Hasta el domingo 1 de octubre prosigue la 11ª edición del Festival Audiovisual Bariloche, organizado por la Secretaría de Estado de Cultura del Gobierno de Río Negro.
La muestra incluye más de 80 producciones audiovisuales, charlas, talleres, muestras y eventos para todo el público, con actividades abiertas y gratuitas.
Su productor general es Cristian Calvo, director del polo audiovisual.
-En la programación se anunció más de 80 producciones en las 6 secciones competitivas oficiales del FAB. ¿Cómo se llegó a esta selección? ¿Qué evaluación hacés de la convocatoria?
La 11ª edición del Festival Audiovisual Bariloche es una celebración. El festival, de forma ininterrumpida, es organizado por la Secretaría de Cultura de la provincia de Río Negro. La selección se formalizó a partir de un trabajo en equipo constituido en un 99% por rionegrinos y rionegrinas, con muchos jóvenes trabajando, con una dirección artística a través de Mariano Benito. Cuando uno logra, en la organización de un festival, ver la magnitud del catálogo es sumamente emocionante, por lo que significa tener un evento de estas características. En este contexto, pensamos en la cantidad de obras que forman parte. Hablamos de largometrajes, cortometrajes, proyectos en construcción y videoclips. En la variedad de formatos. Son cientos y cientos de técnicos y profesionales que están detrás de cada una de esas producciones.
-¿Cuál es la finalidad del trabajo en conjunto que se realiza en el festival?
Como bien lo dijo la gobernadora Arabela Carreras, el Festival permite a través de la Secretaría que el Estado se constituya en el puente para que el productor y el director de la película se encuentren con el espectador. La verdad que eso nos enaltece. ¡Ahí está el reconocimiento! La posibilidad de celebrar el encuentro, la chance de poder conocer y reconocer las historias que podemos ver reflejadas en pantalla.
-Además, significa el crecimiento que ha experimentado el FAB a lo largo de esta década. Una sección del festival está dedicada a la celebración de los 40 años de la Democracia. ¿Cómo se llegó a esta programación especial?
Porque justamente pensamos en eso: en lo importante que es celebrar esos 40 años que tanto nos costaron. Entre otras producciones, se incluye un documental que nos atravesó a todos los rionegrinos y que tuvo que ver con el traslado de la capital a Viedma. (NR. Viedma, la capital que no fue, de Jorge Leandro Colás). Esto también forma parte de esta celebración. Casualmente, hablando de las producciones de realizadores de la provincia, vamos a tener la posibilidad de la sección binacional. Por ejemplo, largometrajes que comprenden a las provincias patagónicas y a las regiones del sur de Chile. También de ver muchas producciones de Río Negro. Algunas de ellas se han desarrollado en la pandemia. Los rodajes se han realizado con los cuidados y los protocolos de COVID. ¡Y funcionó! El crecimiento del Festival Audiovisual de Bariloche tiene un protagonista principal que es el público.
-También hay una retrospectiva dedicada a Carlos Sorín, un cineasta que desarrolló buena parte de su filmografía en la Patagonia, y que además va a ofrecer una masterclass. Me imagino que es grande la expectativa por volver a encontrarse con Carlos Sorín, ¿no?
Sí. Carlos es un padrino del festival. Siempre que tenemos la posibilidad de estar con él y compartir su riquísima historia, le proponemos volver. Sus historias nos atraviesan a todos y trasciende las fronteras de la Patagonia. Sus charlas y talleres son sumamente importantes porque ofrecen la posibilidad de que los alumnos de escuelas de cine, que están transitando el primer, segundo y hasta el tercer año de la carrera. Ellos pueden sentarse a charlar y compartir con Carlos Sorín y con un jurado de guion.
-Hay un semillero a descubrir en los encuentros generados por los talleres.
Es sumamente auspicioso. Hace unos días, a través de la Secretaría de Cultura de la provincia, fuimos sede de las clínicas del concurso Raymundo Gleyzer. El Instituto permite que puedan participar proyectos de todos los rincones del país. Junto a la coordinadora del concurso, Celina Defranco, analizamos la calidad de los proyectos que se van a convertir en películas. Las clínicas ofrecen la posibilidad de participar, capacitarse y enriquecer cada uno de esos proyectos. En esa sintonía, este año el festival va a acompañar el proceso de diez proyectos en construcción de todo el país, que van a venir a compartir a San Carlos de Bariloche, y que después van a recibir un premio estímulo para poder seguir desarrollando esas instancias de crecimiento. Estamos convencidos que esos son los proyectos que van a nutrir a futuros festivales, a las futuras ediciones.
Entonces ¿ya están pensando en la decimosegunda edición?
¡Siempre! El Festival sirve a todos los directores que se inscriben, que suman experiencia y se enriquecen. Todos son bienvenidos para que disfruten de San Carlos de Bariloche y, fundamentalmente, para discutir el cine que queremos. No queremos discutir el cierre del Instituto de Cine. ¡La discusión no pasa por ahí! Pasa por enriquecer el fomento audiovisual del país. Y nosotros desde la región patagónica vamos a seguir trabajando en esa dirección. Y en lo que venimos sosteniendo desde hace algunos años, buscando achicar la simetría de la concentración en AMBA y CABA.
Julia Montesoro