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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Jazmín Stuart protagoniza «Fragmentada», que se estrena el 3 de agosto: «Me entusiasma reflejar el universo femenino y la cuestión intergeneracional»

Jazmín Stuart protagoniza el thriller Fragmentada, ópera prima de Facundo Escudero Salinas con producción de Pensilvania Films (Argentina) y U-Films (Uruguay), que se estrena el jueves 3 de agosto en salas.

Encarna a Irina, una oficial de policía, regresa a la Patagonia para cuidar a su madre. Sin embargo, el asesinato de la hija de una vieja amiga la lleva a involucrarse en un caso que parece ser ignorado por todos y que esconde los oscuros secretos del lugar, poniendo su vida y la de su propia hija en peligro. Integran el elenco César Bordón, Beatriz Spelzini, Juana Bosco y Paula Tabachnik, entre otros.

-¿Cómo llegaste a Fragmentada y qué te convenció de la propuesta?

Antes de la pandemia. Facundo (Escudero Salinas, el director), me envió una versión de guion que me entusiasmó. Cuando nos juntamos para hablar del proyecto, conectamos muy bien. Me contó cómo imaginaba filmar la película. Enseguida se me empezaron a despertar ideas sobre cómo componer el personaje. Tuvimos que detener el proyecto porque llegó la pandemia. Para cuando retomamos la actividad, después de grabar la tercera temporada de El Jardín de Bronce como actriz y antes del rodaje Medusa, una serie de Paramount Plus en la que fui showrunner y directora, encontramos un espacio de cuatro semanas para embarcarnos.

Con un nuevo plan de rodaje, Facundo viajó con un equipo al sur para hacer unas tomas increíbles con drones y tomas panorámicas de espacio y de las montañas. Y encontraron locaciones en la provincia de Buenos Aires que conectaban muy bien con ese tipo de entorno. El resultado es una película con una atmósfera inquietante.

-En Fragmentada las mujeres tienen roles protagónicos. ¿Te entusiasmó esa mirada?

Sí, mucho. Me pareció muy interesante que los personajes importantes en su mayoría fueran los femeninos. Otro aspecto importante es la cuestión generacional: Irina (que es mi personaje) es como el sandwichito en el medio de esta familia, que tiene su madre por un lado y a su hija preadolescente por el otro. Ella es como una especie de articulación y de fusible en el medio del funcionamiento de esta familia.

-Cada mujer tiene una característica diferente, independientemente de que representen a tres generaciones.

Hay algo en ellas del mundo de las mujeres aguerridas, de la fuerza femenina que aparece mucho. El personaje de Beatriz Spelzini (mi madre) es una mujer que viva sola, en medio de la montaña. Es una ermitaña. Pero con mucha potencia y sensibilidad. Mi hija parece una niña de ciudad, indefensa y muy lineal en la escuela. Pero termina siendo super lúdica y resolutiva.

A la vez es una trama cargada de secretos: hay cosas entre la madre e Irina que saben que ocurrieron pero que todavía no le pueden revelar a la hija. El manejo de esa información genera un clima de intriga y misterios.

-El realizador, Facundo Escudero Salinas, reveló que es admirador de las películas de conspiraciones de los años 70, de policiales y thrillers de investigación. Y que fueron sus fuentes de inspiración. ¿Cuáles fueron tus fuentes?

Para hacer este personaje no tenía tantas referencias como Facundo, pero podía comprender el mundo de esta mujer que cría a su hija sola, que trabaja como policía. Me la imaginaba con cierto cansancio, harta del sistema en el que trabaja y muy sola. No tenía referencias puntuales, pero creo que en el mundo del cine debe ver un montón de mujeres así: madres solas, atrapadas por el sistema, sin ayuda.

Me apoyé en eso y también pensé que para que surgiera una transformación interesante, al principio tenía que arrancar muy sola y muy blindada emocionalmente, muy dura. Y después, al volver a su lugar de origen -al volver a la altura, a reencontrarse con la madre y con el pasado-, algo tenía que empezar a quebrarse, a sensibilizarse.

-¿En quién pensabas al encarnar a una mujer policía?

Es muy loco, porque no soy especialmente fanática del género: ni del thriller, ni del suspenso, ni de las películas de acción. Sin embargo, hace muchos años que me vienen llamando para roles de esa característica. ¡No sé qué les pasa conmigo que les gusta ponerme con armas! Incluso me llaman para escenas de violencia física o con peleas coreografiadas.

Viene pasando desde Amateur, la película de Sebastián Perillo hasta la serie Nafta Super, de Nicanor Loreti. También en Tu parte del trato, la serie de TNT y La fiesta silenciosa, de Diego Fried.

Me llaman para roles de mujeres sensibles, pero al mismo tiempo muy bravas, de armas tomar. Hice un millón de personajes femeninos con esa impronta de mina fuerte que pelea, con el cuerpo o con las armas. A esta altura me divierten los entrenadores de FX. Y además, me conocen: me dicen “no tengo ni qué explicarte cómo se agarra el arma, ya lo sabés”. He disparado todo tipo de armas de fogueo y escopetas.

-Pensando en tu rol como showrunner en Medusa. ¿Te atrae más actuar o dirigir?

No puedo decidir. Siempre digo la misma frase y ya me repito, pero no puedo dejar de decirla: es como que te digan “¿qué preferís? ¿Que te cortemos un brazo o una pierna?” Me pasa que cuando estoy actuando descanso de la dirección y cuando estoy dirigiendo descanso de la actuación. Y al mismo tiempo estoy aprendiendo, porque cuando dirijo y veo el trabajo de los actores tan de cerca, tomo nota de cosas para la próxima vez me toque actuar. Aprendo de los actores que estoy dirigiendo y cuando estoy actuando observo el trabajo de dirección. Además son energías muy distintas: cuando estoy actuando tengo que usar un vestuario, me tienen que poner un cable por dentro de la ropa, traje, pelo, me retocan todo el tiempo, estoy todo el tiempo intervenida físicamente, emocionalmente.

Cuando estoy dirigiendo soy yo: nadie me maquilla, nadie me cablea, voy en joggins, zapatillas. Hay momentos de poder estar expuesta y otros de estar detrás de cámara que me balancea bien, me funciona como un equilibrio.

Y cuando estoy escribiendo y no estoy ni actuando ni dirigiendo, es directamente una especie de retiro espiritual porque estoy sola.

-Como actriz que dirige, ¿cambiás opiniones con el director?

Depende de la energía que sienta disponible. En general no intervengo ni opino: me limito a ser actriz. Pero muchas veces los directores o las directoras me preguntan, porque saben que también somos colegas en la dirección. Por ahí veo que están muy trabados porque hay un problema y no lo pueden resolver. Si se me ocurre alguna posible solución sugiero. Pero soy muy cuidadosa y muy respetuosa.

Sí siento que al saber de dirección hay cosas que como actriz las puedo resolver mucho más fácil: sé qué lentes están usando, cuál es el encuadre, cómo se me ve, cuál es el movimiento de cámaras, hasta dónde me puedo mover.

-Tras el rodaje de Fragmentada, se supo que está la posibilidad de rodar una precuela, que inicialmente se llama Los colores de la noche. ¿Te entusiasma la idea?

Me entusiasma la idea de volver a trabajar con Facu (Facundo). Me mencionó algo medio por encima. Me encantaría.

Julia Montesoro

Crédito foto: Roberto Kranevitter

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