Máximo Berrondo torció su destino en 1946, poco antes de cumplir los 20 años, cuando un primo lo llevó a los estudios de la productora cinematográfica EFA (Establecimientos Filmadores Argentinos) para “hacer una changa”. Desde entonces y por cuatro décadas, el cine se convirtió en “una adicción”, que lo llevó a participar en más de títulos y de incursionar en la dirección de largometrajes, a partir de La gran carrera (1964), codirigida con Paul Rouger.
Berrondo falleció el domingo 28 de abril, a los 96 años. Había nacido en Buenos Aires en 1927.
Su carrera profesional comenzó en aquel 1946, en el departamento de decorados de EFA. Más adelante trabajó como ayudante de cámara para pasar más adelante a segundo ayudante de dirección en 1949 en Imitaciones peligrosas, dirigida por Julio C. Rossi. Pasó en 1952 a primer ayudante de dirección en Facundo, el tigre de los llanos de Miguel P. Tato y a asistente de dirección en la coproducción franco-argentina El cerco de 1959.
En 1964 codirigió junto a Paul Rouger la película La gran carrera. En 1971 dirigió El milagro de Ceferino Namuncurá, rodada en Uribelarrea con pobladores del lugar, sobre su propio guion. Al año siguiente dirigió La pandilla inolvidable (con Pablo Codevilla y Jaimito Cohen) y fue asesor artístico en la producción italiana Garibaldi giovane, dirigida por Franco Rossi.
En 1980 dirigió Ritmo a todo color, con Silvia Arazi, Antonio Grimau, Alfredo Barbieri e intérpretes como Alberto Cortez, Manuela Braco y Los Parchis. En 1984 dirigió Titanes en el ring contraataca, protagonizada Julio de Grazia, Marita Ballesteros y Martín Karadagian y su troupe de luchadores.
Posteriormente Berrondo se volcó a la docencia.
Su imagen y su voz fue felizmente recuperada en el mediometraje Angeles del cine, dirigido en 2005 por Gabriel Arbós y Santiago Carlos Oves, homenaje a trabajadores del cine retirados de la actividad.
Su filmografía como director abarca los cortos documentales Paso de los Andes (1958), Centinela de piedra (1960), Por donde empieza el camino (1968), Pelajes criollos (1969) y Salto Grande hacia el futuro (1977).
Fue asistente de dirección de la inconclusa Viva Crucis (1994), Los hijos de López (1980), Difunta Correa (1975), Los chantas (1975), Las locas del conventillo (María y la otra) (1966), Con gusto a rabia (1964), Paula cautiva (1963), Dar la cara (1962), la inédita El cerco (1959), Horizontes de piedra (1956), Edad difícil (1956), El domador (1954), Siete gritos en el mar (1954), Facundo, el tigre de los llanos (1952) e Imitaciones peligrosas (1949).
Participó en la producción de De amor y de sombras (1994), como director de producción y de La misión (1986), como director de producción en Argentina.
Berrondo además participó como actor (Camino al crimen, 1951), guionista (El milagro de Ceferino Namuncurá, 1971) y argumentista (El profesor erótico, 1976)