La actriz colombiana Carolina Ramírez es una de las protagonistas de Unicornio, la nueva película con producción de Fabio Junco y de Julio Midú, con dirección de Natural Arpajou, que se exhibe en las salas argentinas.
Interpretada por Nancy Duplaá, Sofía Diéguez, Camila Azul Sosa, Nicolás Pauls, Bimbo Godoy, John Narváez y Susana Varela, con guion de la propia directora, Unicornio ofrece una mirada femenina del mundo a partir de un abordaje colectivo.
–Unicornio es tu primera película argentina y con un protagónico. ¿Cómo te llegó esta propuesta?
Empezó a esbozarse en plena pandemia, cuando todos estábamos buscando qué hacer y en qué ocuparnos. Natural (Arpajou) abrió un taller de escritura de guion. Ahí apareció por primera vez este posible guion-película y esta posibilidad de poder interpretar a un personaje. Tras la pandemia, terminé la serie que estaba haciendo, La reina del Flow y nos trasladamos para vivir en Buenos Aires, porque la pandemia nos sacudió la configuración. Me sacudió en el sentido de dónde quería estar: Buenos Aires siempre ha sido una plaza que por su cine, teatro, gente, ciudad -que además es espectacular-, siempre me llamó la atención. Tener la posibilidad de hacer este proyecto me impulsó a ir. Cuando llegué, Natural ya tenía mucho más avanzado ese guion: era un hecho de que tenía un personaje para mí.
–Cuando viste la película por primera vez en pantalla grande, ¿qué descubriste que no habías percibido durante el rodaje de la película?
Cuando uno ve la película siempre se encuentra con algo diferente a lo que leyó. Los guiones de cine atraviesan por un montón de versiones. Después de la última versión, llega el momento de rodar. En ese instante, con las implicaciones del tiempo, espacio, de la energía y de todo lo que pasa ahí, termina siendo otro guion. Las películas son de los directores, quienes terminan de concretar ese guion. ¡Me gustó muchísimo! Incluso mucho más de lo que había leído. Tal vez porque la imagen cuenta todo. Natu pudo elegir acertadamente cada uno de esos planos en los que uno no tiene control, conocimiento ni conciencia hasta que lo ves plasmado ahí. También me pareció muy interesante ver el trabajo de mis compañeras, porque siempre uno se concentra lo que le toca, pero no en las otras. Fue hermoso encontrarme con esos otros personajes que después vienen a juntarse en esas escenas. ¡Realmente ha sido una de las experiencias más importantes de mis últimos tiempos! No solamente por lo que implica hacer cine en Argentina, que para mí tiene un valor enorme. Aunque a veces pasa como en Colombia: muchas veces lo hacemos con las uñas, por todo el esfuerzo que lleva poder hacer algo. Siempre existen los recursos creativos. Incluso la creatividad va mucho más allá de los recursos económicos o físicos que se puedan tener.
-¿Qué encontraste en Unicornio y en tu personaje de Amanda?
Unicornio es una gran película de amor y habla no solamente sobre el amor romántico, sino sobre el que sustenta a todos. El amor a esa familia que uno elige, un poco como lo que me está pasando. Son como esas amigas que uno va encontrando y se van convirtiendo en tus hermanas, en tu primer apoyo y en esos seres indispensables para la vida. ¡Es precisamente de lo que se habla! Cada una tiene su historia y su propia historia de amor. Pero la síntesis de esta película es que se trata sobre el amor de ellas. Amanda es la inmigrante, como aquí vemos un montón de inmigrantes y no cree en el amor de pareja ni en el amor romántico, pero está siendo víctima de él. En ese constante rechazo, el amor va sorprendiéndola cada vez más.
–Unicornio es una historia coral de amor, pero también habla del abuso de relaciones amorosas tóxicas y de entornos familiares violentos. ¿Qué significó para vos meterte en ese contexto? ¿Te resonaba como algo cercano?
¡Afortunadamente no! En ese sentido he contado con mucha suerte. Tengo una familia muy amorosa y contenedora. He tenido también un amor que me ha llevado por buenos lugares. Han sido amores sanos, donde he escogido o he tenido la posibilidad de dejar la toxicidad y tener amores que hagan bien. Pero obviamente que son espejos que nos encontramos día a día en algún momento de mi vida. Hace muchos años pude haber pasado por ahí. Transitar de nuevo por esos lugares ya no representan ni siquiera un trauma ni mucho menos, pero me parece muy pertinente que siempre se toquen esos temas porque son actuales. Siempre están ahí, es una lucha constante e incluso del movimiento feminista. ¡Esta película también es muy feminista! Natu es una feminista fehaciente. He podido también, de alguna manera, aprender para la vida de ese movimiento feminista argentino que es tan poderoso y tan, pero tan pertinente para el resto de Latinoamérica.
-¿Te imaginabas que te ibas a encontrar con todo esto al llegar aquí a la Argentina? ¿Las diferencias son muy grandes entre tu país y el nuestro?
¡No tantas! Seguimos siendo Latinoamérica. Compartimos la misma columna vertebral. En ese sentido me sirvió para no sentirme una extranjera en este país. Argentina me ha abierto las puertas desde el primer día. He tenido la oportunidad de hacer teatro, que es una de las cosas que también más feliz me hacen, también tuve la oportunidad de tener dos temporadas en calle Corrientes, incluso con una obra no tan comercial. Entonces también ha sido como un desafío poder, de alguna manera, incluirme en un espacio que parece cerrado, pero no lo es porque el espíritu argentino no es cerrar las puertas. ¡El argentino siempre está abierto! Siempre está abierto a recibir al otro de la mejor manera. Para mí es el país de Latinoamérica que más abre sus puertas a todo el mundo. Esa generosidad es algo que siempre tengo que agradecer.
-A partir de las oportunidades que surgieron, ¿hay otras propuestas en vista?
-Con Natu estamos cocinando otros proyectos. Me encantaría que me llame a todas sus películas porque me encanta su trabajo. Hace muy poco pude participar de una serie de Victoria Chaya Miranda, que es otra directora que también admiro un montón. Estuve compartiendo plató con actores argentinos que admiro un montón. Tengo proyectos personales que me encantaría poder empezar a desarrollar acá. Acá están todas las herramientas y todos los juguetes, diría yo, sobre todo creativos. Hay una cosa que siempre resalto de a cada es que cuando se les ocurrió una idea, tengan recursos o no, los llevan a cabo. ¡Lo hacen posible! Es una cosa como del espíritu y eso a mí me reconforta un montón. Me hace insistir y seguir acá. ¡Me gusta mucho estar acá!
Julia Montesoro