a la gente a la que quiero. He sacrificado muchas horas para esa gente, que es de mi vida privada, y que es lo más importante de mi vida.
Entonces es como un poco de tristeza, que ya estoy viviendo y también cierta ilusión de un periodo nuevo de mi vida que se abre. Espero que sea muy bonito.
-Ya te empezamos a extrañar…
Bueno, todavía nos quedan dos años y medio juntos (Risas).
Julia Montesoro
-Será un placer recibirte y a toda la comunidad Argentina que nos va a visitar y nos va a acompañar. Muchas gracias.