Alejandra Marano y Mario Durrieu son los directores de Construir Cine, el Festival Internacional de Cine sobre el Trabajo, que en 2023 celebra una década de permanencia y de desarrollo constante. Entre el 11 y el 18 de mayo se podrán ver 40 películas en cinco categorías competitivas en salas (Centro Cultural San Martín, Cine York, Espacio Tucumán, Teatro Gastón Barral y Cine El Cairo, de Rosario) y cinco plataformas (Construir Cine, Lumiton, Vivamos Cultura y Octubre TV).
La muestra se desarrolla con cinco categorías en competencias oficiales; un concurso de Video Minuto; Focos; Zona Educación e Industria; un Jurado Joven que otorga el Premio de la Juventud y un país invitado, que este año será Colombia.
-Ahora que se realizó la selección, que ya están completas las cinco secciones competitivas, ¿encuentran alguna línea temática o algún género que prevalezca?
Mario. Nosotros venimos trabajando con los objetivos ODS, de Desarrollo y Sustentabilidad. Tomamos esa línea, lo cual implica una ampliación en los criterios de selección, que es súper bienvenida. Además, en esta edición tuvimos como otro foco de interés el tema de los 40 años de democracia.
Alejandra. La pandemia reforzó ese concepto. En nosotros desde Construir TV y también en la organización a la que pertenecemos y con los socios que nos acompañan hace mucho tiempo, como la Organización Internacional del Trabajo y la Plataforma Argentina para el Monitoreo de la Agenda 2030, Pampa 2030.
Venimos trabajando mucho el tema de desarrollo sostenible y entonces el festival, en cada edición, va incrementando el vínculo con el mundo del trabajo. Aunque parezca una frase hecha, buscamos un mundo con mayor justicia social, económica y ambiental. Eso implica qué tipo de desarrollo queremos. Como mundo, como sociedad, como Argentina, como localidad. No todo crecimiento es desarrollo sostenible. Lo que pretendemos en el festival, tanto con la programación sino también con las actividades especiales, es empezar a indagar sobre eso. En general como particularmente en la industria audiovisual. Nos replanteamos cómo trabajamos estos temas en la industria audiovisual, tanto delante como detrás de la pantalla.
Este año, además, está el cruce de los 40 años de democracia. Por eso algunas películas de los focos van un poco por ese lado.
-En esta décima edición se inaugura presencialmente la zona Educación-Industria. ¿A dónde se apunta?
Alejandra. Vamos a empezar a replantearnos qué pasa con temáticas como educación de calidad, qué pasa con género y diversidades y con cambio climático en nuestra industria. Cómo trabajamos, cómo podemos mejorar nuestros procesos y también qué mensajes damos. El mundo audiovisual en general y el cine en particular es muy formador de audiencia. Por suerte, el tema de género ha invadido los sectores de industria y de todos los festivales de cine. Un poco por presión social y por movilización social. Pero sobre todo está presenta el tema del cupo. De cuántas películas tenemos de mujeres, de diversidades, de pluriculturalidad. Y cómo podemos colaborar desde la pantalla. Empezar a dar esa charla, sin influir en la narrativa o en la propuesta de cada director o directora quiere proponer. Pero sí para plantearlo y desde allí debatir y reflexionar.
-¿Incluir una sección para la industria indica que el objetivo es generar proyectos?
Alejandra. Sí. Desde hace dos años hacemos el ODS Lab (el Laboratorio Audiovisual para los Objetivos de Desarrollo Sostenible), para proyectos en desarrollo tanto largos como series, documental y ficción. Este año -generalmente ocurre no de manera sincrónica con el festival, sino un poquito después, para tener más tiempo para poder armar las tutorías y los pitches-, la novedad es que hicimos un convenio con Sanfic Industria, el Festival de Santiago de Chile. El ODS Lab va a abrir la convocatoria para el ODS Lab, que va a ocurrir en agosto en Chile, en el marco de Sanfic Industria.
Mario. La convocatoria es iberoamericana, pero el laboratorio lo vamos a organizar en conjunto con Sanfic Industria.
-El año anterior abrieron la edición de Construir Cine con Bad Roads, una película de Ucrania que sentaba una posición respecto de este conflicto. ¿Elegir la película de apertura es una búsqueda por fuera de los valores artísticos?
Mario. Es justamente uno de nuestros grandes dilemas. Estuvimos trabajando con la idea de una película que tiene que ver algo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con la justicia social. Y tratamos además de que sea una directora mujer.
Alejandra. Es un tema de debate: yo elegiría a partir de la temática, Mario desde la calidad audiovisual y además que sea première, un elemento que le agrega valor a un festival. Pero nosotros emitimos un manifiesto de sostenibilidad con nuestra forma de trabajo. Es nuestro compromiso. Por eso el desafío es conseguir igualdad de género o por lo menos paridad en la cantidad de películas y de directoras y directores y que participan. Tratamos de que los focos y la película de apertura nos ayuden a nivelar, porque en la inscripción hay muchísima más cantidad de directores. Entonces, en las competencias oficiales no llegamos a esa paridad. Por eso abrimos el debate. Lo seguro es que va a ir por la justicia social, económica y ambiental y con directoras mujeres.
-¿Y cómo deciden la programación buscando ese equilibrio, esa paridad?
Mario. Yo por mi forma de programar no veo el género. Generalmente decido a partir de la película. Pero desde hace cinco años, cuando el tema no estaba tan instalado, nosotros ya lo estábamos trabajando. Entonces surge naturalmente en la programación, aunque hay años de más y otros de menos producción de mujeres. Pero siempre tratamos cumplir con este fifty-fifty que se pretende, aunque cueste.
Alejandra. También tratamos de buscar representación de países o regiones con menor acceso al fomento al cine, con menor cantidad de herramientas. Pero aquellos países o regiones con esas características coincidentemente son los que tienen menor cantidad de directoras mujeres o disidentas-disidentes.
Siempre es un desafío poder cumplir nuestros principios.
Mario. Nosotros sentamos un precedente cuando hicimos una retrospectiva de Kim Longinotto, una directora mujer que trabaja temas exclusivamente vinculados a las problemáticas del género femenino, como el divorcio al estilo iraní. La última que estrenamos fue Dreamcatcher, sobre una exprostituta que ayuda a otras mujeres. Fue la primera retrospectiva que pusimos, en 2017. Parece que no fue nada, pero cambiaron muchas cosas en el mundo.
En la Argentina somos privilegiados porque hay muchas directoras mujeres, pero esto no es lo común: en la mayoría de los países no es así. Y por otra parte hasta los grandes festivales tienen esta inquietud: ¿qué elegimos? Para que la elección no sea solo por el género exclusivamente, sino que tenga que ver la calidad.
Alejandra. Buscamos que haya coherencia entre la calidad programática que impone Mario y lo que queremos poner como parámetros. En la convocatoria para Jurado Joven, la sección para chicos de 18 a 25 años que otorga el Premio de la Juventud, hay muchísimas más inscripciones de mujeres que de hombres. Pero cuando llegan a la parte de la selección -o sea, cuando vas subiendo la escala en la industria-, esa cantidad se revierte. Nuestra tarea consiste en sostener la equidad de género.
Julia Montesoro