El director artístico del 5º Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER), Eduardo Crespo, adelantó novedades y particularidades de la programación de esta edición. El Festival tendrá lugar desde el miércoles 6 hasta el sábado 9, con entrada libre y gratuita y es impulsado por el gobierno de Entre Ríos.
-Comencemos por los anuncios de la inauguración y de la clausura del Festival. ¿De qué se trata y qué representa para el Festival incluirlos como apertura y cierre?
Este año el Festival va a tener un lineamiento principal claro, que tiene que ver con los 40 años de la democracia recuperada. Pero en el caso de la apertura y la clausura tiene que ver con otro eje, que es la relación del cine con la poesía. Como sabrás, Entre Ríos tiene una larga tradición de poetas. Algo del cine que se hace en la provincia y en la región ha tomado parte de esa tradición y está bien celebrar ese vínculo.
La película de apertura es Los delincuentes de Rodrigo Moreno, un estreno en la Argentina. Presentada hace muy poco en festivales internacionales. Nos interesa que la gente la vea cercana a su estreno: es una novedad. Y tiene que ver con la poesía: hay un poeta entrerriano metido por ahí, entonces nos parecía una película ideal para abrir el festival.
La película de clausura va a ser Amigas en un camino de campo, de Santiago Loza, que se acaba de estrenar en Buenos Aires y que cuenta con Eva Bianco, que será parte del jurado. El año pasado la tuvimos en casi todas las películas del festival y no pudo venir por motivos laborales. Así que en esta edición celebraremos su trabajo también. Sobre todo, lo que está haciendo en el resto del país, que no es solamente Buenos Aires.
-¿Qué trascendencia le das al foco de películas europeas?
El Festival funciona como el nexo entre el público y este tipo de películas. Que tienen un gran recorrido por festivales, pero no todas se estrenan. Y si se estrenan, no llegan a salas comerciales de todo el país. Hay producciones de varios países. Una película italiana que me gustó mucho que se llama Gigi, la legge, de Alessandro Comodin, que pasó por el Bafici. Trata sobre un policía que está en su pueblo y tiene un tono muy de provincia, que por ahí tiene que ver con algo de las películas que se hacen en el interior.
También es muy impactante Saint Omer, la primera película de ficción de Alice Diop, una directora francesa que hizo muchas películas documentales muy buenas. Es sobre el juicio de una madre por el abandono de un bebé. Nos parecía como un tema bastante actual.
Otra película para tener en cuenta es la comedia de Christian Petzold, Afire, que en español se llama Cielo Rojo. Es una película más distendida que su filmografía. Nos gustó a todo el equipo: estamos contentos de poder tenerla. Sé que se estrena en breve.
También seleccionamos un documental rodado dentro de una plataforma de realidad virtual. Es una producción inglesa que se llama Nos conocimos en la Realidad Virtual, de un director muy joven llamado Joe Hunting, que busca convocar a la gente joven que está más relacionada con ese mundo.
Finalmente, vamos a proyectar Close, una coproducción de Bélgica y Francia que fue nominada al Oscar, dirigida por Lukas Dhont. Hicimos una alianza con Mubi, que también apoya al festival como espónsor, para poder tenerla en la programación.
-Mencionaste la conmemoración de los 40 años de democracia. En ese sentido hay una tradición del FICER que es la recuperación de obras clásicas y consideradas muy importantes dentro de la cinematografía nacional. Este año las dos películas recuperadas tienen que ver con el eje del Festival: Juan, como si nada hubiese sucedido, de Carlos Echeverría y Prisioneros de la tierra, de Mario Soffici.
El año pasado, cuando empecé a trabajar como director artístico del Festival, surgió la encuesta sobre las mejores películas argentinas. Coincidió con algo que me interesa mucho, que es la preservación. Me parecía importante empezar a rescatar. Y que uno de los ejes del Festival tenga que ver con la memoria de nuestra cinematografía. Me parecía importante que podamos ver lo que se hizo para reflexionar y para ver cómo seguir adelante. Mientras se crea una Cinemateca Nacional que impulse la preservación de nuestra filmografía, me parece importante usar estos espacios políticamente para gestionar estas cuestiones.
Me pareció muy justo que en estos 40 años se pueda recuperar esta película que no se ha visto tanto, sobre todo en salas. Ni en la época de su estreno. Carlos tuvo que mostrarla clandestinamente; eran los inicios de la democracia, todavía débil. Cuando volví a verla para programarla me conmovió otra vez. Tiene una vigencia enorme. De que este tipo de películas estamos acostumbrados a ver historias más citadinas. Esto tiene que ver con un hecho propio de las provincias, que pasó en Bariloche. Se espeja mucho con lo que podemos pensar acá también
El broche de oro es la copia preservada de Prisioneros de la Tierra, de Mario
Soffici, presentada por Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine. Esta entidad pudo restaurar la película, que se filmó en Misiones y tiene que ver con la región del Noreste.
-Entre esta selección de producciones, estos ejes temáticos y las actividades del mercado, ¿cuáles son los objetivos que te trazás?
Con el festival buscamos abrir el espectro de la mirada e incentivar el diálogo y la reflexión sobre el mundo que habitamos y el que quisiéramos habitar. Creemos que es fundamental la existencia de estos espacios de encuentro, de formación y descubrimiento. Luchamos año tras año por sostenerlos y hacerlos crecer.
Julia Montesoro