En los primeros días de julio trascendió que el INCAA había decidido no renovar el acuerdo de alquiler con los propietarios del espacio físico que alberga el archivo fílmico nacional.
El Espacio Audiovisual Nacional dio a publicidad un comunicado que expresa la preocupación por la preservación de ese patrimonio histórico audiovisual, cuya conservación debería estar a cargo del máximo organismo del cine.
El documento se titula ¿Dónde están las miles de películas que tenía el INCAA depositadas en su cinemateca? Fue suscripto por DAC y numerosas entidades del cine, que adhirieron a la preocupación por el futuro del archivo fílmico.
Julio Ludueña, realizador audiovisual y directivo de DAC, comparte la inquietud por el destino del material.
-¿Qué se conoce del patrimonio audiovisual que tiene a cargo el INCAA? ¿Dónde están las miles de películas?
Las miles de películas tendrían que estar -o por lo menos estaban hasta el 30 de junio-, en la calle Ensenada al 600, en el barrio de Floresta, en un depósito alquilado por el INCAA, en donde las películas se mantenían en bastante buen estado de conservación.
La cifra exacta que tenemos es 1300. Data de 2010, cuando fue sancionada la ley de creación de CINAIN, cuyo objetivo era consumar una cinemateca que nunca se llegó a efectivizar.
Esas películas tenían su procedencia por lo menos desde 1994, cuando se sancionó la Ley de Cine, que determinaba que cada productor o cada titular de la película tenía que entregar la copia A -la primera copia terminada-, al INCAA para armar este patrimonio cinematográfico nacional.
-¿Por qué es necesario preservar el patrimonio audiovisual?
Porque el cine es el archivo más avanzado que hay para preservar la historia. Declarado por la UNESCO. El archivo audiovisual preserva la historia de la humanidad. Hasta podemos recrear la época de la Roma de Julio César gracias a la versión que nos dio Hollywood (Risas).
-¿Creés que el patrimonio está catalogado y convenientemente preservado?
Sí. Al 10 de diciembre del 2023 calculamos que en ese depósito había 2500 películas. De esa cantidad, por lo menos dos mil estaban conservadas en latas. Cada película tiene el tamaño físico de un lavarropas de 5 kg. de ropa. A partir del 2015 ó 2016 fueron conservadas en discos rígidos, que no insumen mucho espacio. Esto es importante para entender que se necesita un espacio grande.
Este sería el motivo por el cual aparentemente el INCAA -según los trascendidos, porque no hay nada oficial, ya que no está publicado en el Boletín Oficial-, habría dejado de alquilar ese depósito. Si esto es así, nuestra mayor inquietud y preocupación es dónde se van a reacomodar esas películas que insumen tanto espacio, pero también tienen tanta importancia para la historia argentina y de la Humanidad.
-Las películas además requieren un tratamiento especial para evitar su deterioro.
Y si son de nitrato se desintegran. Tengo la experiencia personal: he tenido material desintegrado material en mis manos. Muchas de esas películas, como La guerra gaucha o tantas otras, no existen más, se han perdido. Hay copias y se pueden hacer milagros -en el sentido de recuperar lo que se ha perdido-, pero para eso hay que preservar esas latas, que son nuestro patrimonio.
-¿Hay o hubo contactos con funcionarios del INCAA –de esta gestión o de las anteriores- para interiorizarse sobre la situación de este archivo?
Estamos pidiendo la información oficial. Es urgente tenerla. No sabemos cuál podría ser el destino de esas películas. Trascendió que podían ir al segundo subsuelo de la ENERC. Pero es un lugar que no tiene el espacio suficiente y además se inundó varias veces. Es uno de los peores lugares para resguardarlas, ya que requiere de cuidados especiales. Por eso también se decidió sacar el archivo del edificio de Lima, cuando físicamente todavía podía estar allí.
-¿En algún momento se habló de un container o una dependencia del Ejército?
Estás bien informada, pero no sabemos si esa información es verídica o un trascendido. No sabemos si es una fake news o verdad. Ese es el problema: lo que nosotros estamos requiriendo es una información oficial para saber cuáles son las posibilidades de accionar para recuperar y resguardar esas películas. Todos los países del mundo tienen su cinemateca. Nosotros venimos muy mal. Y esto ocurre desde siempre. Ni los propios cineastas tenemos suficiente conciencia. Es decir, cuando terminamos una película nos dedicamos a la próxima. Así se han perdido montones de películas en los laboratorios, que con el tiempo se han incendiado o inundado. No hemos tenido ningún cuidado. Pino Solanas estuvo muy ocupado en el tema de la preservación, pero nunca se consiguió avanzar en tener un lugar definitivo que permita proteger nuestro patrimonio. Un espacio de la envergadura que debe tener una cinemateca, al fin.
Julia Montesoro