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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Fernando Castets dictó un taller de guion en el Festival Audiovisual Bariloche: «Lo importante es conectar desde la emoción con las historias»

Escribir mientras tanto significa leer, corregir, investigar… todo un enorme caos creativo que sucede en la mente de alguien pero que en algún momento hay que pasar en limpio. Y en eso hay que ponerse y escribir”, introduce Fernando Castets.

El experimentado guionista desembarcó en la 11º edición del Festival Audiovisual Bariloche para ofrecer el Taller de Guion “A qué viene el guionista al rodaje”, una actividad gratuita, que se desarrolló en UNRN en la Sede Mitre que ya tiene todos sus cupos ocupados.

Castets, que también es docente en varios países de Europa, Centroamérica y América del Sur, es el responsable de las historias de películas como “El mismo amor, la misma lluvia”, “El hijo de la novia” o “Luna de Avellaneda”, todas dirigidas por su amigo Juan José Campanella no duda en afirmar que quienes asistan al encuentro se encontraron con “un espacio dinámico, por lo que espero que tengan muchas preguntas para poder trabajar sobre las inquietudes de ellos. Porque no hay reglas, y yo lo que ofrezco es una caja de herramientas, que es mi caja de herramientas para que elijan las que quieran. Yo puedo hacerlos mejores escritores o peores escritores, pero lo que no puedo es hacerlos escritores”.

El guionista recuerda que comenzó de manera fortuita a “estudiar cine en la única escuela privada que había en ese momento, en el año ’79, en dictadura. Primero empecé a estudiar ingeniería, pero después me tocó hacer el servicio militar en el ’78 en Beagle, quince meses. Y cuando salí retomé ingeniería, pero ya me la pasaba en el cine. Y un amigo de la secundaria estudiaba cine y un día le pregunté si podía ir de oyente y funcionaba en la escuela Panamericana de Arte. Y me metieron con otra persona que también venía de estudiar ingeniería y empezamos a ser los ‘nuevos’. Íbamos de un lado para otro juntos. Y el otro nuevo era Juan Campanella, así nos conocimos. Él quería hacer comedia y a mí me gustaba el humor. Éramos como los parias, porque queríamos hacer humor en esos tiempos oscuros”.

Los primeros pasos en la escritura los dio junto a Campanella en el género dramático, escribiendo en el 82’ la obra teatral “Off Corrientes”, en tan solo un par de meses. Para la segunda historia se tomaron casi tres años hasta el ‘85, “y es que ahí ya habíamos aprendido, la ignorancia es la madre del atrevimiento, cuando no sabés te mandas”.

Por lo que Castets tuvo que esperar hasta sus 40 años, hasta el ’99 para ver rodado su primer guión cinematográfico: “El mismo amor, la misma lluvia”. Y su formación fue autodidacta ya que “no había nada. Se aprendía a nadar, nadando”.

-¿Qué es lo que hay que tener, además de ganas y de ideas, para ser guionista?

Creo que hay que tener una enorme paciencia, una amplia tolerancia a la frustración, porque de diez proyectos en los que trabajas sale uno siempre, y que va más allá de que te paguen o no te paguen. Es muy frustrante, aunque te paguen un trabajo que no se haga, porque no hacemos cosas para guardar en un cajón. Quien escribe una película, una obra de teatro, espera al menos un espectador. Uno puede empezar a escribir una idea y ponerla en el papel, eso puede ser, pero en general nadie escribe audiovisual, por decirlo así, pensando en que no lo va a ver nadie”.

También el guionista se encarga de subrayar la importancia de ser un buen lector y recuerda lo que siempre decía su “maestro” José Martinez Suarez: ‘para sobrevivir hay que recordar absolutamente todo’. Hay que tener visión y oído. Ver y oír son aptitudes físicas. Hay que saber mirar y saber escuchar, que son aptitudes psíquicas, que son dos cosas distintas. Ver el mundo que te rodea, tu alrededor. Para mí es muy importante el contacto emocional. Cómo conectas desde la emoción con las historias”.

-¿Por dónde pasan las aspiraciones de un guionista joven hoy día?

Trabajamos para las pantallas y tomaron una importancia fundamental. Antes descansábamos un poco la vista mirando una pantalla y ahora yo la descanso dejando de mirarlas. A mí me gustaría pensar que hay una preocupación por seguir contando historias, que no sea solamente la forma sino el fondo también. Hay que entender que el guión es una parte importante que hay que trabajarla más que lo que se suponía, que la reescritura es una parte importante. Hay que profesar en el sentido de que me tengo que formar, tengo que estudiar, tengo que trabajar, tengo que escribir y tengo que reescribir. Hay algo muy importante que instalo siempre que es la reescritura, reescribir. Cuando termino la escritura de la primera versión de un guion siento libertad. Digo: “ahora si me voy a empezar a divertir. Ahora voy a empezar a reescribir”.

Ulises Rodríguez / Prensa FAB

Fotos: Héctor Rodríguez / Prensa FAB

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