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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Zoe Hochbaum coprotagoniza «Asfixiados»: «Busqué romper con el estereotipo de la chica joven cosificada»

Zoe Hochbaum compone uno de los personajes protagónicos de Asfixiados, la ópera prima de Luciano Podcaminsky, junto con Leonardo Sbaraglia, Julieta Díaz y Marco Antonio Caponi (con la participación especial de Natalia Oreiro), que se exhibe solo en cines y próximamente en la plataforma Star+.

Se trata de una producción de Orca Films (Gabriel Hochbaum) en coproducción con Kahanoff Films & Arts en asociación con Aleph Cine, centrada en la crisis de una pareja de mediana edad a la que la rutina, los desencuentros y el exacerbado narcicismo misógino de su protagonista transforma en inviable.

Los cuatro intérpretes principales encarnan a un matrimonio conformado por un cineasta y la dueña de un restaurante y una pareja amiga. Los cuatro se embarcan en un viaje de placer que se complica. Hochbaum, la más joven de los cuatro, equilibra las tensiones que sobrevuelan a los demás protagonistas con su desprejuicio.

-¿Qué significó el desafío de Asfixiados? ¿Cómo llegaste a este rol?

Me llamó un día mi representante (N.R.: Ramón Pilacés) para decirme que tenía un guion para mí, que me iba a encantar. Y fue así.

Tenía un solo desafío (en realidad muchos, empezando por filmar arriba de un barco): cómo hacer que este personaje que está escrito por hombres más grandes y que iba a estar dirigido por un hombre más grande, no quedara estereotipado, cosificado. Cómo hacer para internalizarlo y hacerlo una persona con más capas que lo superficial. El guion solo dice que tu personaje es la novia del amigo que es más grande y que hay una diferencia de edad importante. A partir de allí, hay que construir. Por suerte, no solo los guionistas estuvieron abiertos a profundizar en mi rol de Cleo: también el director estuvo muy abierto y me dejó todas las posibilidades para que mi personaje crezca.

-Tu personaje rompe con el estereotipo de las mujeres que ocupan roles de acompañantes: no sos la tercera en discordia ni planteás competencias o conflictos. ¿Era el perfil que buscabas?

Exacto. Esos tópicos son lo socialmente ya establecido de lo que se piensa que es un vínculo entre dos mujeres con diferencia de edad. Lo esperable es que cuando entra el personaje de la pendeja hot quiera seducir al otro amigo, que se lleve mal con la mujer. Y en Asfixiados pasa todo lo contrario: Lucía (Julieta Díaz) termina siendo recompinche con Cleo, quien a la vez tiene un vínculo reprofundo con Rama (Marco Antonio Caponi). Se aman de verdad, están enamorados de verdad. Rompe con el lugar común de una chica joven.

-Más allá de estos elementos, ¿qué te atrajo de este rol para decidirte aceptarlo?

A veces se piensa que cuanto más lejano es un personaje, más difícil es el desafío. A mí me pasa al revés: fue complejo por lo cercano. Porque tengo que trabajar más en que no es Zoe quien está ahí, sino Cleo. Es lo que más me costó. Y solo pude estar conforme cuando me vi en pantalla grande y dije “no soy yo”. Más allá de que tiene un montón de cosas de Zoe, por la edad o por el tipo de persona que es Cleo. Lo que más me atraía era la posibilidad de separarme de este personaje, no estar todo el tiempo poniéndole cosas de Zoe. Para que Cleo tenga su propia vida y su propia personalidad y no estar contaminándola.

-En la primera escena de Asfixiados, el personaje dice “soy performer”, ante un Leo Sbaraglia desconcertado. ¿Cuánto de vos hay ahí?

No me considero performer, pero hay algo que creo que tiene que ver mucho con mi generación, que es el concepto del artista interdisciplinario. Antes el actor era solo actor, el escritor era solo escritor. Yo actúo y escribo. Me considero las dos cosas. Me pasa mucho que al toque te quieren etiquetar. “¿Vos qué sos, actriz o escritora?” ¿Por qué tendría que elegir una? No es estático: voy surfeando de acuerdo al deseo y a las posibilidades. Las profesiones no son estáticas. No puedo responder a la necesidad ajena de etiquetar la profesión del otro. Soy actriz, pero también soy escritora. Y no pasa nada: se puede ser las dos cosas.

-La necesidad de poner etiquetas también aparece en la película.

En una escena que tengo con Leo. Son dos generaciones diferentes, con dos pensamientos diferentes y se ve muy claro la necesidad de Nacho de encasillarla. No puede entender su dinamismo, su libertad. Lo supera.

-¿Te preocupa o le prestás especial atención a las cuestiones de género, a cómo está descripta una mujer?

¡Sí! Absolutamente. Siempre pienso qué es lo mejor para el personaje para que no quede un estereotipo. Busco correrlo de los lugares comunes, de las premisas falsas. Me interesa que lo que crea ese personaje lo crea de verdad.

Por suerte me encuentro con más frecuencia con este tipo de personajes. Noto más apertura en los directores y en los guionistas. Y también porque hay mucha gente joven escribiendo. Más chicos que yo, incluso. Vengo de filmar El fin del amor con Lali (Espósito) y un grupo de actrices increíble y se nota la apertura de los personajes femeninos; la profundidad, el cero estereotipo.

-¿Cómo fue la experiencia de filmar arriba de un barco?

No fue fácil estar doce horas arriba del barco una semana y media. Lo hermoso es que convivís con todo el equipo todo el día. No existe frenar, hacer un corte. Hay que seguir. También es cierto que por momentos no podés más de sociabilizar y querés estar sola (Risas).

Fue una experiencia novedosa: había veintipico de personas arriba del barco pero solo cuatro en cuadro. Lo que no se veía es que estabas con las patas encogidas porque abajo tuyo estaba el de arte y a la vez al costado estaba no sé quién (Risas). El cine es mucho más que lo que vemos.

-¿Qué viene después de Asfixiados?

Tenemos previsto estrenar este año Cabo Polonio, que terminamos de filmar en noviembre con Carmen Maura y Sofía Gala. Una película que escribí con Gustavo Gersberg, mi socio, dirigida por Nicolás Gil Lavedra. A fin de año viene mi primera novela, que me tiene también muy entusiasmada. Y la segunda temporada de El fin del amor.  Lo bueno de todo es no encasillarme: soy un poco actriz, un poco escritora. Y ambas al mismo tiempo.

Julia Montesoro

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